Mirar no es suficiente

Por si alguien tiene dudas, benditas dudas, Perro Paco ladra de alegría cuando va a ver algo que le hace cosquillas, le excita o le despierta el apetito. Y es que un poco de todo eso me sucedió la semana pasada en el CA2M, allá por Móstoles city, al asistir a Image(s), mon amour, primera exposición individual de Rabih Mroué, director, autor teatral, performer, ensayista y artista visual libanés, así como a un par de conferencias paralelas a la exposición. Ojalá eventos así fueran la norma, ¿no? No lo sé, sería un placer de esos que aburren. Hay que ver de todo para no fiarse demasiado de uno mismo, y tanto si gusta como si no, pues se dice, por eso de romper espejos y hacer correr el aire. Aunque siempre habrá quien prefiera regocijarse en la palmadita traicionera en la espalda, quien se sienta a salvo con políticas oscurantistas, quien crea que esto que hacemos no sirve para nada, o que se hace a mala leche, o que no se hace por higiene y por amor. Y quizás tengan razón, y el crítico no es más que un tipo o una tipa más o menos idiota que va ver lo que sea y expresa lo que piensa, y que la crítica, como todo, en palabras de El Conde de Torrefiel, “da mucha puta risa”. O no. Ahí vamos. Aquí seguimos.

La exposición de Rabih Mroué y las conferencias de Aurora Fernández Polanco y el propio Rabih merecieron el viaje a Móstoles. Hacía mucho tiempo que una exposición no me impresionaba tanto. Poco sé de artes plásticas y visuales, y me sorprendió que durante el aftertalk de la conferencia-performance de Rabih se refirieran al comisariado de Aurora Fernández Polanco como la “dramaturgia de la exposición”. Temazo. Llama poderosamente la atención el diálogo que se establece entre materiales, contenidos, afectos, etcétera; ya que se consigue configurar un todo coherente y atractivo que nos adentra en el universo de Mroué, y que nos deja rumiando días sobre los temas y preocupaciones que atraviesan su trabajo. La guerra, la familia, la muerte, el olvido, la identidad, la revolución, la censura, el cuerpo, la violencia… casi nada. Y sobre todo, imágenes, imágenes y más imágenes. Estimulantes las obras, impecable la dramaturgia de la exposición. Recomendación: ir con tiempo. Una tarde, o dos. La frase que más se escuchaba al salir era: “Uff, tengo que volver”.

El miércoles 23 por la tarde fue la conferencia de Aurora Fernández Polanco. No había leído nada suyo, ni había asistido a ninguna conferencia antes; pero sí que había escuchado hablar mucho y muy bien de ella. Expectativas confirmadas. En este país hay un reducido grupo de docentes que dignifican la universidad, la enseñanza y el aprendizaje, lo que a veces es tan sencillo como fomentar el pensamiento crítico. Me vienen nombres como los hermanos Fernández Liria, Fernando Castro Flórez, Marina Garcés,  Carlos Taibo, José Antonio Sánchez, Jordi Claramonte y alguno más. Como me suele pasar con todos ellos, en la conferencia de Aurora Fernández Polanco las neuronas se me pusieron a mil. Qué placer. El título del post es suyo. Parecía que estábamos escuchando discurrir a alguien en voz alta, como si pensar y hablar fueran la misma acción. Después de leer el catálogo (quien no quiera comprarlo puede descargarlo en la web del CA2M) mucho de lo dicho por Aurora está en él. La parte más interesante de la conferencia me pareció precisamente aquello que no está en el catálogo. A lo mejor gracias a la frescura y al aligeramiento de notas a pie de página que tienen las intuiciones, Aurora consiguió acercar su discurso al auditorio y convertir sus dudas en nuestras dudas. Me refiero a aquello de que imágenes pixeladas como las de la guerra de Siria ponen en cuestión que ciertos acontecimientos se conviertan en imágenes, ya que son las imágenes las se convierten en acontecimiento al coincidir cuerpos y dispositivos de visibilidad. Ahí queda. Seguro que no me enteré bien y me he hecho un lío, pero sigo dándole vueltas.

