Preguntas para el espectador
1- ¿Qué hubiese pasado si el precio de la entrada de este espectáculo hubiera sido de 30 euros en vez de 7 euros?
¿Habrías salido satisfech@?
En mi opinión, consciente o inconscientemente, el precio de la entrada puede afectar a la hora de valorar una obra. Parece que si pagas más las expectativas de lo que vas a ver aumentan, te vuelves un espectador más exigente y reivindicas tu derecho a salir satisfech@ de la función. Por el contrario, cuando el precio es menor, tu exigencia disminuye, te vuelves más tolerante, y de alguna manera interpretas que ha sido un intercambio más o menos justo. En el primer caso puedes sentirte estafad@, defraudad@ e incluso cabread@ por la inversión que has hecho de tu tiempo y dinero, en cambio, en el segundo, tan sólo te sientes decepcionad@ y además consideras que tienes menos derecho a criticar la obra ya que interpretas que la calidad va asociada al precio. Sucede lo mismo con los tomates. ¿Qué hay de cierto en todo ello?
2-¿Qué te provocó Nubila Wahlheim, qué sensaciones experimentaste?
A mi parecer, el teatro, como la literatura, siempre germina de alguna manera en el espectador o en el lector, tanto si ha sido de tu agrado como si no.
Nubila Wahlleim me despertó pasión, ira, tristeza, caos, impotencia, sonrisas y contradicciones. Experimenté la catarsis, el vacío, la desolación, el delirio, la locura, el desasosiego, el suicidio y el fracaso. Fue como un descenso a los infiernos existenciales, un recorrido paranoico por las sombras de la humanidad, de la (des)memoria, el olvido y el salvaje poder hipnótico del lenguaje y las palabras. Una orgía de violencia, sexo y muerte que, sin embargo, despertaron en mí un torrente de vida y más vida. En algunos momentos me sentí gratamente turbada, que no escandalizada, y falsamente incómoda ante la desnudez y las acciones descarnadas de los actores. Como Nubila, yo también me sentí desnuda, violada y deshabitada como una frágil mujer de hierro.
Marta
La Ángela compra sus textos en el lidel…
Quizás a alguien le interese. En la revista Primer Acto, núm. 321, dedican un buen número de páginas al teatro de Angélica Liddell. El texto de una conferencia impartida por ella, una entrevista con la autora tras el estreno en colaboración con el CDN de «Perro muerto en tintorería: Los fuertes», el texto de esta obra y algún artículo sobre el montaje de Adolfo Simón (el mismo que hemos visto en Carme) en la Sala Triángulo de Madrid, en el 2007.
En la página web de la revista se puede ver el índice de todos los números editados.
http://www.primeracto.com/
Sobre los comentarios, por si añade algo a lo que ya hemos hablado, os cuelgo aquí un enlace a la reseña crítica que hoy publica Rosa Molero en el diario Levante.
http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2009012600_39_547466__Cultura-apto-para-mentes-delicadas
Creo que su opinión sobre el montaje de Adolfo Simón es algo más comprensiva que la que mostraron la mayoría de mis compañeros de laboratorio, en la charla tras la función del sábado, que pese a alabar sin fisuras el texto de Angélica Liddell, no quisieron reconocer el enorme esfuerzo que supone poner semejante tocho encima de un escenario (o debajo de nuestros pies). Aclara además algún aspecto del montaje que me parece conveniente conocer.
Lorenzo
Me quedo con el texto, afilado y arrebatador. Pasé por momentos de contradicción, violencia,hermosura,poesía,provocación….
Finalmente acabé vencido y cansado.
Pude haber prescindido de la música, de las imágenes proyectadas y de gran parte de las acciones que tuvieron lugar en el escenario.
Reconozco la dureza, el peso y el trabajo que deben afrontar los actores con esta propuesta.
Si la dramaturgia está creada para una duración de 5 horas, se es consciente desde el principio que es muy posible que no se lleve a cabo el montaje tal como se ha concebido y que se fragmente y manipule para darle un formato más convencional para que resulte «soportable» para el público como ha ocurrido en este caso.
si hubiera costado la entrada 30€ posiblemente no hubiera ido y si lo hubiese hecho la opinión posiblemente hubiera sido más negativa al comparar precio con satisfacción.
marc
creo que si la entrada hubiera costado 30 euros no hubiera ido y si hubiera ido… habría reclamado una manta!
realmente a pocas cosas, muy pocas cosas iria por 30 euros.
iría mas que nada para comprar un recuerdo…
adjunto el link de una nota de contratapa de El Pais con AL (hay bastante info en la red)
http://www.elpais.com/articulo/ultima/teatro/impide/pegarme/tiro/elpepiult/20071227elpepiult_2/Tes
y de su pagina
http://www.angelicaliddell.com/
en la que hay un mail de contacto.
y propongo una tarea «escolar»
ya que nos quedamos mayoritariamente impactados con su texto ¿qué tal enviarle un cuestionario colectivo?
me aburrí como una (c)ostra….