VIDEO/CARTA 4. MARCIO HARUM. LA SERVIDUMBRE


Lo primero, gracias por dirigir nuestra correspondencia en video a un punto que me fascina: el cinema alemán (BRD) de los 1970 y 1980.
Vi Cobra Verde en una sesión inolvidable, programada en un ciclo de Herzog en una tarde cualquiera a los principios de los 1990 en una sala bastante chica del cineclub de la playa de mi portuaria ciudad, Santos. Antes de que empezara la proyección de la película algo raro se paso ahí: de repente me di cuenta de que me había metido a una de las sesiones sociales inclusivas del ayuntamiento de entonces, gobernado por el partido de los trabajadores (PT). La sala estaba llena de trabajadores del puerto, y como se divirtieron con la película: carcajadas, aplausos, gritos de entusiasmo por Klaus Kinski. ¡Que sesión inolvidable!.
Si, podemos intentar sacar aún más de esa secuencia fílmica que toma un sentido episódico, algo semejante a “comisarios desesperados”. Siento una resonancia e apoyo en tu respuesta, lo que podría invitarnos a continuar así con nuestro diálogo experimental. De forma saludable, hace que nos tomemos la libertad de problematizar la práctica pública de nuestra tareas profesionales, creando el ambiente propicio para un debate abierto.
Pero no siempre es posible contextualizar de manera honesta e atractiva las propuestas de nuestro trabajo. Whity, dir. Rainer Werner Faßbinder (1971) fue filmado en Almeria, localizado en una casa familiar, propiedad del protagonista de la película, que sería el futuro Museo del Cine de la ciudad.
Por ahora dejo solo una amplia pregunta entre la meditación y el trance: ¿en que medida la (auto) “exotización” de ciertos proyectos culturales hacen que se creen penosos prejuicios contra el papel del comisario por los medios y el público asistente?
La intención de seducir a las instituciones son casi siempre inciertas, ya sea porque sus directores tienen gusto por la rebeldía o por contra por la sumisión. Por eso hay en ambos lados tantas actuaciones y representaciones múltiples, para dejar la verdad a un lado y dar lugar al juego de números.

VIDEO/CARTA 5. BEATRIZ NAVAS. EL PÚBLICO ESTÁ AQUÍ


Este vídeo podría reflejar la situación que se está dando desde hace unos años: el público/consumidor/espectador ha subido al escenario.

VIDEO/CARTA 6. MARCIO HARUM. LA PROTESTA

Cuando ejerzo mi rol profesional en el campo del comisariado y me doy cuenta de que alguna institución cultural para la que trabajo no genera comunidad, que no desarrolla las condiciones ideales para crear espacio para las prácticas públicas, aquellas donde el debate está basado en el pensamiento crítico sobre el discurrir de la vida política y colectiva más allá del arte, o veo que el público es tratado solo como un consumidor- espectador pasivo de sus propuestas. En esos casos, solo queda como hipótesis final protestar alto para que se abra más espacio para la formación, la participación y la mediación crítica de los que frecuentan esa institución.

Y aguardar por eso tal vez: Badlands, del director Terrence Malick (1973). Soundtrack: Carl Orff (“Blässerstücke”)

VIDEO/CARTA 7. BEATRIZ NAVAS. LOS MILAGROS

Estamos de acuerdo en que uno se encuentra con obstáculos muy variados,difíciles o insuperables, absurdos y misteriosos: pulsos de poder; objetivos divergentes; imposibilidad de comunicación; filias, fobias y complejos culturales; y la adaptación a los nuevos tiempos y a los nuevos campos de acción. Además, nosotros pertenecemos a dos países, Brasil y España, que como Gregorio Samsa se han metamorfoseado de la noche a la mañana en otra cosa que todavía nos resulta extraña.

Muchas veces me pregunto en qué consiste hacer bien las cosas en este trabajo y cómo se puede medir el resultado. Y sigo sin tenerlo claro. Pero cuando se consigue trabajar con alguien con quien te entiendes a la perfección, llegan a ocurrir milagros:

¿no crees?

VIDEO/CARTA 8. MARCIO HARUM. APRENDER A BAILAR A SU RITMO


Qué interesante el testimonio de Badalamenti sobre cómo fue trabajar junto a David Lynch en la creación de la banda sonora de Twin Peaks. La voz de Julee Cruise sobre el teclado es algo que de verdad tengo interiorizado desde hace muchísimo tiempo. Increíble. Algo que me ocurre también con la música de mi carta anterior, de la película Badlands (Musica Poetica, Carl Orff, década de 1950).