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También me llamó la atención algo sobre lo que ya es hora de que tengamos una buena agarrada. El diálogo o poco diálogo entre las artes escénicas y las artes plásticas y visuales. No puede ser que alguien como Aurora Fernández Polanco hable de “teatro” como de un vecino de quien sabe poco. Las artes escénicas y las plásticas y visuales parecen como dos hermanos que separaron al nacer, que se parecen y no se parecen, y que desaprovechan la oportunidad de saber del otro para conocerse mejor. Habría que hacer una huelga de hambre o una acampada o algo de eso para exigir mayor presencia de artes escénicas en las facultades de bellas artes de este país, del mismo modo que habría que expulsar de las escuelas de arte dramático y poner un sanbenito a aquellos que quieren aislar a las escénicas porque las fiestas de su pueblo son las mejores. A riesgo de que me corran a boinazos, ¿El trabajo de Romeo Castellucci es más plástico o más escénico? ¿Y el de Schlemmer? ¿Y el de Craig? ¿Y el de Kiesler? ¿Y el de Marquerie? ¿Y alguno de los trabajos de Rabih Mroué?

El viernes 25 fue “The Pixelated Revolution”, conferencia-performance de Rabih Mroué. Como el propio Rabih indica, es más acertado llamarla una “conferencia no académica”. Lo que dijo puede leerse en el catálogo. No me detendré en ello. Reflexionó sobre “los usos de las imágenes en (y contra) las narrativas oficiales” sirias a través del estudio de “los diversos consejos e instrucciones para documentar acontecimientos mediante el uso de teléfonos móviles” y de “la relación de este acto de documentación fotográfica con la muerte”.
Con todo, agradecer al equipo del CA2M y a Aurora Fernández Polanco que hayan traído a Madrid (o a Móstoles) el trabajo de Rabih Mroué, ya que después de haber asistido a su exposición y a su conferencia no académica, se revela como un artista al que es necesario conocer.
Y por último, animar a ir a la exposición y al ciclo de conferencias que seguirán haciéndose en el CA2M paralelas a la exposición. El miércoles que viene le toca a Ziad Chakaroun, el siguiente a Carles Guerra y finalmente a Peio Aguirre, quien tiene un blog de esos que hay que visitar a menudo.

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P.D. Muchos amigos que provienen de las artes plásticas y visuales me han confesado que molaría y que además sería necesario que hubiera una especie de Perro Paco en su campo. Nadie se lo impide. Todo lo contrario. Mucha gente lo estará deseando. De momento, yo me meto donde no me llaman.

Un Perro Paco

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TEATRON.TINTA: La Historia de un país

Ambrossius Bosschaert, 1614.

A este que escribe le gusta reservarse una novela para el verano. En 2012 la elección fue El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq. En una isla me sometí a su prosa y al perverso juego autobiográfico de Míchel (a mí me gusta pronunciarlo como el futbolista).

Como no sabéis quien soy, spoiler: El autor se incluye en la novela como uno de los personajes principales, enredado en la trama hasta relatar su propio asesinato. Hay un Houellebecq autor de la novela y un Houellebecq personaje que vive (y muere) en ella. 

Algo similar sucede con el volumen que inaugura la editorial, no sólo porque el editor se edite, sino porque también se escribe, se relata y se inventa.

TEATRON.TINTA #1 reúne la primera temporada de MASTER, que escribe en su blog el Maestro Ramos, también conocido como Rubén y alma mater de TEATRON. Una serie de relatos componen el poliedro de un personaje ­­­­del que piensas: “sé que existe, y vaya tela”. Contado desde otros nombres y apellidos -especificados lugar y fecha en que son entrevistados- MASTER va apareciendo, se va armando; se construye desde el configurado espejo de los otros.

Parece que contarse en otra voz sirve para contarnos a nosotros más de cerca. Los retrovisores yanquis llevan escrito aquello de Objects in mirror are closer tan they appear. Y, a un tiempo, esa distancia inexacta sirve para dar cuenta, precisamente, de lo que pasa en ella: el contexto. MASTER retrata una generación, un enclave, un clima. Entonces el autorretrato funciona como parte por el todo. Eso es estrategia y eso es lo que mola.

