Aquí adjunto un vídeo que he editado con algunas prisas y que pretende resumir lo acontecido esta mañana frente al Museo Marítimo. Los dos primeros minutos muestran un fragmento del concierto con el que nos ha obsequiado Carles Santos en medio del tumulto de las excavadoras.
Las reclamaciones de la Asociación de Artistas Escénicos son muchas y justificadas. La primera de todas, que comparto plenamente, se centra en este espeluznante modelo urbano que propugna el ayuntamiento de Barcelona. Después de la masacre urbanística del Raval, que bien refleja Guerin en «En construcción» y cuyo último agravio es el hotel Barceló Raval; después del mobbing camuflado que se inflige a los vecinos de la Barceloneta con la nueva normativa de ascensores; tras el robo a la ciudadanía del horizonte marítimo con el infame Hotel Vela; tras arrasar con los talleres de artistas en Poblenou; después de la inefable reforma de la Mina con el bluf esperpéntico del Fórum 2004, parece que el enésimo escupitajo en la cara de los ciudadanos va a ser resituar las viviendas de protección oficial que debían construirse detrás de Drassanes y edificar allí un hotel de lujo diseñado por un arquitecto estrella (Josep Llinàs). ¿A alguien le suena la jugada? Esta ciudad va camino de convertirse en una Venecia aséptica y resplandeciente, completamente inhabitable para cualquier forma de vida que no lleve una cámara colgando del cuello y un fajo de billetes en el bolsillo. Por este motivo en las próximas elecciones municipales tengo la firme voluntad de votar un partido de derechas. Lo que surja de ahí no puede ser mucho peor de lo que ya vivimos y al menos tendré la esperanza de que la izquierda recupere una ligera noción de cuáles son sus deberes. Hasta el ex-presidente Maragall confiesa que hemos vivido «del cuento, de la construcción y el turismo». Ante la situación actual sería hora de que alguien imaginase otro modelo: un modelo efectivo, sostenible y que incluyese a los habitantes de la ciudad sin saquear sus espacios públicos.
Además de este contexto general, cabe hablar de la situación particular de las artes escénicas en Cataluña. La AAE tiene dificultades para encontrar una definición donde puedan encajar todos sus miembros. ¿Artes escénicas contemporáneas? ¿Multidisciplinares? ¿Transdisciplinares? ¿Artes escénicas que hablan de nuestra realidad? ¿Teatro alternativo? Todo y nada de eso a la vez, ya que estas etiquetas son cajones de sastre que luego sirven para justificar un apoyo mínimo. Lo explica muy bien Txiki Berraondo en el vídeo.
¿Entonces qué? Quizás este adjetivo que todos buscamos de forma infructuosa es lo que Jan Ritsema definía como «l’art qui pense». Es decir, el arte que piensa. El arte que reflexiona sobre cuál es su función; sobre qué lugar le corresponde en nuestra sociedad; sobre qué herramientas puede emplear para enriquecerse, mezclarse y crecer; sobre su posición en el discurso artístico; sobre la evolución que puede acometer; sobre las tradiciones y los conocimientos que vale la pena recuperar.
Es decir, lo contrario del teatro que repite de forma asnina los mismos patrones sin preguntarse el porqué de los mismos; lo contrario del teatro que sólo contempla la diversión de los espectadores y los devuelve a casa como si hubiesen estado frente a una hoja en blanco; lo contrario del arte que no se mezcla con nada; lo contrario del arte que jamás arriesga ni un milímetro porque nunca busca juegos nuevos.
Sí, la mayoría de lo que se muestra en los escenarios barceloneses es arqueología teatral y, además, de bastante mala calidad. Pero no se trata sólo de «nuevo» vs. «antiguo», a pesar de la espléndida cita de Brossa que ha mencionado Roberto Fratini («No hay vanguardias, sólo retrasados»). Basta con recordar que las maravillosas performances de Albert Vidal incorporan técnicas milenarias como los cantos telúricos o el teatro indonesio. Se trata de «inteligencia» vs. «mediocridad», de «investigación» vs. «apoltronamiento». Nuestros teatros están llenos de producciones mediocres de creadores espesos y autocomplacientes. ¿Le interesa esta situación al poder? ¿Entenderán los políticos las reclamaciones de la AAE si no están familiarizados con las sutilezas que implica el discurso artístico? ¿Alguien conoce algún político que vaya al teatro con frecuencia?
Gracias por la reseña y el video de lo ocurrido ayer. Me perdí la conferencia y me perderé también las jornadas del fin de semana debido a que el sábado es el estreno de «Experiencias» en Reus.
Y muchas más gracias por el comentario de SuperPop.
Un abrazo,
T!
gracias Quim, la cosa esta caliente,ya era hora de abrir la boca!!
Gracias por colgar esto Quim, (aplausos y lagrimas) en una sola palabra…CHAPEAU!!!
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