¿Recordáis obras de teatro de hace 10 años? Estoy seguro que sí. Y seguramente las seguiremos recordando dentro de 30 ó 40 años más si seguimos vivos. El arte te cambia la vida. No pasa cada día, pero de tanto en tanto ves algo que te trastorna profundamente. De una forma u otra, no volverás a ser el mismo.
Dentro del encuentro del IETM, Olga de Soto nos explicó su proyecto «Historias», cuya versión escénica podrá verse en marzo en el Mercat de les flors. Olga entrevistó a espectadores que asistieron a «Le jeune homme et la mort», un ballet de Roland Petit basado en un argumento de Cocteau que se presentó en París poco después del fin de la segunda guerra mundial.
A medida que Olga explicaba su investigación y veíamos algunas declaraciones de los ancianos espectadores en la pantalla, tuve que retenerme para no llorar. El testimonio de estos espectadores deja constancia del impacto que puede tener una pieza en un momento determinado. Al mismo tiempo, este proyecto me reafirmó en una idea que me ronda por la cabeza hace tiempo: la mejor manera de documentar una pieza no es con fotos ni con vídeos, sino mediante el relato de los espectadores que estuvieron presentes.
¡No os la perdáis cuando pase por Barcelona!