Es una lectura rápida, salpicada de anécdotas y elementos ficcionales, un juego inteligente de humor soterrado. Spoiler: al final encontramos un Bonus Track: una entrevista al propio Rubén que, preocupado, también cuenta lo suyo sobre MASTER, y es como Míchel aparecido en su novela.

Al segundo párrafo se te olvida que la tipo es roja, el formato es perfecto para llevar encima (un “de bolsillo” real) y se palpa el cariño y el esmero en su fabricación. MASTER presenta además un juego formal al maquetar las fotos (las grapas rojas son conmovedoras), para que quede bien claro que eso no es un blog, que en todo caso es un blog solidificado, un fémur.

La estructura narrativa maridó perfecta con la lectura que tenía en marcha: la novela de este verano, que es Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. Digo es porque aún no la he terminado. A este paso me ahorro la del año que viene.

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La forma en que se cuentan en la parte central del libro las idas y venidas de Ulises Lima y Arturo Belano es idéntica a la de MASTER. También Bolaño se cuenta desde un buen número de personajes (porque uno sólo sale en las fotos que le hacen otros), convocados en sus páginas para elaborar un tejido tupidísimo de anécdotas y reflexiones.

Una de ellas me viene al pelo para introducir el segundo título:

Iñaki Echavarne, bar Giardinetto, calle Granada del Penedés, Barcelona, julio de 1994. Durante un tiempo la Crítica acompaña a la Obra, luego la Crítica se desvanece y son los Lectores quienes la acompañan. El viaje puede ser largo o corto. Luego los Lectores mueren uno por uno y la Obra sigue sola, aunque otra Crítica y otros Lectores poco a poco vayan acompañándose a su singladura. Luego la Crítica muere otra vez y los Lectores mueren otra vez y sobre esa huella de huesos sigue la Obra su viaje hacia la soledad.

La obra escénica tiene, por así decirlo, la longevidad de la mosca de la fruta. Pasa rápido, sucede. Te-perdiste-una-guapa-te-la-perdiste-para-siempre-Te-jodes-haber-venido. Es lo que tiene.

Aún así lo documentamos. Para verlo luego, para pasárselo a un colega, para estudiarlo. Como al partido de fútbol o como al bicho que pasa.

En La imagen mariposa, Didi-Huberman se pregunta “¿cuál sería la mariposa conocida en su integridad sino la sometida al éter y definitivamente clavada en su panel de corcho? Está claro que esa integridad es ilusoria, puesto que le falta nada menos que la vida.” La obra es en el momento y dura lo que una mecha.

Pero:

La extracción de elementos de la obra (en este caso el texto) y su formateo es otra cosa. Aquí es donde entra la editorial como agente del bien: para otorgar un tiempo diferente al texto dramático.

El tiempo sostenido, el tiempo quesequiera, el fuck you al tempus fugit, al time flies que es traducible por el tiempo vuela, pero también por moscas de tiempo, la mosca que pasa, las del verano, la imagen mariposa. Y es que no es meterla en éter: es transformarla en un cuarto estadio que hemos convenido en llamar libro. Es: darle otro tiempo y otro cuerpo al texto. Otro cuerpo más longevo. Bodegón en inglés es still-life.

Algo que no sólo sucede, de hecho, en las escénicas.

No hace mucho visitaba Los Países, una exposición de Pedro G. Romero en Casa sin Fin, y nos preguntábamos porqué no formatear la expo en libro, algo que felizmente han hecho en coedición con Periférica. Podríamos hablar también de los artistas que toman la publicación como formato de archivo o como cuerpo alternativo a la exposición. Otro día.

A mí, que acabo de llegar a esto de las escénicas, me viene de perilla (la de un tal Sergi) que existan los Pliegos, por ejemplo. Y más lejos, son los lectores futuros quienes están en disposición de interpretar las obras, cuando quienes las vimos vayamos muriendo uno a uno, como dice Bolaño (que está muerto).

