Mientras se cuecen los pensamientos en el calor de nuestras neuronas (las mías todavía están congeladas a pesar de la chaqueta que me coloqué a modo de chador), dejo abierta una entrada para comentar el espectáculo que mayor expectación ha creado en el público. Veamos quién arroja la primera flor, aunque por mi parte espero con mayor interés al atrevido o la atrevida que ose tirar la primera piedra.
La paella estaba buenísima (o sea, sosa hasta más no poder), pero esto no es un pedrusco sino un puñado de sal.
L.