#3 Feria gayega | El crisol del teatro posdramático gallego

matarileHistoria natural de Matarile Teatro. Fotografía: Baltasar Patiño.

Contra lo que pueda parecer, además de la lengua como base de una cultura diferenciada como es la gallega, hay otros índices en los que radica lo que podríamos llamar idiosincrasia gallega. La cultura es un constructo y un acúmulo de componentes que derivan, fundamentalmente, de un paisaje, una orografía, un climatología y una historia o historias comunes y específicas. La lengua no es más que la representación léxica, fonética, gramatical y musical de una realidad específica que ha sido nombrada desde tiempos inmemoriales.

La hierba y los frutos y hortalizas que, entre otros elementos, aparecen en los espectáculos de Matarile Teatro, son una marca sutil y simbólica de un paisaje cultural en el que también se encuadra esa conciencia de periferia que, por no ser centro, condena a Galicia desde hace muchos siglos de doma.

Del mismo modo podría analizarse la composición de personajes (la retranca, la morriña, un cierto existencialismo vitalista) y los ambientes de una buena parte de la dramaturgia de Valle-Inclán, aunque las palabras de sus obras estén en catellano, la música que las anima es gallega. Y la música, el movimiento, la luz, el panteísmo que proyecta y anima la naturaleza excelsa de este país, con base en el Antigo Reino de Galiza, también forman parte de una cultura diferencial que sigue presente en las últimas tendencias de las artes escénicas gallegas.

Este es un tema para desarrollar y estudiar pormenorizadamente. En estas letras solo se tocará de manera tangencial para abordar los tres pies sobre los que bulle la marmita del teatro posdramático gallego. A manera de captatio benevolentiae quiero pedir disculpas, de antemano, por el reduccionismo esquemático que implica esta exposición.

Según mi modo de ver hay tres compañías que, desde hace décadas, han depurado una poética teatral próxima a lo que Hans Thies Lehmann ha analizado bajo la amplia denominación de “teatralidades posdramáticas”.

En primer lugar MATARILE TEATRO de ANA VALLÉS y BALTASAR PATIÑO, con dramaturgias en las que siempre se revela una honda necesidad y amor. Espectáculos en los que la performance más física y plástica configura el elemento principal de atracción y de sentido (más allá del significado), dentro de una polisemia tan rica como el conjunto de acciones disyuntivas y heterogéneas que se dan cita en sus obras. El concepto de “evento”, de “encuentro” real (no “realista”, insisto, sino “real”) y verdadero con la espectadora y el espectador concretos son una de las marcas de la casa. Sin imposturas, sin ampulosidades, sin pretenciosidad… desde una honestidad asombrosa.

La acción lumínica, la acción sonora, los materiales textuales diversos presentados a través de la acción verbal, la acción coreográfica, la acción objetual, la caracterización, los juegos de simulacro… dan lugar a espectáculos de fuerte impacto estético y emocional. Llama la atención, además, la dimensión existencialista y filosófica que, unida a un vitalismo de honda raíz gallega, siempre alienta en las obras de MATARILE TEATRO.

Hace bastantes años la SALA GALÁN y el FESTIVAL EN PÉ DE PEDRA, en Compostela, ambos organizados y programados por MATARILE TEATRO, fueron la cuna de la DANZA CONTEMPORÁNEA GALLEGA y del TEATRO-DANZA que después ha ido desarrollándose con muy pocos apoyos públicos. Es lamentable que los responsables de las instituciones culturales y artísticas gallegas no se hayan dado cuenta aún de que Ana Vallés es la persona más indicada para la dirección artística del CCG (Centro Coreográfico Galego) y que, con ella al frente, una buena parte de las artes escénicas más vanguardistas de Galicia podrían comenzar a progresar y a internacionalizarse. Pero… Aquí, por estos lares, la miseria suele ganarle a la inteligencia.

seleccioneurozone9Eurozone de Chévere.

El segundo pie sería el GRUPO CHÉVERE con Xesús Ron, Patricia de Lorenzo, Miguel de Lira, entre los que están prácticamente desde los incios. La SALA NASA de Compostela, ahora ya cerrada, las ULTRANOITES, una especie de cabaré pop y bravú y sus espectáculos de creación colectiva, de fuerte calado político y en un tono preponderantemente cómico, son otro caldo de cultivo para muchas generaciones de teatreras y teatreros de Galicia. Sus parodias y caricaturas, sus simulacros y musicales, no dejan títere con cabeza, pero siempre desde el humor inteligente y el compromiso con la sociedad del momento.