Entonces:

TEATRON.TINTA#2 recoge el texto de Pablo Gisbert para El Conde de Torrefiel que los madrileños vimos montado hace algo menos de un año en Pradillo: ESCENAS PARA UNA CONVERSACIÓN DESPUÉS DEL VISIONADO DE UNA PELÍCULA DE MICHAEL HANEKE.

Debo decir que disfruté la pieza. Y que el motivo principal, lo siento por la polla de Mallols, fue la calidad del texto. Cualitativamente es similar al de MASTER, va de la anécdota autobiográfica al paisaje generacional, cargado de un sentido del humor que despierta esa risa interna y sorda –de nuevo ese humor soterrado- que yo agradezco cada vez más. Pablo es un macarra que hila fino.

Hay una sugerencia bonita en el texto, y es la huella de haber sido trabajado con la obra, en su proceso. Por eso hay párrafos y alguna historia que se descuelgan del formato, que son texto para escena. Sin embargo, los relatos resuenan entre sí de tal manera que redondean el conjunto y se suturan esas páginas que bailan.

Paisaje generacional. Barcelona. Master, El Conde.

Teatron. Catalunya. España. Mapa y Territorio.

Pedro G. Romero:
Los países son sus paisajes.
Entonces, ¿los países son sus paisajes?
Sí, sus paisajes.
¿Los países?
Sí.
¿Los paisajes?
Sí.
Entonces, el problema no son los países, el problema son los paisajes.

En el debate sobre cómo se reparten el panorama escénico las salas, las comunidades (autónomas, emocionales, libres y escénicas), quienes crean y quienes lo programan… cabe pensar que son los paisajes y no los países lo que nos jugamos, y que sólo ahí tenemos potestad absoluta y gobierno de lo que hacemos sólo porque queremos y pensamos que es lo suyo nuestro. TEATRON es una posición respecto a las escénicas. “Ser de TEATRON” es formar parte de un país, se llame Sinapia o como sea. Y desde ahí generar los paisajes (que son siempre una construcción) que dén cuenta de lo que queremos que pase, y quien quiera que venga a verlo.

 Mapa de Sinapia. Miguel Ángel Avilés, 2001.

Este paso editorial declara de nuevo la intención de fortalecer la identidad de un territorio escénico. De hacer más gordos algunos puntos en el mapa, de desenterrar un blog o de legar teatro. “Sal de nuevo que la peña aplaude”.

Veremos si entra en sus planes acompañar a Continta Me Tienes en la apuesta por el ensayo. Si aparecen colecciones, qué discurso va hilando con los títulos, a dónde llega su distribución, si respondemos con los 4 euritos.

La chica-bodegón-a-lo-Bosschaert del cartel de lo nuevo de El Conde viene con el 2666 de Bolaño entre las manos. En Madrid les esperamos un poco antes, borrachos de ganas. Que no sólo me gustó el texto, iremos a verlo con todo el cuerpo.

Yo, por mi parte, sigo con Los detectives salvajes.

Como Arturo Belano al final no sea negro vaya chasco…

­­

P.D. Queremos a CALOR y NOVIOS en Madrid. Queremos una presentación en condiciones.

Repito: estamos impacientes.

Una Mosca

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La palabras alternativas

Las Palabras. Pablo Messiez. Sala Cuarta Pared. Festival de Otoño.

 

1378538_10151519166069159_1141700243_nTu Perra mordiendo la mano que le da de comer.

 

Al hilo del post anterior “Invisible o la apoteosis del espectador” e interviniendo la conversación múltiple de estos días en Teatrón. Estos perros somos así, como no nos conocemos ni nos llamamos por teléfono, tenemos está molesta costumbre de hablar en público. No te preocupes, no es obligatorio leernos. ¿O sí?

