Tengo recuerdos de mi juventud en los que to estaba sentado en un banco escuchando música mientras el mundo pasaba por delante de mí. Algo así como estar viviendo un videoclip propio o algo así. Me gustaba ese encuentro entre mi situación y el lugar. La música me acompañaba en la observación del lugar. Me permetía mirar tranquilo, con una mirada relajada que estaba bien con lo que percebía sin querer ir más allà.
Justo hace muy poco, ví el video «Formas de estar siendo» de Paulina Chamorro y Pablo Zamorano. Me viene ahora en este lugar cruzado a través de ese uso de la música. La música como una dramaturgia. Como un elemento que añade un drama que le eleva. El vídeo, encargo dentro del contexto chileno, me lleva a pensar en el cuerpo estante. En el cuerpo como algo que se reconoce en ese movimiento entre aquello que me pasa, lo que ocurre y lo que percibo. Como si esas tres cosas no fueran lo mismo aunque tengamos el deseo de una unión. Una unión que pasa por el sentirse bien, sentirse en el lugar. Formar parte. Un cuerpo de cuerpos.
Pongo las dos palmas juntas y, lentamente, las voy separando hasta formar un angulo de 90º. En ese ángulo, se nos ofrece una pantalla. Un marco al que mirar como un todo. Como un sitio que ya nos cuenta una historia que solo tenemos que presenciar. La cosa ya esta pasando. Simplemente es tu atención que no esta en ello. «Brilliant Corners» de Orquestina de Pigmeos nos lleva a distintos sitios de Terrassa para ofrecernos diferentes pantallas, secuencias fijas que abren un modo de vivir, de funcionar, que nos llevan a unas políticas, a unas formas de vida. Observar el cotidiano y lo que ya està ahí ya és, por si solo, un ejercicio de proyección. Somos proyectores de futuros que se proyectan en paredes y edificios de 150 plantas. Orquestina nos ofrecia la opción de dar atención, en plural, a aquello. En ese entrar en plural, su relevanca coge otro cuerpo. Coge esa cosa filmica de lo infra-ordinario, recolecta la poética y la pone en el asfalto. Vemos distinto pero vemos juntas.
«Brilliant Corners» empieza con la proyección de una película para llevarnos a un cine sin cine. Un cine casi anònimo también. Foto: entrada con mi número asignado.
Y, en otro momento, un grupo de personas entramos en el cine Catalunya de Terrasa. Y me doy cuenta de que estoy siendo testimonio de algo. Estamos siendo complices de algo. Y es que el desplazamiento es una de las fuerzas más potentes de eso que llamamos artes vivas. Y es que desplazar, remover, descentralizar es una de las prácticas más interesantes para mí en este momento. En ese desplazamiento, igual que con la creación de marcos de atención sensibles y en plural, se despliegan las lógicas de ciertos espacios y sus formas de funcionar. Nyamnyam son expertos en hacer esos movimientos y los hacen des de un lugar que cruza lo cotidiano y lo cuestiona. «El sol va per dins» fue un eventazo. Personas reunidas para ver una película que han hecho con colaboración de Esplai Tremola (Terrassa) y con la participación de Makhmoudan Faye, Modou Ba, Annibal Gomez, Saad Rigaa, Aslam Mouna, Widjan el Koudri, Faty Ba, Soda Mbaye, Minerva Ruiz, Lola Jimenez, Xavi Gomez and Sara Gallardo. Personas que, en ese cine, cogen cuerpo y abren mundos: despiertan al monstruo y utilizan la imaginación como una forma de destapar y construir un discurso que no quiere acabarse ni llegar a ningún sitio. Simplemente, seguir haciéndose.
(imagen: Imanol Buisan)
«Otras películas no son más que espejos, no ventanas» dice Frank Beauvais en la maravillosa «No creas que voy a gritar«.
Creo que ahora prefiero la latencia de las cosas y entender lo que las cosas hacen en mí. Lo que ocurre también esta constituído en mis formas de estar. Estoy en lo que veo y, a la vez, lo que veo, me hace, me modula. Soy responsable de donde pongo mi atención. Soy responsable de como me doy cuenta lo que ciertas cosas hacen en mí. Quiero estar con las grietas de la verdad cambiante en la que estoy. Lo ya mencionado se ha colado en mi forma de ver y de estar. Y lo agradezco.
En todas partes esta latiendo un corazón. Lo sagrado es lo que se nos escapa contínuamente.
«Paro la película y empiezo a mirar lo que me rodea» dice Toni Serra/Abu Ali. Y aquí encuentro un lugar. Que me cruza. Que me sitúa. Que me ayuda. Que me acompaña. «Lo importante es tener la prácticas para deshacer la realidad», dice. Estado de percepción de lo bello.
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