Su declaración de intenciones es clara: “Chévere se inclina siempre del lado del juego, de la invitación, del goce, de lo inmediato y de lo genuino en vez de inclinarse hacia profundidades psicológicas, gestos aprendidos, impostación […] Chévere rechaza la tradición del teatro bien hecho (la tradición, no el teatro) y los parámetros establecidos a este respecto, que substituye por un lenguaje propio. Chévere ignora el tópico del acto creador y la manifestación gestual del sujeto y renuncia a la categoría de autor. Su práctica no respeta las prácticas establecidas por el teatro tradicional, por la vanguardia o por la crítica. Contrapone el mal gusto, lo banal, lo inacabado, lo fragmentario y el pastiche al teatro dominante, aspecto enfatizado por su repertorio iconográfico (los símbolos de la cultura globalizada imperante, pero también los de la cultura muy local) y dramatúrgico (narrativa de género, pero también práctica performática, plástica, sonora, visual, poética)…”

El tercer pie sería el sello de “teatro perralleiro” acuñado por QUICO CADAVAL, que, en realidad, se trata de un tipo de teatro-fiesta en el que prima lo dionisíaco por encima, o por debajo, de lo dramático. Esto se pudo comprobar en su dramaturgia y escenificación de Noite de Reis de W. Shakespeare para el CDG (Centro Dramático Galego) en la época que asumía la dirección artística de esta institución Cristina Domínguez. También en sus trabajos con el dúo MOFA & BEFA. Una comicidad de hechura galaica que mezcla ingenuidad y malicia, procacidad violenta y ternura.

También sus espectáculos con PRODUCIÓNS EXCÉNTRICAS, como Shakespeare para ignorantes, juegan con ese tono de comicidad altamente lúcida y con una afirmación del juego teatral, en el que el show y el entretenimiento, la fiesta escénica, siempre están garantizados, ya sea de manera explícita, ya sea de manera escondida tras la representación de alguna obra de repertorio.

Estos tres pies, a los que se suma la ESAD (Escola Superior de Arte Dramático) de Galicia, con el fuego indómito que brota del eje atlántico, sostienen la marmita del teatro posdramático gallego en el que ya brillan con luz propia otras jóvenes compañías.

Afonso Becerra de Becerreá

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#3 Feria gayega | En el minifundio no puedo jugar

VOADORA !

Joane de Voadora. Fotografía: Carlos Teles.

La situación del teatro en Galicia es…

1) Muy buena
2) Buena
3) Mala
4) Muy mala
5) Ninguna de las anteriores

La respuesta correcta, como no podría ser de otro modo, es la número 6) “Depende”.

Sólo si entendemos situación desde una perspectiva situacionista la respuesta puede ser la 1) “Muy buena”.

Los últimos años (y no concreto si 5 ó 50) han servido para crear una suerte de performance kafkiana de espacios, redes, instituciones y propósitos de revolución en la que lo bueno, lo malo, lo muy malo y lo ninguno de los anteriores se mezcló y alternó con una intencionada falta de criterio común.

El esfuerzo de unos pioneros que hace varias décadas levantaron algo parecido a unas herramientas de apoyo y gestión industrial al teatro con, quiero creer, buena intención, ha derivado en una política cultural de la metadona que casi obliga a la inmovilidad absoluta.

Inmovilidad de acción y de opinión.
Todos en contra de que se reduzcan las ayudas.
Todos en contra de que se reduzcan las redes.
Todos en contra de que la Xunta controle el 100% de la financiación para la producción y la distribución.
Todos en contra de que se cierren teatros.
Todos, en la intimidad, opinando que sobran compañías.
Todos en contra de bajar los salarios.
Todos bajando los cachés.
Todos dispuestos a trabajar gratis, según para quien.
Todos exigiendo que vuelvan las vacas gordas.
Algunos incluso las ven. Les llaman vacas a los gatos si es necesario.
Todos, poco a poco, dejando que la situación se vaya degradando con la única opción de unas subvenciones, envidia de muchos de nuestros vecinos que ya no las tienen o nunca las tuvieron, pero en las que te indican qué producir, cuándo producirlo, cuánto dinero puedes conseguir fuera, qué porcentaje le puedes destinar a los salarios, cuándo tienes que venderlo, en dónde y a quién. Normas todas ellas creadas año tras año para evitar el engaño y la picardía de algunos de los subvencionados en convocatorias anteriores.

TEMPESTADA tempestade de Voadora. Fotografía: Paulo Pacheco.

Ojo, que las ayudas y redes no son el problema. Faltaría más.

El problema es que todo gira en torno ellas y se oprimen otras alternativas.
Esas que nadie busca.
Parece imperar el síndrome de Estocolmo.
Y si pensamos a largo plazo ya se puede oir el tic-tac.
Este modelo industrial no solo está caduco sino que demostró tener poco o nada de modelo industrial.
Un año sin ayudas = un año sin creación escénica.
Menos redes = creaciones que nadie ve.