En tiempos de desprecio hacia la cultura (¿fue alguna vez diferente? ¿las diferencias eran esenciales o sólo de grado?), se debe apoyar a cualquier persona, colectivo o estructura que de cabida a todo aquello que no tiene lugar en la cultura oficial. No solo hay que apoyarlo, sino generarlo, animarlo, cuidarlo y protegerlo. Es más, hay propuestas que, desde su concepción y nacimiento, son conscientes de su recorrido, de sus posibilidades, de sus límites. De la lucha que supone crear una “sala alternativa”. Del cansancio y de la energía. Del desvelo. Y aquí incluyo desde la locura Pradillo a la locura Kubik. Cada uno a su manera.

Ahora, es conveniente, al hilo de la discusión organizada en Teatrón, dejar de tirarse trastos a la cabeza y tratar de dilucidar qué significa que las salas alternativas se diferencien en cuestiones de aforo y tamaño o, además, sean los espacios donde se desarrollan “otros lenguajes”. Veamos.

1/

Si las salas alternativas son una alternativa estética, un lugar donde ver crecer y multiplicarse la experimentación, las propuestas innovadoras, los lenguajes bastardos y, en definitiva, el futuro del arte escénico; si las salas alternativas proponen esto, y son agentes propositivos, no sólo en su programación, sino también en su apoyo a la gente joven, en la vinculación de los artistas a las salas, en la solicitación y obtención de recursos públicos (esto es, dinero) para dar continuidad a toda esta línea de trabajo, en la creación de redes con otros espacios, festivales, estructuras; y, además, son capaces de traducir sus modos de gestión y organización, haciéndolos coherentes con sus presupuestos (éticos y económicos, en el doble sentido); e incluso luchar y dialogar con los estamentos oficiales y burocráticos, colaborando con festivales “oficiales” y espacios “públicos”. Si todo esto se cumple (atentos: primera paradoja), entonces, estos centros y estructuras oficiales encuentran la excusa perfecta para NO programar nunca esas cosas. Encuentran la herramienta fundamental de defensa del corralito que han aplicado en los últimos quince años.

En otras palabras, ¿la existencia de La Porta implica la imposibilidad de la Sección Irregular del Mercat de les Flors? ¿La existencia de Pradillo debe implicar el paso por la guillotina de Sismo en Matadero? Si la diferencia entre los centros oficiales y las salas alternativas es una diferencia no sólo de presupuesto, objetivos, tamaños, aforos y visibilidad; sino también de orientación artística, es decir, si las salas alternativas cubren un rango de la creación (el teatro o la danza “contemporáneo”, la performance, los experimentos escénicos, las propuestas inusuales) que no está teniendo cabida en esos mismos centros oficiales, ¿qué posibilidad de crecimiento le quedan a esas compañías, esos creadores, esos nuevos lenguajes? Me respondo a mí misma (era una pregunta retórica, claro): el techo de lo innovador, el límite del propio espacio de “lo alternativo”. La cárcel austera de lo diferente.

Y existe un problema añadido, una paradoja curatorial. Veamos, los grandes ejemplos de esta escena contemporánea y radical, las compañías y autores que, en otros países, reciben apoyo, generan público, son exhibidos en los contextos adecuados, etc. son caros. Castelluci, Delbono, Liddell, Lauwers, Waltz, Fabre, Superamas, Vandekeybus, García, Charmatz, Cassiers, Lupa, Marthaler, Stuart, Bêl, Ostermeier, etc. por citar sólo a los mas conocidos, a las vacas sagradas, a los que llevan ya tiempo, sin entrar en gustos o calidades, son caros. Muy caros. No pueden programarse en estos espacios alternativos y resistentes (más allá de los milagros de asistir a la presentación del libro de Castellucci editado por Continta Me Tienes en Pradillo hace unos meses, yeah…). Tienen que ser programados en los centros oficiales (teatros que todos estos autores conocen de sobra, pues es donde muestran su trabajo en toda Europa). Tienen que ser programados en el Festival de Otoño de Madrid o en el Mercat de les Flors de Barcelona o en el Teatro Central de Sevilla, etc. Es decir, estos autores son programados ante un público que desconoce el teatro contemporáneo local, el teatro refugiado en los espacios resistentes, un teatro, en gran medida, invisible. Y esto cuando son programados, claro. Algunos cada 10 años. Otros nunca.

