Hace poco publiqué en la revista Continuum una crítica fuera de tiempo sobre «Très Scripturae». La explicación era la siguiente: « La crítica siempre es un ejercicio anacrónico, ya que las piezas siguen desarrollándose con el tiempo y se reconstituyen siempre de forma distinta y, al mismo tiempo, nuestra recepción también cambia sin cesar. ¿Cuántas veces hemos acabado rechazando una pieza que apreciábamos y viceversa? Es más, la escritura misma de un texto crítico transforma de manera fundamental nuestra visión de los hechos. Así pues, escribir una crítica es siempre estar fuera de tiempo. Por este motivo, en este texto aparecen pensamientos que (en cierto momento que ya ha pasado) podría haber escrito respecto a obras que presencié antes y después de “Très scripturae”. Al leer el texto, yo mismo me sorprendo al hallar una obra nueva que no he presenciado en ningún sitio. A pesar de que no menciono ningún aspecto de “Très scripturae”, si una de las funciones de la crítica es dar fe de que un evento ha tenido lugar y dejar prueba de su existencia, irónicamente este texto sigue cumpliendo esta función básica.»
Después de este ejercicio donde el documento no coincidía en el tiempo con el objeto documentado, me propuse crear un documento que no coincidiese en el espacio con el objeto de documentación. Así surge “Lo que sea moviéndose así”, una foto que tomé el viernes 11 de marzo a las 20h35 de la noche mientras Paz Rojo presentaba el solo con el mismo título en el CCCB. Una foto tomada a la hora adecuada, pero en el sitio equivocado. De nuevo, a pesar de que la fotografía no está relacionada con “Lo que sea moviéndose así”, cumple una función básica y deja constancia de la existencia de la pieza.