Y uno tiene la ligera sospecha de que si de un plumazo desapareciera todo el teatro galego, todo, las compañías y los autores, apenas pasaría nada.
Salvo alguna excepción (puede que una o dos) socialmente somos muy, pero que muy, prescindibles.

La metadona hizo su efecto.
En nuestra esquina, calladitos, sin molestar a nadie.
Como complemento a ésto cada cierto tiempo surgen macroproducciones megapublicitadas que pasan como Atila y dejan tras de sí una cierta sensación de vacío en las relaciones entre el teatro y el resto de la actividad humana.
Como el enorme agujero que luce en el centro de la Cidade da Cultura de Galicia, que debía albergar un Auditorio faraónico donde ahora luce una hermosa nada que hasta le da algo de sentido al resto del complejo.
Y ni rastro de la nueva ley de mecenazgo.
Y ni rastro de lo que hasta hace pocos años gestionaban las cajas de ahorro lucrándose sin ánimo de lucro (por lo visto lo que cuenta es el ánimo).
Y ni rastro de muchas buenas iniciativas ciudadanas fagocitadas por políticos ineptos desde los ayuntamientos: Festivales de danza, de circo, de teatro en la calle…

Cuando el teatro es necesario, no hay nada más necesario; Peter Brook.

Las valientes alternativas a este modelo, consideradas como outsiders, resulta que ahora son lo único que mantiene una estructura mínimamente sana.
Existen.
Y comen.
Puede que poco, pero comen.
Ellos están marcando una de las salidas del laberinto y varias son las salas, compañías, gestores, etc. que toman buen ejemplo.
Si no quieres ser prescindible hazte imprescindible. Puede que lo consigas. Lo único seguro es que nadie lo va a hacer por ti.
El resultado tardará en verse.
Y exige una dieta detritófaga.

Son solo palabras… a menos que sean verdad; David Mamet

Mientras, la naturaleza impera y el relevo es una realidad.
Una ola de cabezotas que se empeñan en crear para la escena (y también en comer) se desenvuelven mejor que los anteriores en la precariedad y la crisis porque apenas conocieron otro modelo.
Cabe tener en cuenta que en Galicia es imprescindible tener 40 años y 20 de experiencia para ser considerado joven promesa.
Los que ya los tenemos, para empezar, nos llevamos bien. Y existe una camaradería que supera por mucho a la divergencia de opiniones.
Ésto, que podría ser trivial, se me antoja como el principal rasgo diferenciador entre el modelo que hubo y el que habrá.
Que el tiempo no me contradiga.
Hasta ahora, y aún colea, hicieras lo que hicieras alguien iba a entender que estabas yendo en contra de sus intereses.
El minifundismo aprieta.
Pero no ahoga.
Porque ya no puede.

No hay tiempo. Es tiempo perdido; Jim Henson

En este sentido la postura de nuestra compañía fue siempre la misma: escapar hacia adelante. Mirar hacia donde te devuelvan la mirada. Disparar en abanico y a discreción y ver que siempre algo cae. Trabajar para dentro y para fuera. Con las instituciones y con los espacios alternativos. Con lo establecido y con lo que está por establecerse. Sumar Galicia a Portugal, al resto de España y a todo lo que se ponga por el camino.

Hacer lo que queramos siempre.
Lo único cierto es que el proyecto artístico manda.
Primero decidir qué hacer y luego ver cómo hacerlo. En ese orden.

LlullProject Llull de Voadora. Fotografía: Jose Cruzio. 

Y a día de hoy, con 8 espectáculos producidos en los últimos 3 años, nos vimos envalentonados para echar un órdago a la grande. Una nueva declaración de principios. Es lo que nos apetece. Y si nos damos un planchazo que se oiga desde bien lejos. Sin complejos. En cuanto podamos volveremos a subir al trampolín.

Nuestra situación como creadores en el teatro gallego es la misma que en el teatro portugués o en el teatro español.
Cada vez conocemos a más gente.
A alguna le gusta lo que hacemos y nos ayudan.
Poco más.
No nos interesan los discursos teóricos.
No nos interesa hacer política.
Nos interesa crear y producir espectáculos.
En ellos nuestra teoría y nuestra política para quien quiera verlas.

No tenemos derecho a hablar de nadie en concreto porque no pertenecemos a ninguna asociación, ni grupo, ni nada. Tampoco es algo buscado, simplemente no estamos. Los lazos que nos unen a nuestros compañeros, que los hay y muy fuertes, son puramente sentimentales y nos gusta que así sea. Cuando empezamos sabíamos que ésto era una carrera de fondo. Sin embargo en algún punto del trayecto descubrimos que no es una carrera: es un paseo. La carrera hay que ganarla solo. El paseo se hace mejor acompañado.