Esta es la segunda paradoja: si se les programa, se les programa en los centros y festivales “oficiales”, si no se les programa no existen. Pero nunca parecen vincularse a ese teatro etiquetado, a nivel local, como “alternativo”.

2/
Por otro lado, si las salas alternativas se diferencian única y exclusivamente en su presupuesto y aforo, como expone Pablo Messiez y sobre lo que ironiza Jaime Conde Salazar. Si es exactamente lo mismo que se programa en los teatros oficiales, pero con menos dinero, con menos recursos, con menos público, poseen también una ventaja. Una ventaja precisa y creemos que para nada inocente. Sus obras, tarde o temprano, podrán ocupar esos espacios oficiales. Qué coño, ¡aspiran a ello! Pues lo que hacen no será extraño a esas estructuras. Y, según esta Perra, harán bien. Si lo que hacen no es muy diferente a lo que se propone en el CDN (y habría que entrar un poco más en estas diferencias, y en los modos de producción tan diferentes en uno u otro sitio), entonces, cómo no tener la aspiración de hacer tu teatro en los lugares con mayor visibilidad y por tanto, pregnancia en la vida cultural de la ciudad.

En este sentido, y adelantándonos a las críticas sobre la bisoñez y oportunismo de muchos de estos espacios de nacimiento reciente. Y estando de acuerdo con la mediocridad que supone repetir modelos tan endebles como los del teatro oficial, Tu Perra no puede evitar observar y anticiparse a la jugada que está por venir. Habrá que empezar a hablar de un teatro alternativo “de verdad” y otro “falso”, y en este sentido, quién se vestirá con los mantos de lo auténtico me hace rascarme las orejas y repensar la fórmula Messiez, que simplemente señala hechos comprobables: menos dinero, menos espacio, menos aforo. Punto. A partir de aquí, cada uno que haga lo que quiera y cómo quiera. La Casa de la Portera no tiene absolutamente nada que ver con Pradillo, sus maneras de gestión y apertura a creadores son fácilmente criticables y sus obras podrían formar parte de cualquier teatro público, sin embargo, es difícil acusarles de falta de coherencia en la programación de su sala… Tu Perra propone, desde su mente perruna y su mirada en blanco y negro, que este teatro innovador y diferente posibilite espacios en esos centros oficiales, que se empuje su presencia, que se utilicen las influencias y oportunidades para que este “otro” teatro no quede relegado a la precariedad infinita en esos espacios alternativos. Deseamos una colaboración activa y fructífera entre los espacios y centros oficiales y los espacios como Pradillo. Para que no existan techos y barreras entre uno y otro. Para que la energía creativa de la ciudad no se ahogue. Y los creadores puedan respirar y proyectarse. La responsabilidad de que esto suceda es de todos los agentes implicados: creadores, estructuras, gestores, salas, centros oficiales, cronistas y gacetilleros, perros y padrinos.

En este sentido la inclusión de El Conde de Torrefiel en la programación del festival de Otoño (en Pradillo, es decir, estás, pero en tu sitio) es significativa. No sabemos cual habrá sido la influencia de Getsemaní y su equipo en esto ni qué se le habrá pasado por la cabeza a Ariel para que suceda… Y encima le encargan un textito a Pablo Caralana para la revista del festival. Ver para creer.

Oxigenemos con una digresión prestada:

“Nada es lineal, todo acontece en un sin fin de pliegues, por debajo del juego macropolítico hay una miríada de interacciones micropolíticas produciéndose a las que siempre hay que estar ligado, porque allí se reabren las posibilidades. Hay algo de este orden que debemos aprender a cultivar como una potencia propiamente política, para evitar tener que seguir manejándonos con la imagen de un gran movimiento social que nos atraviesa y alcanza una forma magnífica, definitivamente fantástica, nueva y deslumbrante. Sobre todo, porque una vez que la movilidad circula por otras frecuencias o alcanza otras gradaciones -como en América Latina empezó a ocurrir a partir de 2003- pues la sensación de fracaso se vuelve inevitable y todo el mundo queda deprimido” (Suely Rolnik)

3/


Tu Perra no quiere repetirse demasiado, así que les recuerdo el consejo perruno de la semana pasada: escupan a todo aquel que pretenda encerrar bajo el techo de lo “alternativo”. A no ser que esa etiqueta se acompañe de recursos, apoyo, medios, visibilidad. Y si no, salivazo.

