¡Oh, querido YouTube, que nos permites liberar la cultura y el pensamiento audiovisual como hasta recientemente solo podían hacer los editores de cine y vídeo!
Mi primera respuesta a su fragmento de la película de Sergio Leone es otro fragmento; Gigante, de George Stevens (1956)
Cara a cara con las instituciones como comisario independiente, me veo a veces como el mismo Jett Rink (James Dean en la película). Tener una buena idea y presentarla como proyecto personal no basta; se tiene que probar que se ha descubierto el oro negro (petróleo). En cualquiera de las reuniones objetivas y cortas donde la situación parece incierta y fuera de lugar, lo que nos deja todavía más “sucios de grasa” es la urgente necesidad de tratar de convencer a los directores de las instituciones de la importancia de la realización de tal acción. La escena escogida de Gigante ilustra muy bien esa disparidad de poder entre el agente autónomo que propone e la estructura institucional pública o privada, ya que provoca que tenga lugar esa imagen del fragmento en la vida real. Es como llegar montado en una furgoneta que se cae a pedazos a una sólida sede administrativa, y poder anunciar con tesón aquello que se desea tener por derecho. Esta secuencia en movimiento confirma de forma crítica el comentario anterior; las peleas por los terrenos de explotación, por el dinero, por los socios que te apoyen. Eso nos hace sentir mal, feos, pero también buenos.