Nuestra filosofía de producción es contaminarnos, trabajar siempre que se pueda con reciclajes, reutilizaciones, préstamos, cesiones, intercambios y todas las fórmulas que permita la creación que lleves a cabo.

Además de ser posible, que no es poca cualidad, es mucho más razonable, más ecológico, enriquece enormemente la creación y establece vínculos bilaterales de colaboración para futuros proyectos. Y es la única fórmula que permite invertir todo el dinero en los salarios de la gente con la que quieras trabajar. A veces no llega a uno. Otras veces sí. En fin, hay que insistir.

“El futuro de las artes escénicas pasa por dignificar la profesión de los que las hacemos.”
Este enunciado, repetido desde hace milenios, nunca ha dejado de estar vigente.
Da que pensar, ¿no?
Y hoy se corre el riesgo de establecer unos precedentes peligrosos.
La necesidad lo permite.
Aunque exija grandes esfuerzos, en arte, la ética siempre es una buena inversión.
La experiencia así nos lo confirma.

Sabemos que le tenemos que agradecer mucho a mucha gente que trabajó para que la “situación” esté como está ahora, para que exista una “situación”.
A todos ellos muchas gracias.
Pero no debemos nada a nadie.
Vamos a intentar ponerlo todo patas arriba.
Devolveremos, como mucho, un legado de ejemplos de nuestros éxitos y planchazos para las jóvenes promesas gallegas.
Las de verdad.
Las que ya están trabajando hoy y preguntándose cuándo carajo se come.

Jose Díaz
VOADORA

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#3 Feria gayega | Esperando la primavera atlántica

Elefante EleganteGranito de Elefante Elegante

“Como van las cosas por Galicia?”-nos pregunta un amigo y distribuidor afincado en Alicante- “Yo he tenido que cerrar la oficina de Madrid y me he venido para el pueblo de mi mujer, hemos abierto una sala pequeña en el bajo de casa”. Las cosas en Galicia no son muy diferentes a las del resto de la península, pensamos de entrada, pero luego, nos damos cuenta de que igual sí, a lo mejor Galicia is different.

Quizás no contamos con la tradición teatral de los franceses, ni Santiago es Berlín… pero la gente hace frente a la que está cayendo como en todas partes. Aúnque quizás la administración aquí es un poco different y cuando cierra una puerta nos abre una ventana, eso sí, en el noveno piso.

Así, en caída libre, sálvese quien pueda.

Lo que se lleva, o lo que se puede llevar, es tener una compañía con nosotros mismos. Nosotros mismos para producir, nosotros mismos para crear, nosotros mismos para vender y claro, nosotros mismos para autoexplotarnos, eso sí, con dignidad y elegancia. Y es que más de la mitad de las empresas culturales gallegas no tienen asalariados. Y eso que las empresas teatrales representan el 25,9% de la actividad empresarial cultural gallega, según el último informe del Consello da Cultura Galega. Vamos a pararnos en lo de “empresa cultural”, ya que a pesar de que no tenemos más remedio que aceptar la onda de las Industrias Culturales, podemos y debemos expresar nuestras reticencias a entrar en el juego de comerciar con arte sin más guías que la oferta y la demanda. Obviamente las compañías gallegas deseamos y creamos nuestros espectáculos para que el público asista y le dé sentido con su presencia a nuestra creación. Queremos público, queremos llegar a más espectadores, espectadores potenciales, que están sentados viendo la tele sin saber que lo que hacemos les puede mover, remover e incluso conmover. Pero claro, eso no puede significar que el Estado se desvincule de los creadores dejándolos a la merced de las taquillas y de criterios de creación estrictamente comerciales. Nunca podemos dejar de insistir en esto, que es bien sabido, pero que siempre está a punto de olvidarse en un lejano cajón de la organización liberal. El arte y el entretenimiento son dos cosas bien diferentes en el sentido de que mientras el segundo necesita apoyos, el primero nace andando, como los hijos de las yeguas. Si en la época de las vacas gordas no se aprovechó para subir el precio de las entradas al teatro, ahora la gente no se habituará a pagar entradas que financien completamente el espectáculo.

Pero volvamos a casa.

