«Flatland. Part I» de Patricia Portela
Tanto «Common ground» de Cecilia Vallejos como «Flatland. Part I» de Patricia Portela son piezas con un gran componente audiovisual donde el directo juega un papel importante. Ambas obras narran una historia y en las dos tiene relevancia el contraste entre bidimensionalidad y tridimensionalidad. Y en los dos montajes también este paso de dos a tres dimensiones implica una extraña contaminación entre ficción y realidad.
«Common ground» se define como un thriller audiovisual y, en efecto, resulta una etiqueta acertada. Sin embargo, el formato de este thriller es muy peculiar. A lado y lado de una esquina se proyectan imágenes de una casa mientras un locutor explica una historia de suspense. El público está sentado de cara a la esquina y se produce una cierta ilusión de que somos nosotros, los espectadores, los que nos desplazamos por el espacio a medida que cambian las imágenes a los lados de la arista. Es un efecto óptico muy imperfecto, pero resulta suficiente para sugestionarte. De esta forma nos vemos embarcados en un paseo arquitéctonico que tiene algo de realidad virtual mientras el locutor narra sus peripecias en primera persona.
Sin embargo, el protagonista no aparece físicamente en las imágenes. Eso potencia una confusión que se da de forma habitual en la narrativa. Aunque los protagonistas de las novelas y las películas sean otros, mediante la identificación, nosotros nos convertimos parcialmente en esos personajes y habitamos la ficción. ¿Quién no se ha sentido Madame Bovary durante unos segundos? Aquí este fenómeno se ve reforzado mediante el efecto envolvente de la voz en directo y porque se nos sitúa en el punto de vista físico del protagonista.
El vídeo que he visto es una filmación de esta instalación y tengo curiosidad por saber hasta qué punto la experiencia real conseguirá involucrarme y hacerme partícipe de los avatares de este hombre que se desplaza por su casa mientras padece el acoso de un desconocido. En cualquier caso, se trata de una pieza donde tanto el espacio como el movimiento cobran una gran relevancia, pero de forma nada convencional. Aquí de nuevo aparece el mecanismo básico de «While we were holding it together» y «The Movie«: la capacidad de la mente para generar una ficción a partir de una sugestión mínima. Pero si en «The Movie» nuestra imaginación transforma una caja de bombones en tablero de ajedrez y en la pieza de Müller vemos a un hombre convaleciente allí donde sólo está Pere Faura con el brazo extendido, sólo «Common ground» requiere que nuestra mente recree la sensación de movimiento con un simple cambio de imágenes. En este sentido, «Common ground» es la más coreográfica de las tres piezas.
Con una temática completamente distinta, «Flatland. Part I» de Patricia Portela también incide en la idea de que las tres dimensiones son el ámbito de la realidad que habitamos. Por contraste, lo bidimensional pertenece al reino de la ficción. «Flatland» narra la historia de un ser que surge de un libro. Tras toda una existencia con sólo dos dimensiones y rodeado de personajes literarios, súbitamente descubre la existencia de nuestra realidad en tres dimensiones. En cierto punto de la obra, este ser se materializa y aparece en carne y hueso ante la pantalla. De nuevo, la ficción invade la realidad.
Esta narración audiovisual contiene buenas dosis de texto escrito en pantalla, y las letras se animan ocasionalmente para explicar fenómenos y reflexiones que tienen que ver con la naturaleza de la escritura, el lenguaje, la realidad, la ficción, lo bidimensional y lo tridimensional. Al final de la obra aparecen bajo la pantalla los zapatos rojos de Dorothy en el mago de Oz. Una metonimia preciosa que evoca las implicaciones de esta instalación dentro del discurso del movimiento.
Mediante un uso particular del espacio, tanto «Common ground» como «Flatland» exploran la sútil línea entre ficción y realidad. Por eso, estas dos piezas me recuerdan uno de mis cuentos favoritos de todos los tiempos: «Continuidad de los parques«, de Julio Cortázar. Si la experiencia en vivo se muestra suficientemente persuasiva, sin duda abandonaremos la sala aún más convencidos de que la realidad no es algo que exista a priori, sino algo que generamos nosotros mismos.
«Common ground» de Cecilia Vallejos, 10 de marzo a las 21h, CCCB, entrada gratuita.
«Flatland. Part I» de Patricia Portela, 13 y 14 de marzo a las 19h, CCCB, entrada gratuita
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