Es genial pensar cómo nos impactan las visiones y las diferentes mentalidades. O cómo nos enteramos del mundo a través de las películas de determinados directores. Las complejidades fantásticas, las fracturas traumáticas, los dilemas éticos expuestos como algo absurdo o incluso barato para comprender la situación de una época en Estados Unidos, en este caso de la mano de Lynch, de Alemania por Fassbinder, de España por Almodóvar, para citar a unos pocos.
En Brasil no hubo ningún director que históricamente haya alcanzado niveles universales de distribución. Pero sí tenemos un escritor de obras teatrales que inspira a directores de cine con sus guiones desde 1960: Nelson Rodrigues.

Sí, sí, de acuerdo. Cuando la complicidad de los colaboradores nos hace ampliar los programas dirigidos a la práctica pública y desarrollar nuevos campos de actuación junto a la comunidad, puede ser que encontremos el paraíso laboral. Pero siempre está el comportamiento temperamental oscilante de las instituciones, ya sea por problemas burocráticos, financieros, políticos o incluso por la mala gestión. Las instituciones, a veces, se nos presentan como damas soberanas, poderosas, honestas, y en otros momentos como imprevisibles, seductoras, baratas y tramposas, discontinuas…, que sólo se interesan en utilizar nuestro esfuerzo, labor y talento para su propio provecho. Lo que importa es tener buenos colaboradores, que te estimulen, que te enseñen lealtad y te den apoyo para investigar y dialogar, con o sin fuentes compartidas pero dentro del territorio-red, del mundo real-virtual. El video que te envío aquí -Fando y Lis. dir. Alejandro Jodorowsky (1968)-, por ejemplo, ¿no te suena familiar, Beatriz? ¿Hay que aprender a bailar al son de la música que más les guste siempre?

VIDEO/CARTA 2. JOÃO ANGELINI. HUMANIZAR LO ENLATADO


Olá Félix,
También yo estoy muy contento por la invitación a participar en este proyecto y poder establecer contigo un vídeo-diálogo. Tampoco me siento cómodo escribiendo en español, aunque no es un problema entender lo que escribes. La proximidad de nuestras lenguas ayuda mucho. Espero que por tu parte, sea parecido.

No te preocupes por lo del tono más serio de tu primera vídeo-carta, son cuestiones importantes y me hizo mucho bien tener contacto con eso y pensar un poco en ello. De cualquier manera, es medio difícil para los brasileños mantener la cosa muy seria. No es que no tratemos las cuestiones más indigestas que nos rodean, por el contrario, nos enfrentamos a ellas, sí. Pero preferimos digerirlas con un poco más de dulzura e ironía. No es por liviandad, sino porque así como Calvino, sabemos que tratar las cosas con levedad a veces resulta mucho más eficaz.

Son muy interesantes las posibilidades que las herramientas electrónicas y digitales nos permiten. Tal vez la más interesante en este momento y que has señalado tanto en tus palabras como en el vídeo que me envías, es la apertura a la voz de ciertos nichos marginales, fuera de los medios oficiales de producción y circulación.
Si entendí bien, ella misma graba, edita y sube los vídeos a la red. Muy fuerte. Es síntoma de una mudanza radical entre los medios que producen, publican y consumen productos artísticos o de entretenimiento. Se le dio voz a quien antes solo oía. Dentro de esto, creo importante resaltar cuál es el origen y la cualidad de esos nuevos productores. No se trata ya de una producción vinculada a la industria de la comunicación y e entretenimiento, que siempre estuvo -y todavía está- intrínsecamente ligada a sus financiadores, teniendo una fuerte orientación en los formatos y contenidos de su producción para manipulaciones comerciales y políticas.

Estos nuevos productores son autónomos, de hecho, son independientes. La red y el formato abierto que todavía la caracteriza, permite que existan otros emisores, además de los vehículos oficiales que producen y publican informaciones, entretenimiento y arte. Esto crea un nuevo sentido en el flujo informativo. Lo marginal pasa a ser productor/emisor y quien antes actuaba solo como emisor pasa a recibir alguna cosa de los que hasta entonces eran receptores pasivos. Eso se da en las instancias más particulares, tornando público aquello que era personal e íntimo, pero también en una escala más étnica/cultural, es decir, exponiendo situaciones locales en un contexto global. Creo que esa es la dimensión que más me interesa.

