En México estuve bastante atareado, pero antes de que se me olvide me gustaría dejar constancia en este diario de algunos acontecimientos del Festival Prisma que también fueron importantes.
«Water bodies» de Jennifer Monson
Jennifer Monson (en la foto) es una bailarina que se sale bastante de los patrones habituales. Trabaja con lo que la rodea. En sus propias palabras, «mi labor consiste en ir a un lugar, esperar, y ver qué efecto surte mi presencia». Algo así como Mary Poppins, y lo digo sin pizca de ironía, porque esta mujer de sensibilidad extraordinaria tiene un corazón enorme. Siempre intento diferenciar la simpatía que me produce una persona de su trabajo, pero en este caso resulta francamente difícil.
Por ejemplo, Jennifer ha trabajado tomando como referencia acuíferos y el comportamiento de las aves migratorias. Directa o indirectamente, sus performances tienen un alto grado de compromiso social y medioambiental sin imposturas de ningún tipo.
En esta ocasión, Jennifer acampó los días previos a Prisma en El Pedregal, un proyecto medioambiental en los alrededores de Oaxaca que consiste en la recuperación de una zona víctima de la deforestación. Este «pedregal» está siendo reforestado mediante diferentes técnicas y se ha logrado convertirlo en una tierra progresivamente fértil y productiva.
«Water bodies» fue una visita guiada por la propia Jennifer con el material que desarrolló durante los días de campamento en el Pedregal. A lo largo de este paseo por la naturaleza y, mediante pequeñas paradas, apreciamos la forma de las colinas, intentamos integrarnos en el entorno, emitimos vibraciones similares a las de los insectos que nos rodeaban, escuchamos a una indígena hablar en mixteco, jugamos a deshacer la piedra granulosa contra la tierra, vimos un solo de Jennifer en la distancia que parecía el baile de un bicho silvestre, caminamos descalzos por un canal de agua que servía para retener la tierra fértil y vimos una reinterpretación de la danza de la pluma (una antigua danza de guerreros) interpretada por Nico, el ayudante de Jennifer. Todo al aire libre entre las montañas de la sierra de Oaxaca. Y al final comimos las mejores tortitas que probé durante mi estancia. Fue como un pequeño festival MAPA: absolutamente delicioso.
«A partial history (of my life in performance)» de Keith Hennesy y «Medio Oriente» de David Zambrano
Estas dos improvisaciones se desarrollaron una detrás de la otra en un auditorio improvisado debido a una lluvia torrencial. Después de bastantes trabajos de alta densidad conceptual, fue un soplo de aire fresco. Yo siempre relaciono la improvisación con la libertad, aunque Zambrano me rebatió esa idea. Para él «la improvisación es el arte de entrar y salir de lo que ya conoces». Supongo que tiene razón, aunque igual estas dos percepciones pueden ser compatibles.
Keith realizó una improvisación trash, gay, caótica y entrecortada. Empezó por cubrirse el cuerpo con su saliva y con los escupitajos que el público tuvo a bien concederle. Sacaba sus diferentes trajes y vestidos de una bolsa de basura que trajo con él y hacía constantes referencias a lo que estaba haciendo, cuánto iba a durar y lo que iba a hacer luego. El nivel técnico del movimiento era bajo pero con un alto grado de fisicalidad. Es un tipo de performance que me resulta familiar y que, según como la leas, puedes considerar que es muy buena o muy mala. Últimamente, debido al posicionamiento político que se desprende de este tipo de trabajos, yo siempre concluyo que son excelentes.
David Zambrano realizó una improvisación corta (a lo largo de 3 ó 4 canciones) donde no aplicaba su famosa técnica de flying-low. Su técnica resulta fascinante, pero me gustó que no la utilizase. No hay por qué predicar siempre lo mismo. La improvisación fue extremadamente correcta, pero no percibí ese mágico e inusual chispazo que se produce cuando un improvisador está muy concentrado y se conecta con el presente. Quizás la breve duración de la improvisación y el contexto informal tampoco lo permitían.
Como siempre invito a todo el mundo a expresar su propia opinión y rebatir, apoyar, contradecir o ampliar todo lo que afirmo con sus propios argumentos. ¡Muchas gracias!
Molt bona aquesta apreciació sobre la improvisació: «ese mágico e inusual chispazo que se produce cuando un improvisador está muy concentrado y SE CONECTA CON EL PRESENTE» Em fa pensar en Miró quan diu que «pintar un quadre és cercar una certa intensitat» i també en el que penso jo sobre la literatura, que crec que és un estat determinat d’excitació del llenguatge.
respecto a la libertad en la improvisación, pienso que muchas veces la improvisación lleva a lo contrario, por caer en patrones y hábitos que todos tenemos, y que por no tener un espacio de distancia, se vuelven a repetir automáticamente. Se suele hablar de fluir en ella, por estar en ese momento presente. Creo que a veces es muy poco efectiva para encontrar aquello que promueve.
hola guapa, vaya tema complejo……la verdad es que hay gente que lleva toda la vida dedicándose a ella , a la impro , explorando en sus enigmas… una de las cosas más complicadas y apasionantes…….pero si, es cierto que amenudo lleva a lugares esteriles …pero cuando alguien que realmente domina el género compone en tiempo real : eso son PALABRAS MAYORES
besos