del libro «la dificultad de ser»
de la frivolidad:
La frivolidad es un crimen porque remeda la ligereza, por ejemplo la de una mañana hermosa de marzo en la montaña. Conduce a ese desorden de invisible suciedad que es peor que cualquier otro desorden, y fatal para el funcionamiento armonioso del organismo (lo mismo que el eczema) por el prurito casi grato que causa en la dermis de la inteligencia el fantasioso, individuo nefasto al que no tardan en confundir con el poeta.
….La frivolidad no es sino carencia de heroismo y algo asi como una negativa a exponerse en lo que sea. Es una huida que se toma por danza, una lentitud que aparenta ser velocidad, un peso aparentemente analogo a esa ligereza a la que me he referido y que solo se halla en las almas con hondura.
…el fantasioso no mueve ninguno de los peones que llevan la iniciativa en un juego. Se contenta con mezclar las piezas de las cartas, de colocar las piezas del ajedrez en posiciones inadecuadas para el mecanismo del juego y propias para sorprender a los jugadores, se cree una maravilla.
de la risa:
La facultad de reir a carcajadas es la prueba de un alma excelente. Desconfio de quienes rehuyen la risa y rechazan que se abra.
Igual que el corazon y el sexo, la risa funciona por ereccion. No se dilata con nada que no la excite…Y esa excitacion obedece a las mismas pautas que los sentidos, pues lo que hace reir a algunas personas no hace reir a otras.
Bergson achaca la risa cruel de quien presencia una caida a la ruptura del equilibrio, que deshumaniza al hombre y lo convierte en pelele. Otros filosofos se oponen a esa tesis. Aseguran que el hombre , antes bien, acostumbrado a su mecanismo artificial, se despeleliza con la caida y aparece de repente tal y como es. Y es, dicen, ese repentino descubrimiento del hombre por el hombre lo que provoca la risa.
Me gusta la farsa, pero larga y realista. Si me invento nombres, sitios y circunstancias, quiero que sean creibles y tengan peso. Disfruto muchisimo jugando a ese juego con jugadores habiles.