Asistí a algunas cosas tuyas y me parecieron muy buenas. Me gusta bastante esa huella política, de trabajar con cuestiones en un contexto político e ideológico, proponer nuevas realidades. El vídeo que envío evoca en mí esas cuestiones de un modo irónico y fulero, y hasta ingenuo. Es una típica situación brasileña.
El video es sólo un registro de una broma que es recurrente en algunas ciudades brasileñas. Es local y también producto de una situación global de colonización cultural que ocurre hace mucho tiempo. El registro no tiene ninguna pretensión artística, ni marginal, ni contestataria. Es eso tal vez lo que potencia su carácter marginal, artístico y político. Muchas de las estrategias del arte contemporáneo están presentes en la performance, en la apropiación de iconos y marcas del arte Pop cuando es (des) funcionalizado… !qué lindo!
Lo que me gusta es la devolución política que propone. Son personajes, marcas e iconos que el Imperio utilizó con la gente durante décadas para adoctrinar ideológicamente. Se creía, se comentaba, que esa adoctrinación era 100% efectiva. Que el pueblo era pasivo, que era completamente sumiso y tenía su comportamiento orientado hacia un tipo de manipulación mediática.

Sin embargo, ver al Capitán América, a Mickey Mouse o a Popeye convertidos en bailarines de pagode en las calles del interior de Brasil, ilustra algunas ideas de Michael de Certeau; si, nosotros recibimos sus productos, pero no los consumimos como ustedes querían. !Mira lo que la gente hace con sus héroes! Una performance naif contemporánea en la más espontánea de las acciones. Es un intento de pasteurizar una cultura y de uniformarnos como ellos que ha fracasado. Enfádense. Somos nosotros los que hemos humanizado lo enlatado. El macho alfa, el héroe heteronormativo, ahora se quiebra sin las amarras morales del ejército y de la guerra fría. Es muy bueno pensar que este tipo de cosas, que siempre hicimos pero se quedaban contenidas solamente aquí, están ahora circulando fuera de los reductos locales y volviendo a nosotros. Y ese retorno lo posibilita la plataforma red, donde todos podemos ser emisores. Ahora ellos, los de allí, pueden saber lo que la gente de aquí hace. El monólogo se transformó en diálogo. Y seguro que hay mucha gente que quiere hablar. Imagino el Imperio viendo este tipo de devoluciones a su invasión mediática. Y desde aquí pienso en el futuro de la situación económica; una de dos, o ellos abandonaron el barco y vieron que el paraíso tropical baila mientras ve el naufragio, o por el contrario vinieron a un lugar más seguro en busca de empleo como bailarines.

Es mejor parar aquí para que puedas sacar del vídeo las conclusiones y percepciones oportunas. Quedo a la espera del desdoblamiento que este diálogo tendrá. Y espero su video-respuesta con mi compromiso de una respuesta más dinámica. Vamos compartiendo nuestros puntos de vista…

VIDEO/CARTA 7. FÉLIX PÉREZ-HITA. EL MODERNO SE CONTENTA CON POCO

No es verborrea, João, al contrario.

Me parece muy interesante lo que plantea y es curioso que también me suene tan familiar toda esa problemática (como a usted lo de las “linhas de desejo”- por cierto: le agradeceré si puede enviarme alguna fotografía de las linhas de las que hablaba en su e-mail). Es cierto que los temas de discusión se han globalizado, al menos entre las gentes con cierta cultura común. Y estoy seguro de que en Oriente también habrá gentes preocupadas por estas cosas en términos muy parecidos. Yo tampoco soy amante de los graffitis que se ven normalmente por ahí. Por lo que usted dice del carácter autoritario, de la imposición de un discurso narcisista. Y también me parece que pecan de lo mismo que gran parte del llamado gran arte: sobrevaloración de la personalidad y de la firma personal (y… ¡siendo todos tan parecidos!, como bien dice usted), limitación de la obra a unos pocos tics o estilogramas para ser fácilmente reconocibles en el mercado (lo que Adorno llamaba “pintura con truco” en el gran arte), etc. Por mucho que esos graffitis se nos vendan como populares, venidos de abajo, no hemos de tener miedo de criticar los mismos defectos si los detectamos ahí, sólo por el hecho de que vengan de las clases más desfavorecidas. Por lo feos que son muchos graffitis y tags, les he cogido quizá cierta simpatía a los cuadrados de distintos colores que los tapan aquí o allá.

Es cierto que el que fotografía los tapados de graffitis puede tener intención artística, o al menos de testimoniar que alguien ha visto algo ahí digno de capturarse y ser compartido, pero los tapados están ahí a la vista de cualquiera (y cambiantes), aunque pasen desapercibidos para la mayoría de la gente, se podrían tomar miles de fotos de uno, como sucede con las obras de arte más famosas. En este intento nuestro de hacer entrar esas obras públicas (anónimas, no intencionales, gratuitas) en el mundo cultural ya hay, creo, una crítica a la sobrevaloración de las firmas personales, la museificación y otros aspectos del negocio del gran arte.