En Galicia llueve más que en Alicante, por eso abrir una pequeña sala requiere cierto acondicionamiento. Pero, ¿quién se atreve a abrir un espacio cuando casi no puede pagar el alquiler de su casa? Pues algunos valientes como los que abrieron Extramuros Espazo de Colisións Artísticas, o La Casa Tomada, O Liceo Mutante, etc. Nuevas fórmulas de gestión para tiempos salvajes… Malabarismos para atraer al público a la sala. Pero, ¿hasta cuándo podrán resistir? El futuro es incierto. También la Rede Galega de Salas, de organización institucional abre nuevas puertas: la Sala Gurugú, A Sala Ingrávida, A sala de Talía. ¡Bienvenidas sean!

Si damos un pequeño salto más allá de los Pirineos descubrimos que el IVA de las entradas al teatro en Francia es del 5,5% y para más envidia, no sé si sana, las “primeras” 140 representaciones de un espectáculo tienen un IVA superreducido del 2,1%. Fue allí donde vimos, anonadados, -hace ya casi 10 años-, a un grupo de adolescentes haciendo cola un domingo por la tarde en el teatro para ver un Moliérè. Exactamente como aquí… ¡No todo iban a ser malas noticias del norte! 🙁

Por suerte también nacen nuevas compañías, o agrupaciones de personas sin personalidad jurídica propia, pero ahí están, creando y ayudando a que el teatro gallego siga hacia adelante en su evolución. Darwin estaría muy orgulloso de todos nosotros. De muchos de los veteranos también.

La así llamada crisis, ha traído mucha unión en la profesión con el nacimiento de asociaciones y plataformas de defensa de las artes escénicas que fueron fundamentales para aguantar las paredes de la casa del teatro en medio del terremoto. Y quien dice teatro hoy en día dice danza, dice nuevo circo, y todo con la boca llena. Y es que en Galicia hay mucho talento y grandísimos creadores. Creadores que van más allá en la búsqueda de lenguajes escénicos, allá donde las fronteras entre disciplinas y estilos se desdibujan con la fuerza de las ciclogénesis que nos acompañan durante el largo e incubador invierno. Quien no siempre está a la altura quizás sean las instituciones.

En Galicia hasta hace pocos años, para formarnos, teníamos que irnos a Barcelona y a Madrid -la mayoría-, otros dábamos el salto al corazón de Europa y los más intrépidos cruzaban el charco. Esto ha hecho que con el paso del tiempo y el retorno del emigrante cultural, nuestro panorama creador sea cada vez más rico, variado y de gran calidad. También los hubo que se quedaron aquí, grandes autores y creadores, grandes autodidactas. Menos mal que estaban, sino qué hubiera sido de nuestro teatro… La apertura Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia en Vigo hace unos seis años vino a colmatar un vacío vergonzoso que cubrían dignamente otras escuelas privadas y municipales como la de Narón. Ahora quien se quiere especializar fuera puede hacerlo, después de recibir una sólida formación de base.

¿Y el público? ¿Qué piensa la gente que acude a los teatros? No hemos realizado ninguna encuesta con el CIS, pero sabemos por experiencia que las personas que asisten a las salas lo disfrutan, lo necesitan y quieren más porque “es una pena que no haya más de estas cosas”. Queremos una programación estable, variada y de calidad, tanto unos como otros. Para todo tipo de públicos, mayoritarios y minoritarios. Y los minoritarios, salvo honrosas excepciones, quedan en el cajón del programador a la espera de un futuro más propicio, en el mejor de los casos. Nuestra antaño flamante Rede Galega de Teatros e Auditorios, está funcionando en modo supervivencia, con menos teatros adscritos y menos programación, lo que dificulta tanto a la creación como a la conservación de públicos, incluso a la supervivencia de los creadores, por muy buena que sea, fuera o fuese, su programación.

ININ de E. E.

El auge de compañías que crean espectáculos para la infancia con un alto nivel de exigencia tanto a nivel de fondo como de forma, lejos de infantilizar al publico infantil, merece mención aparte. De hecho, en el año 2013, por primera vez en la historia de los Premios María Casares del Teatro Gallego, un espectáculo creado para la infancia, Nuncabunga, de nuestro Elefante Elegante, recibió el galardón de mejor espectáculo. Una fiesta para todos los creadores que creen que el teatro para los más pequeños es igual de Teatro que el de los grandes. Y es que a pesar de todo aún nos quedan algunos prejuicios de los que librarnos.

Hablando de prejuicios, aquí va el último, pero éste no es solo nuestro… Fuera de las grandes capitales del Estado, hay grandes creadores y grandes espectadores, llenos de brisa marina y aire puro. Es una pena que ciertos espectadores acepten pagar entradas más caras por espectáculos de fuera de Galicia como si aquí no tuviésemos que comer o pagar el alquiler o que fuésemos peores artistas. Es una pena que “el espíritu de las provincias” no haya pasado a mejor vida… Qué feo es el complejo de inferioridad, a este podían llevárselo las enormes olas de 10 metros que el océano nos mandó este invierno para enseñarnos su poder y ponernos en nuestro sitio de efímeros mortales, como el Teatro.