Un Perro Paco proponía una alternativa llena de inventiva (ya van saliendo las rimas…un poco de paciencia…): reventar este techo a hostias. Tu Perra no está muy segura de que los techos se revienten a hostias, o no sólo, y sospecha que habrá que usar una conjunción de estrategias que incluyan violencia, seducción, talento y oportunidad. Siempre habrá tiempo para recolocar el techo y cobijarse si la lluvia arrecia, rain dogs.

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4/

Todo lo anterior apuntala el problema de “lo alternativo” como concepto y yugo. El uso de “lo alternativo” a modo de palabras mágicas. La manipulación del lenguaje. Un inocente mecanismo de defensa de la mediocridad oficial ante la pujanza de lo innovador. Un corsé. Que puede ser seductor y lleno de encanto. Erótico y seductor. Ocupar portadas de revistas. Pero que, con el paso del tiempo, no deja respirar.

Y así, con el uso interesado de las palabras y nuestra manera de nombrar y etiquetar llegamos a Messiez: Las palabras. Cuarta Pared. Festival de Otoño a Primavera (sic).

Las palabras nos presenta un mundo golpeado por la peste. Una enfermedad incurable que hace crecer bultos a través del sistema linfático, en las axilas, en el cuello, en el sexo. Una peste que no encuentra cura y acumula cadáveres en las aceras. La muerte se instala en las calles, en las casas, en las plazas. Llueve ceniza y la desesperación es sumisa y tranquila. Se espera, tan solo, que pase. No hay mal que cien años dure.

Messiez encuentra en esta peste una oportunidad. Si nada se puede hacer, ¿qué podemos hacer?

Y nos dice: las palabras se descuidan, se usan sin pensar, dándolas por supuesto, arrancando de ellas su capacidad estética, su belleza. Y en esta belleza encuentra un valor. Y de esta estética, Messiez infiere una ética. Una ética del decir. Y cree en la belleza de las palabras como garante del buen vivir. Un formalista optimista. Un viejo sueño este de unir belleza y bondad. Si algo es bello será bueno, decían algunos.

Y el rumor corre por todos lados: ¡las rimas y la poesía curan! y los consejos se escuchan a media voz: ¡si hablas en verso te bajan los bultos! Y la gente empieza a rimar. Y a sanar. Las palabras bellas destierran la peste. Y la peste se va. Y es bello escucharlo.

Esto es lo que Messiez nos presenta en la primera parte de su obra. Y mientras, cantan ¡Ay qué dolor! ¡Ay que dolor! para detener el dolor de su cuerpo, disfrutamos de estar allí. Escuchando el decir.

Messiez, luego, también nos dice otras cosas. Nos dice que ante los tiempos oscuros uno debe sonreír. Y construye toda una escena para contárnoslo. Y nos dice que las palabras del amor son las más sinceras, las más bellas, las más puras.

Que cuando el amor se muere
las palabras se afean,
las rupturas no riman,
tu tristeza se llena,
y los cuerpos, chillan.

Hay un médico y una historia de amor, también. El médico no tiene cura para la peste. Y se refugia en el amor. Pero es difícil empatizar con los protagonistas de esta love story. Todo es muy rápido y la conjunción escénica de Orazi y Javivi no acaba de funcionar. Para estar a la altura de la intensidad argentina, el médico grita y empuja su expresión como como si fuera un personajes de una obra distinta. Y este amor total, relega a todo el resto de la historia a la función de fondo, de entorno. Que escuchamos y conocemos a través del Coro que comenta la historia de la peste y de las rimas. Pero la potencia de esta historia que plantea Messiez queda sepultada bajo la historia de amor más grande jamás contada. Y aquí es donde esta Perra cree que la obra pierde gran parte de su capacidad de sugerencia. Cuando queríamos habitar este mundo en busca de belleza y palabras, ese mundo atemorizado y violentado, asistimos a una historia de amor que no necesitaba este contexto. O que no lo usa. O que no le afecta, en realidad. Desdibujada de pura intensidad.

