Tras leer unos pasajes del librito de «Años 90» quedé impresionado, pero pensé de inmediato que era un texto rejodidamente difícil de llevar a escena. La pieza resulta brillante porque utiliza un lenguaje sencillo que omite palabros sofisticados y construcciones alambicadas. A menudo la poesía surge de la sencillez.
Por otro lado, el texto rezuma trascendencia por los cuatros costados. La trascendencia es algo de lo que hablo a menudo en este blog. Yo la evito en mis trabajos, porque sé que hay que ser un genio para usar este registro sin caer en la pretenciosidad o la afectación. Y sin embargo, el texto sobre papel de «Años 90» conseguía sortear estos escollos y tenía una fuerza que hacía que esta trascendencia pareciese sincera. Una flecha en el corazón.
Este texto despierta en mí el adolescente para el cual todo resulta imprescindible, sorprendente, doloroso. Pienso en mi amigo Yann con el que hablaba bajo el togobán del parque los domingos por la noche y en la carpeta granate de Yael cubierta con las letras de Depeche Mode. Bajo nuestra frágil apariencia de adultos, ¿quién no mantiene en el fondo intacto al adolescente larguirucho y asustado?
Sin embargo, al contemplar la puesta en escena mis temores se vieron confirmados. Si sobre el papel me lo creía casi todo, en escena sólo me creía una parte pequeña. Y es que si el texto ya desbordaba de trascendencia, la dirección añadía aún más emoción, entusiasmo, dramatismo. «Over the top», como se dice en inglés.
Tuve dos intuiciones que podrían ser totalmente erróneas. Primero pensé que un texto ya contiene tanta emoción sólo resultaría creíble si se dijese sin apenas emoción. En segundo lugar pensé que «Años 90» es un texto largo y que esta señora obra necesita una puesta en escena mucho más larga, ya que el ritmo de muchas escenas era trepidante y apenas había lugar para el silencio.
A pesar de mis reservas respecto a la puesta en escena, en determinados momentos el texto conseguía hacer sentir su fuerza, sobre todo hacia el final de la obra. Y en cualquier caso recomiendo a todo el mundo que se compre los textos de «La tristura» y que se acerque al Adriantic. Un texto así de autores vivos sólo se ve cada cinco años. Como mucho. Y si tienes en cuenta lo jóvenes que son sus autores un escalofrío te recorre la espalda. Si hacen un trabajo así a esta edad, ¿hasta dónde llegarán cuando ganen experiencia?
Como siempre invito a todo el mundo a expresar su propia opinión y rebatir, apoyar, contradecir o ampliar todo lo que afirmo con sus propios argumentos. ¡Muchas gracias!
También fuí a ver La Tristura, y no me pareció una pieza brillante. Lo que más me impresionó, fue que siendo unos creadores tan jóvenes, sus recursos me recordaran tanto a los mismos que ya he visto en infinidad de ocasiones en otros artistas y/o compañías, que no se hayan adentrado en un imaginario y lenguaje propio. En cuánto al texto, intentaré hacerme con él, y quizás en papel me resulte más interesante, porque con una puesta en escena así irremediablemente me condujo a perder el hilo del texto, a aburrirme. Lo que seguí del texto me pareció que su contenido forma parte de las conversaciones y alegatos de muchos que hemos vivido los años 90, aunque no seamos artistas. Me faltaron demasiadas cosas para que la obra me interesara, el texto se pierde con la falta de ritmo de la obra y con la facilidad de recursos y fórmulas escénicas (texto y detrás una pieza musical, de nuevo texto y otra pieza musical, salpicados por alguna acción sucedanea y el fragmento de una película fantástica de la que solo rescataron una acción física muy pobre). Si siendo tan jóvenes hacen un trabajo así, espero que ganen en experiencia, mejoren y en adelante intenten ser más auténticos.
Lovi, con la palabra «pieza» en el primer párrafo me refiero al texto. Por otro lado, completamente de acuerdo con lo que mencionas respecto al lenguaje escénico. ¡Y gracias por el comentario! 🙂
hola quim,
gracias por tu respuesta. Aclarado entonces lo del término ‘pieza’. Sigo bastante tus comentarios o ‘críticas’, pero nunca antes me había animado a hacer ningún comentario. Volveremos a encontrarnos.
saludos
No conocía el texto ni a la compañía. Sin embargo disfruté con el espectáculo. No sé, no creo que fuera pobre, sentí cada cosa parte de un todo.
Para mí fue una noche muy emocionante. La escena casi a oscuras hablándose al oído me pareció memorable, y los últimos 10 minutos un chute de lucidez.
No pensaba comentar nada pero la reacción de lovi me ha motivado. Me extraña tal diferencia de vivencias. Esperamos tu comentario sobre Vandekeybus, no lo hiciste verdad?
Hola Atari, me alegro de que disfrutases con la pieza. Cuando algo no te convence en el fondo desearías que hubiese sucedido lo contrario. Me hubiese encantado ir a ver a Vandekeybus, pero al final no fue posible :-/
¿Por qué no nos cuentas tus impresiones en tu blog y yo cuelgo el link por aquí? 🙂
Un abrazo, Q
Lovi anímate con los comentarios porque lo haces muy bien, estoy totalmente de acuerdo con lo que has escrito sobre la joven Tristura
Que bueno abrir un espacio de diálogo. Hasta hoy no habia podido volver a visitar tea-tron, y me he encontrado con los comentarios de atari y monica.
No podré hacer comentarios de vandekeybus porque, más lamentablemente aún, me fue imposible ir a verlo.
Y respondiendo a Atari, a mi no me extrañan las diferencias de experiencias respecto a la Tristura, siempre hay división de opiniones y sucede con las pelis, los libros, etc, pero quizás opine diferente porque como comenté, hace años que desde Madrid se está haciendo ese mismo trabajo. Y con esto no quiero decir que me parezca mal que tengan referentes, al contrario, son necesarios e inevitables, lo que me parece mal es que se limiten a utilizar las mismas fórmulas y recuros, sin más. Cuando esto sucede a mi parecer, además de aburrirme, en el caso de la Tristura me resultó pobre que reivindicaran que son una generación de artistas jóvenes, que utilizaran un discurso tan potente y que sin embargo, se limitaran a hacer un sucedaneo de sus referentes, y no se adentraran en un lenguaje mas particular.
Un saludo a todos los comentaristas tristura y y quizás nos encontremos en otros comentarios, voy a ojear que se ha estado cociendo por la Barcelona escénica.
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