Se empieza a funcionar bien con las mujeres cuando uno está saciado de ellas. Son suaves, son blancas, son hermosas, son lo otro, son infinitamente penetrables. Pero hay que llegar a la contemplación altruista de un culo. Hay que ser,casi, coleccionista de culos. Entonces, sin ansiedad, es cuando está uno en condiciones de hacer un buen trabajo, por el bien de ellas.
Todas las mujeres que hemos conocido son el laberinto que nos conduce a la mujer que nos estamos beneficiando. Todas estan presentes en esta cópula, Maria, porque cada una ha aportado la letra de su alfabeto sexual para que yo te entienda. La mujer no se aprende a través de la mujer, sino de las mujeres. No sé si a ellas les pasa lo mismo con los hombres. Supongo que si.
No les guardes rencor, Maria, a esas mujeres de mi vida portuaria. Ellas son quienes más me han enseñado de ti. Quienes más saben de ti, sabiendo de ellas.
«carta a mi mujer» Francisco Umbral
me parto el culo………!!