Afortunadamente para las compañías las redes sociales funcionan muy bien de altavoz. Arden de información, reivindicación y comunicación horizontal. Pero claro, siempre entre amigos, y la cuestión principal es llegar a donde no nos conocen. Y para eso también deberían estar los medios de comunicación.

Antes, cuando éramos jóvenes (hace tres años) todavía teníamos el apoyo y difusión de gran parte de los medios que ahora yacen. Otros, con mucho esfuerzo, se mantienen vivos online. ¡Gracias! Pues sabemos que no es nada fácil. Hay días en los llueve hasta en Alicante.

Sería fantástico que un día en las amplias explanadas de la Ciudad de la Cultura de Galicia se juntase todo el mundo que cree que pertenece de algún modo al mundo de la cultura. Entonces podríamos ver como aquello se llenaría por un lado de actrices, actores, escritoras, bailarines, tramoyas, acomodadores, iluminadores, directoras, dramaturgos, atrezzistas, músicos… y por la otra ladera del monte Gaiás subirían también las profesoras, los alumnos, médicos, bomberos, carteros, panaderas, universitarios… ¡incluso funcionarios!, todas aquellas personas que normalmente pasan por taquilla, se acomodan en la butaca y se lanzan curiosas rumbo a lo desconocido esperando la primavera. Lástima que cuando broten las flores, será demasiado tarde para traer a Pina.

 Iria Pinheiro y María Torres 

Elefante Elegante

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Muchas, grandes y livres #3 | Feria gayega

Un paisaje gallego.

El crisol del teatro posdramático gallego.

En el minifundio no puedo jugar.

Esperando la primavera atlántica.

Aquí está la tercera entrega de Muchas grandes y livres, esta vez sobre Galicia. Como hemos dicho en otras ocasiones: sería lógico y deseable que no todo el mundo estuviera de acuerdo con lo que se dice en cada uno de los textos. Más allá de los comentarios, si alguien consigue crear un hueco en su agenda pluriempleada y le apetece sumar su punto de vista que nos escriba, por favor.

Queremos agradecer a los autores de los artículos que hayan sacado tiempo y se hayan animado a colaborar en esta sección. Sus reflexiones arrojan luz y nos ayudan a dibujar el paisaje de las artes escénicas gallegas. Gracias.

También nos pusimos en contacto con otros creadores, compañías, salas, gestores, etc., que no han podido liarse esta vez. La puerta -y la invitación- sigue abierta.

Para terminar, dar las gracias a R.B., M.A.R., A.P. y E. F. por los consejos que nos han dado para armar esta nueva entrega sobre el fogar de Breogan.

Malo será!

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La carta de Rodrigo y el problema francés. Me siento como una mierda.

Yo me siento como una mierda, tú te sientes como una mierda, él se siente…

Cruda, vuelta y vuelta, a punto, chamuscada. Fot. Christophe Raynaud Delage. Fotografía Christophe Raynaud Delage

Los intermitentes franceses llevan calentitos los últimos meses pensando que les van a quitar la intermitencia. Pueden leer las noticias aquí y acá. Resumiendo: el Estado está en banquita rota, la derecha nacionalista asciende y la Francia no sabe qué hacer. Bueno sí, piensa en quitar la intermitencia a ver si saca cuartos de debajo de las piedras. Los intermitentes no están contentos y han ido a la huelga.

Rodrigo García, enfant terrible del teatro español, hijo predilecto en Francia y ahora director del CDN de Montpellier escribió un mail público que todavía está en la portada de la web del teatro. Ahora lean -y piensen-: la carta de Rodrigo y la contestación a la carta de Franck Ferrara.

CARTA DE RODRIGO GARCÍA A LOS ACTORES, TÉCNICOS Y TODO EL EQUIPO (16 PERSONAS) QUE PARTICIPAN EN LA OBRA GÓLGOTA PICNIC

Queridos amigos,

Como podéis ver, este mail ha sido escrito a las 3 de la mañana del cinco de junio y no porque he estado de fiesta, simplemente no conseguía dormir.
Las representaciones deGólgota Picnic han sido anuladas.

Esto se parece a lo que algunos de nosotros vivimos en 2003, teníamos funciones previstas en Avignon y al final nos quedamos en casa porque el festival fue anulado por el boicot de los intermitentes del espectáculo que reivindicaban sus derechos.

Hoy, once años después, el mismo hecho tiene lugar. Los intermitentes mantienen un combate contra el Estado francés y preparan huelgas para protestar porque han tocado sus derechos.

