Tienes razón, João,
Es muy peligroso el monopolio cada vez más grande de Google/YouTube, o Amazon, o de otras grandes compañías. Es como la dirección contraria a lo que decíamos de tu primer vídeo: la gente humaniza lo enlatado, pero los distintos poderes también enlatan lo humano. Se trata del clásico problema de la integración o absorción de la protesta por parte del Poder (público o privado). Es más: la metáfora de los caminitos de deseo es algo que ya utilizan también muchas compañías de marketing, referido a que hay que seguir el camino de deseo de los consumidores para atacar con la estrategia de venta por ahí.
Hay un vídeo en el mismo YouTube que enumera todas las empresas que ha ido comprando Google desde su creación. El vídeo acaba con la leyenda: “Google, haciendo grandes esfuerzos para no ser malo”. O este otro sobre Serco (empresa de la que nunca oímos hablar en las noticias oficiales).
La magnitud brutal de esas empresas privadas hace que su decisiones sean, en realidad, de interés público, ya que nos afectan a todos. Y es verdad que todos alimentamos en alguna medida a esos monstruos, sin sospecharlo muchas veces. Pero, al mismo tiempo, confiamos en que Dios (el Poder, el Dinero, etc.) no es nunca Todopoderoso, que siempre tiene grietas y defectos por donde intentar hacer algo bueno para la gente.
Es muy interesante el fenómeno de Gentileza que me envió. No tuve mucho tiempo de leer sus mensajes, pero le prometo que en cuanto tenga algo más de tiempo me dedicaré a hacerlo. No me extrañaría que ya existiera un tipo de letra para los computadores (una font) copiada de la pulcra caligrafía de Gentileza, y quizá con Copyright. “Uma arte marginal oficializada”, como usted dice.
En la historia han pasado muchas veces cosas parecidas: artistas que en su momento fueron poco conocidos y maltratados por la sociedad y el Estado (que quizá ni siquiera sabía nada de ellos), y que una vez muertos han sido utilizado por los estados nacionales o las empresas comerciales de la manera más estúpida y traicionera posible, con finalidades básicamente propagandísticas, turísticas y dinerarias. Hay incluso una relación directa, creo, entre la magnitud de su desgracia en vida y la de su prestigio (y el precio pagado por sus obras) después de su muerte. Van Gogh o Kafka serían los ejemplos más conocidos. De ambos se sigue exprimiendo dinero, comercializándolos a veces de las formas más inapropiadas que se puedan imaginar, cometiendo una verdadera traición a lo que sus obras todavía puedan enseñar y hacer disfrutar a la gente. Interpretar esos escritos de Gentileza de una manera tendenciosa o utilizarlos como publicidad de algo, como mero reclamo turístico, es seguramente maltratarlos.
Lo que le envío yo ahora habla también de esa dialéctica entre el arte y lo social, y de ese juego de espejos entre lo que viene desde abajo y lo administrado desde arriba.
Hice una selección de fotos tomadas por mucha gente por todo el mundo de lo que quiero mostrarle, quizá ya has oído hablar de ello:
El ARTE SECRETO (Y NO INTENCIONAL) DEL TAPADO DE GRAFFITI.
Jean Dubuffet hablaba de “el hombre de la calle ante la obra de arte”. En este caso de los graffitis cubiertos, se podría hablar de “el hombre de arte ante la obra de la calle”. Ya somos muchos los que hemos visto muchas obras de arte moderno (las masas de cultos), y sabemos del papel importante del azar en su desarrollo teórico, y la importancia de los objetos encontrados (ready-mades, objets trouvés) y de las texturas. También sabemos de ese carácter problemático de la valoración excesiva de la firma personal, del papel envenenado del dinero en el mundo del gran arte occidental. (Por ejemplo: quien tiene un Jackson Pollock en su casa tiene, principalmente, un problema: cámaras de vigilancia, seguro contra robos, etc., y se debe de hacer muy difícil disfrutar así de la obra ). Como si Cristo tuviera razón y hubiera que expulsar también a los mercaderes del templo del Arte. Jean Dubuffet escribía en “Cambia el viento” (introducción del “Almanaque del arte en bruto”), 1948:
“La noción de dinero y la imbécil noción de gloria cobraron tales proporciones desde hace varios siglos que han ahogado casi totalmente el verdadero sentido del arte y el mecanismo gracioso de la verdadera producción artística. Nunca se habló tanto del arte ni se discutió tanto del arte ni se veneró tanto las artes como se hace en la actualidad y eso es una mala señal: cuando una cosa existe realmente no se habla de ella; y cuando está bien viva y difundida en todo el mundo no se la enaltece tanto. Generalmente, cuando una cosa está en su flor y en toda su fuerza, no se nombra, y tan pronto como se le ha encontrado un nombre, como por ejemplo en nuestro asunto el nombre de arte, es que empieza a declinar. El arte verdadero no sabe su nombre. En el peor de los casos, lo olvida. (…) El arte se halla donde no se busca, donde no se piensa en él.”
En el caso de estos tapados es el espectador el que elige, el que es sensible a una de esas pinturas (gratuitas) que tapan otras que fueron consideradas impropias o feas por el dueño de la pared, en muchos casos el Estado.
También evocan los “pentimenti” de los cuadros antiguos: son como un arrepentimiento colectivo, social, un encubrimiento de ciertas vergüenzas o contradicciones de la sociedad, o expresión de la censura de esa misma sociedad. Se les podrían aplicar rayos-X para ver qué es lo que tapan todos esos cuadrados de colores.
Sabemos que no hay mucha diferencia en el modo de factura de estas pinturas casuales y la entrega a mecanismos aleatorios, estrategias del azar o a la gestualidad libre, inconsciente o irracional en que se apoyan y justifican muchos artistas de hoy.
Paul Valéry en Tel quel, Gallimard, 1948, escribía:
“Aquello que me interesa – cuando tiene lugar – no es la obra, no es el autor, es aquello que hace la obra. Toda obra es obra de otras muchas cosas más que un autor”
Estos graffiti tapados (obras no intencionales) podría decirse que son de una gestualidad colectiva, inconsciente, porque no creo que muchos de los que se dedican, profesional o eventualmente, a tapar graffiti (o a arrancar carteles) sepan algo de la obra de Mark Rothko, Frenz Kline, Antoni Tàpies, Raymond Hains, Mimmo Rotella, Nicolas de Staël o de otros pintores (informalistas, minimalistas, nuevos realistas, expresionistas abstractos, etc.).
Bueno, eso, y siento mucho la longitud de esta respuesta mía, no me alargo más.
Muito obrigado, João,
Félix
NOTAS:
1- Al principio de este proyecto, hablábamos con Iñigo de que deberíamos hacer esfuerzos por que aparecieran en el trabajo otras plataformas en las cuales, muchas veces, se pueden encontrar los mismos vídeos que hay en YouTube o Vimeo, u otros vídeos muy parecidos.
Site como el famoso: www.archive.org.
2-Nota: Aquí, en Barcelona, tenemos a Gaudí y su Sagrada Familia, iglesia inacabada pero muy espectacular que Gaudí había bautizado como: “La catedral de los pobres”, pero que ahora es el monumento más caro de visitar de España (¡gestionado por la propia iglesia!), y nadie parece escandalizarse de esa contradicción.
3- Mark Rothko – Cuadros como Dramas.