Félix Fernández participa en las «Noches salvajes»
Las «Noches salvajes» constituyen una cita con unos parámetros muy especiales. Se le encarga a varios artistas que presenten una pieza de menos de 30 minutos y se les avisa con poco tiempo de antelación, aproximadamente 2 meses. Teniendo en cuenta los compromisos previos de cada uno de ellos, eso quiere decir que pensarán algunas semanas sobre su propuesta y que terminarán ensayando sólo algunos días. Por ejemplo, este año Vera Mantero presentará algo que habrá preparado el mismo día de la actuación con un numeroso grupo de personas.
Como he dicho en otro lugar, en artes escénicas este procedimiento equivale a ver un hombre saltando desde un edificio de tres pisos. Lo más probable es que se rompa la crisma, pero si cae sin hacerse daño lo subiremos a ombros y lo sacaremos por la puerta grande del CCCB.
Más allá de la emoción de unas propuestas con un componente importante de inmediatez, las «Noches salvajes» tienen otras justificaciones. Estamos acostumbrados al rígido ciclo de producciones de una hora de duración con un tiempo de ensayo entre uno y dos meses. Por otro lado, estas piezas se gestan alrededor de un año en la mente de los creadores y constituyen su «obra». La obra por la que se les valora y gracias a la cual entran en la dinámica de bolos dentro del circuito escénico (en el caso de los que tienen más éxito comercial). No tendría nada en contra de esta forma de hacer si no fuese porque… hoy en día no hay otra.
¿Qué pasa con los espacios no teatrales o poco teatrales? ¿Dónde se presentan piezas cortas? ¿Por qué sólo se muestran propuestas amasadas, cocidas y recalentadas donde no hay espacio para ningún imprevisto? ¿Qué ocurre con las obras site-specific? ¿Por qué sólo se permite enseñar piezas cuando éstas son productos comerciales listos para entrar en la cadena de distribución? ¿Por qué no crear obras de espaldas al circuito comercial? Si no se abren marcos de exhibición distintos, ¿cómo pueden surgir formas de crear diferentes?
Ante esta cadena de males que nos afligen, entiendo las «Noches salvajes» como un intento por romper los pétreos esquemas de la creación escénica de nuestros días. El cuadrilátero blanco que sirve de escenario en el CCCB está a la misma altura que los espectadores y el público observa desde los cuatro costados. La pieza debe durar menos de 30 minutos, pero nadie marca mínimos. A veces se trata tan sólo de hallar una buena idea y desarrollarla. Tanto la forma de crear del artista como la forma de mirar del público se ven sustancialmente modificadas por este marco. El grado de calidad de las propuestas dependerá de las astucia de los artistas y del clima que surja durante la representación. Pero independientemente del éxito de las funciones, este contexto diferente suministra un valor añadido que pocas veces se puede encontrar en otras propuestas.
El viernes 6 presentan: Vera Mantero, Angélica Liddell, Juan Navarro y Mauricio González.
El sábado 7 veremos a: Roger Bernat, Félix Fernández, Alejandra Pombo y Teo Baró.
«Noches salvajes«, varios artistas, 6 y 7 de marzo a las 21h. CCCB. Entrada gratuita.
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