Comienzan por boicotear el primer festival de primavera-verano del sur de Francia: Las Primaveras y si las cosas no se arreglan seguro continuarán con el Festival de Montpellier Danza y terminarán quizá por obstruir el de Avignon, como en 2003, a menos que el gobierno ceda y negocie.

Yo, en nombre del CDN, he prestado hace ya tiempo la sala grande del teatro a los intermitentes para su primera Asamblea General.

Yo, en nombre del CDN, he firmado hace dos días una carta en apoyo a los intermitentes dirigida al Primer Ministro Emmanuel Valls.

Yo, esta mañana, tenía una reunión en el DRAC con otros 18 directores que forman parte -como yo- de eso que se llama comité de expertos: nos reunimos para debatir sobre compañías regionales que obtendrán subvenciones. Hemos decidido esta mañana no hacer nuestro trabajo y unirnos a la huelga y hemos redactado una carta a favor de los intermitentes.

Yo, esta tarde, he decidido que anulábamos Gólgota Picnic en un gesto de apoyo a los derechos de los trabajadores franceses a los que llamamos “intermitentes del espectáculo”.

Cuando explico, a otros, que uno de los actores de nuestra compañía (Gonzalo Cunill) ha renunciado a un trabajo de varias semanas en España sólo para hacer tres funciones de Gólgota Picnic en Montpellier, no le interesa a nadie.

A nadie le importa saber que otros sufren económicamente por todo esto.

Que se vayan al carajo, los artistas y técnicos españoles, italianos y portugueses de nuestro equipo, ellos que no reciben ninguna ayuda del Estado cuando no trabajan porque no trabajan en Francia, Bélgica o Suiza.

A todo el mundo le importa un bledo. A causa de esta cancelación, todo el equipo de Gólgota Picnic pierde la oportunidad de hacer un trabajo y ganar un salario para vivir con sus familias, a todo el mundo le importa un bledo que vengan de países en crisis donde no hay trabajo.

Los intermitentes franceses defienden sus derechos con un egoísmo pronunciado y no se preocupan de lo que pasa a su alrededor.

Es digno de estudio antropológico; a veces todo tiene un aire tan primitivo, como en Tristes trópicos de C. Lévi-Strauss. También hay que decir que la asamblea de esta tarde ha tenido sus momentos estalinistas, que me han parecido oscuros y patéticos. Y sin embargo, yo estoy con ellos. Los apoyamos.

Además: nadie se ha dado cuenta del gran perdedor: el público, los ciudadanos, sus vecinos, los profesores de sus hijos o los médicos que los curan, es decir, el público que, cuando deja de ser profesor o médico, va al teatro. Que se vayan al carajo. Este verano se quedarán en casa a echar un solitario o irán a pasear al Odysseum, porque no habrá ópera, ni teatro, ni danza.

El debate sociológico y filosófico sobre este tema sería interminable y no quiero comenzar a discutir en este mail que escribo solamente para comunicaros la mala noticia de la cancelación.

Como director de una institución, me he posicionado en uno de los dos campos, el de los intermitentes del espectáculo, que han sido traicionados por el gobierno socialista. Hollande no ha mantenido sus promesas. La ministra de cultura le pasa la patata caliente al ministro de trabajo que se niega a echarse atrás.

Al tomar esta decisión, me siento en el plano personal como una mierda, porque no podemos hacer nuestra obra en junio como estaba previsto (habíamos recibido tantas solicitudes de entradas que habíamos ampliado a una tercera función) y que vosotros, como yo, nos vemos privados de un primer contacto artístico con la ciudad de Montpellier.

Supongo que mi decisión de cancelar la obra y de situarme al lado de los intermitentes no agradará mucho al Ministro de trabajo. Supongo que esta carta, que hemos decidido hacer pública, no agradará mucho a los intermitentes del espectáculo. Muy bien, recibiré bofetadas de ambos lados. Por lo menos he dicho lo que tenía que decir. Creo indispensable decir que la gente que -y es su derecho- tira por los suelos un festival debe tomar conciencia de los “daños colaterales”, porque los hay, y no los menos.

No merece la pena decir que las trescientas personas que estaban en la Asamblea esta tarde me han aplaudido cuando he anunciado que no haría Gólgota. Me he sentido y me siento como una mierda. Porque amo mi trabajo.

Os volveré a escribir pronto para saber si es posible presentar Gólgota Picnic más tarde. Veremos. Porque esta cancelación afecta, y mucho, la economía precaria de nuestro pequeño CDN que tiene la ambición de crecer y modernizarse.

Rodrigo

4MUERTE_Y_RENCARNACION_EN_UN_COW_BOY_copyright-christianberthelotFotografía Christian Berthelot

A los pocos días en varios medios de comunicación apareció una respuesta del actor Franck Ferrara.

