«Creo que en pocas obras he sonreído durante tanto rato y me he olvidado de mi estática posición, teniendo en cuenta que el trasero es el indicador de satisfacción de una obra. Estos tres chicos, cada uno a su manera, desarrollan unos personajes fabulosos y mantienen la atención constantemente con sus interpretaciones espontáneas en una historia adolescente que aunque no está plagada de grandes efectos ni de mucha escenografía, te atrapa a la butaca y te roba el corazón.
Un gran crítico de teatro me enseñó que uno de los indicadores del cuerpo cuando estás a disgusto en una obra de teatro o función es que no paras de moverte. Que no dejas de mover el trasero en la silla, que cambias la posición de las piernas y que incluso te interesas por como son las columnas del teatro o de que color es el techo. Pero cuando estás a gusto y la obra te atrapa te olvidas un poco de ti mismo y tienes tus ojos como platos pendiente de los actores y del escenario. En mi caso, además de mis ojos atentos, no pude quitarme la sonrisa de la cara durante toda la función.
Estos 3 jóvenes actores están increíbles en escena, tienen frescura y espontaneidad evitando hacer de esta obra una obra acartonada que se sostiene en el texto, al contrario, ellos son los que te transportan a la adolescencia con esas interpretaciones realistas en las que te parece ver al chaval de la esquina que siempre se esta discutiendo o debatiendo con su mejor cólega por temas que para ellos son de vida o muerte pero que a los 5 minutos han olvidado.
Son 3 caracterizaciones diferentes, pero en todas ellas reflejados arquetipos de los jóvenes de hoy de nuestra sociedad.
Todo trascurre en un mismo lugar y en un mismo día, mejor dicho, en una misma noche, con lo que todo es sencillo en escena y sólo con una silla de espera de estación y unos cuantos objetos decorativos consiguen llevar tu imaginación hasta el interior de un helicóptero, entre otras cosas. Así pues, con un montaje muy humilde y mucha imaginación y buena interpretación, estos chicos con su gracia y desparpajo consiguen robarte el corazón.»
El último tren, domingos 5 y 12 de diciembre a las 18 horas en la sala Porta 4.
Reserva de entradas: www.atrapalo.com