Nosotros mismos, con este intercambio vídeo-epistolar, quiero pensar que estamos aprovechando una de esas grietas del Poder para intentar decir cosas que creemos desatendidas o maltratadas por las mismas instituciones que ahora nos acogen. Sí, el intercambio no ha sido espontáneo y hemos sido invitados por una gran institución, pero creo que este tipo de experimentos, estos debates premeditados, pero con algo de azaroso, pueden ser muy fértiles si llegan a normalizarse. Quizá haya llegado el momento de que la discusión en los grandes Centros de Cultura y Museos empiece a hacerse más crítica y móvil, más viva, atenta y abierta a la vida y las quejas de la calle (y a los vídeos que la gente cuelga en la web), en vez de servir, simplemente, para legitimar, domesticar y absorber desde arriba, solemnemente, las cosas que vienen desde abajo, y decir cuáles han de considerarse cultura ( “definir o que é arte”) y descartar las que no.

Todo dependerá de si uno tiene todavía confianza en la permeabilidad de las instituciones, en su perfectibilidad o si, por el contrario, cree que sería preferible acabar con ellas de raíz o darles la espalda para intentar comenzar otras cosas desde otros lados, como ya se viene haciendo en muchas capitales del mundo.

Lo que usted me envía huele demasiado a dinero y a espectáculo de masas como para que me pueda parecer algo bueno, artístico en un sentido más restringido. La moral de los esclavos – de los pobres – es todavía la moral de los señores – de los ricos. Los vicios y prejuicios de los pudientes son los que dan mal ejemplo a las clases bajas y les contagian sus estupideces.
No quiero caer en el elitismo que denuncia una canción famosa: “Madame diz que o samba democrata, é música barata sem nenhum valor”. Pero el mundo entero está lleno de esa música como producto industrial y de espectáculos parecidos, yo creo que hay demasiados y que están demasiado presentes. Engels dijo que las mujeres fueron la primera forma de dinero (y otros mucho más sabios que yo le han dado después la razón). Soy consciente de que formo parte de la masa como todos. NO hay tal cosa como individuos serenos y responsables por un lado y alienados manipulables a placer por el otro. Todos tenemos, más o menos, ambas caras.

En gran medida yo creo que esas cosas, sobre todo mediante la TV y los medios generalistas, embrutecen a la población, como la mayoría de los trabajos de hoy en día, que no dignifican, sino que embrutecen. Estamos hartos de oír que el tiempo va muy escaso en televisión, que es muy importante aprovechar el tiempo, y, entonces, si ponen tantos deportes (fútbol, sobretodo) y tantas cosas frívolas y estúpidas (o ideológicas), es porque todo eso tapa otras cosas y gentes relevantes que conviene no mostrar. Al Poder le conviene tenernos distraídos (casi hipnotizados) con brillos, fútbol y mujeres hermosas para que no pensemos en las cosas que de verdad importarían para mejorar nuestras vidas.

Le envío a hilo de todo esto un par de vídeos de TVLATA, una televisión experimental de la comunidad de Alagados, en Salvador de Bahía, televisión gestionada por los mismos jóvenes y niños del Centro Cultural Bagunçaço. Es un proyecto (también con ayuda de dinero institucional) para dar visibilidad a esos barrios y, sobre todo, a las actividades e inquietudes de los niños, inocentes sufridores de muchas de las injusticias de la pobreza y la violencia. A la vez intenta ser un taller para introducir a los alumnos en las nuevas tecnologías y en trabajos relacionados con el vídeo que les puedan ser útiles en el futuro, contribuyendo a su alfabetización mediática. De lo que no se habla, eso no existe. Para que una cosa exista se ha de hablar de ella. En un mundo de imágenes y redes, no existir en al imagen y en la web es no existir.

O Show dos joven do projeto TvLata: Vou lá, vou já e os  mais novinhos de Tvlata

Estos niños y niñas también cantan canciones de las radios de masas, pero las hacen suyas de una manera que poco tiene que ver con la mercantilización de la música y que puede llamarse popular. Y con esto volvemos al primer vídeo que usted me enviaba, el del Capitán América y sus bizarros amigos danzando. La gente integra orgánicamente esas cosas y les da la vuelta produciendo a veces cosas muy bellas; lo enlatado y muerto puede ser resucitado por el pueblo.
Esta es la web del proyecto.

“El moderno se contenta con poco”. Esta sentencia de Paul Valéry me parece que vale tanto para la obra de Rothko o Tàpies como para las meninas danzantes que salen en el vídeo que envía usted. Y a veces sospecho que hay una contradicción de fondo, una guerra entre el dinero y lo artístico (si es que queremos salvar la palabra). Como si fuera condición del arte tener algo de gratuito, de regalo, que se da a todo aquel que quiera pararse a prestar atención a lo que la obra dice.

Perdone el desorden y la longitud de esta última mía y gracias de nuevo por su atención.
Quedo a la espera de la suya última.
Obrigado,

Félix PH.