CARTA DE FRANCK FERRARA A RODRIGO GARCÍA

Hola Rodrigo,

Te conozco, conozco tu trabajo, te admiro por lo que haces y lo que defiendes en este arte que también es el nuestro. Te ruego que creas en mi amistad y mi sinceridad. Por mi parte, tú no me conoces y no puedes admirarme, pero da igual. Por lo contrario, cuando leí tu carta, me puso contento que te sintieses como una mierda, porque quiere decir que sientes un poco eso que yo siento después de diez años de lucha.

Porque yo también me siento como una mierda. Como una mierda cuando debo aceptar hacer mala figuración a dos horas en coche desde mi casa, sin que te paguen la gasolina. Como una mierda cuando tengo que sonreír para ver si encuentro un papel que nunca encuentro porque siempre es demasiado tarde. Como una mierda cuando doy talleres a chavales que se la sopla y que consideran el teatro como una buena razón para saltarse las clases, aunque yo sepa que comencé en el teatro como ellos. Como una mierda cuando mi familia me pregunta por qué no soy ya una estrella, por qué no salgo en la televisión, porque no hago cine. Como una mierda cuando les respondo que no quiero volverme comercial y que se rían en mi cara mientras me dicen que hoy todo el mundo lo hace. Como una mierda cuando los espectáculos que monto con mis compañeros no hacen gira porque no llegan por aquí o se pasan por allá. Como una mierda cuando llamo diez veces a un director para que acepte leer mi pobre dossier, como una mierda cuando entiendo que le importa un carajo mi trabajo y que cree ser mi padre. Como una mierda cuando comprendo que ese mismo director está cogido por los huevos y que sus subvenciones se ven reducidas año tras año. Como una mierda cuando aplaudía en la huelga con lágrimas en los ojos sabiendo que ese será el único modo de hace avanzar las cosas porque en este país, hoy, sólo las estúpidas demostraciones de fuerza logran cambiar las cosas. Como una mierda cuando he leído tu carta y me he dicho: tiene razón, ¿qué estamos haciendo? Como una mierda delante de gente que habrá leído tu carta y me dirá: “¡No tienes vergüenza, especie de gandul, impedir a la buena gente ir a distraerse al teatro!” ¡Como una mierda, tío! Una pequeña mierda que le importa un carajo a todo el mundo… que actúe, que no actúe… que sea artista o no, intermitente o no…

Pero Rodrigo, lo que hemos hecho hoy, lo que intentamos hacer, es para ti, es para todos tus amigos que volverán a actuar la próxima vez en tu teatro o en otros, es para todos aquellos que pueden decirse artista, técnico u otra actividad en el Arte. Es un oficio, no un pasatiempo, UN PUTO OFICIO, que podamos poner en la mesa delante de la suegra para que se calle la boca, delante de todos los que creen que el teatro son vacaciones, o simplemente escribir “intermitente del espectáculo” en cualquier documento que tenga tu oficio en vez de escribir “parado” porque es lo que somos oficialmente de nuevo, te recuerdo. Ya acabo…

La próxima vez que nos quieras decir algo, ven a hablarnos en vez de enviar una carta y mandarnos a la mierda, nuestras Asambleas Generales son caóticas, pero por lo menos nos expresamos, si tú lo haces mejor, si sabes más, ven y explícanos tu método.

Hace diez años que hacemos dossieres, que estamos ahí, que no soltamos la cuerda, porque sabemos que nuestras propuestas son justas, porque sabemos de lo que hablamos, porque sabemos lo que es anular un espectáculo, ¡ANULAR UN ESPECTÁCULO! Como reventar una fábrica o inmolarse en fuego o tirar por los suelos muchos meses de trabajo. ¿Es arcaico y estúpido? Pero es la única forma de luchar con una política arcaica y estúpida, es la única forma que nos queda después de TODAS LAS TENTATIVAS de diálogos, de encuentros, de propuestas.

La única acción que nos queda, el “Teatro”, para hacernos entender… y sin nosotros, no habrá más teatro… Más teatro libre, independiente, comprometido o caótico como nuestras Asambleas Generales o también tú teatro… El teatro para hacerse entender, para luchar, para intentar mejorar este país que se va al garete, para hacer oír la voz de los parados, los precarios, los temporales. No me enfado contigo, Rodrigo, pero la próxima vez, reflexiona un poco antes de escribir una carta a las 3 de la mañana, mi suegra las lee… Sabes dónde encontrarnos, Rodrigo, hasta pronto.

Franck Ferrara

Actor, escenógrafo, director, pedagogo, sustituto, profesor, intermitente del espectáculo y parado.

Le chien andalou

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