Las palabras es una obra cursi, sí. ¿Y qué pasa? Como las películas de Douglas Sirk o los pasteles del domingo. Como las bayas Goji y la música indie. Lo cursi es siempre introducido por David Lynch en un mundo oscuro. Y funciona. No hace falta hacer Meditación Trascendental para sentirlo, joder. Messiez tenía lo cursi y tenía lo oscuro. Y en vez de introducir el uno en el otro, los ha yuxtapuesto. O incluso ha hecho a uno la figura y al otro el fondo. Y de esta forma ha desactivado su oscuridad en una catarata de palabras (rimadas). Y sí, las rimas quitan gran parte de su fuerza a la capacidad expresiva de Messiez, paradójicamente. Y la puesta en escena es convencional y sin brillo. La búsqueda de las palabras para contarse, se ha visto atraída por la propia belleza del lenguaje. Encerrada.

Sin embargo, esta Perra cree que las ideas que habitan Las Palabras son útiles para pensar(nos). Fértiles. Si la belleza es lo que nos dará una buena vida. ¿Qué hacemos con la belleza que nos rodea? Todo este brillo, toda esta juventud, toda esta energía que vemos por todos lados. Si el capitalismo nos vende belleza a cada paso. La belleza de lo nuevo. De lo diferente. Si cada pervertido discurso se enmascara con el aspecto de lo bello a través de sus empresas de marketing, asesores, creativos publicitarios. Entonces, ¿Podemos seguir confiando en que la belleza nos salvará? ¿Podemos creer todavía en la inocencia de las palabras que nombran? ¿Es el teatro el escenario de esta belleza? No hay poesía después de Auschwitz, ¡alternativo!

TU PERRA

Pd: Una cosa más: la carta de Cornago está que te cagas.

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Hay quien se pone unas gafas de sol por tener más carisma y sintomático misterio

Se ha hablado mucho en Teatron estos días sobre la necesidad de descentralizar y colectivizar las narraciones (por ejemplo, aquí). Poco a poco lo vamos consiguiendo, le joda a quien le joda. Pero también, desde hace unos meses, desde algunos think tanks se está configurando una realidad escénica que merece la pena ser cuestionada. Dibujemos una cara más al poliedro. La portada de la semana pasada de El cultural de El mundo da qué pensar. El titular reza así: “El off madrileño asalta la cartelera. Big bang en las salas alternativas”. En verano fue el Babelia de El País, con un extenso reportaje sobre lo que bautizaron como “El teatro de la resistencia”, y hace un mes un panfleto publicitario en ABC.es que retrataba “Diez salas alternativas de Madrid”.

Pongamos que cualquiera de nosotros tiene un primo o una prima que ni se acuerda de la última vez que fue al teatro, o que le suena que le llevaron a ver con el colegio “La venganza de Don Mendo” o algo así, pero nunca sabe a qué teatro porque seguramente ahora tiene nombre de helado o de aseguradora. Pongamos que charlando con nuestra prima o nuestro primo surge el tema del teatro y tal, porque nos quiere y sabe que nos gusta y eso, y dice:

Joder, ¿hay que ver cómo está el patio? Llevo un tiempo leyendo por ahí que el teatro va de puta madre. Y luego lo del teatro alternativo. La de salas alternativas que no paran en Madrid de hacer teatro alternativo. ¿Estarás contento? ¿no?

¿Alternativas? ¿alternativas a qué? ¿alternativas a qué tipo de tradición escénica? ¿alternativas a los dinosaurios públicos? ¿alternativas a los teatritos privados? ¿alternativas a las grandes cagadas privadas? ¿alternativas a las alternativas de siempre? ¿alternativas para qué público? ¿alternativas para qué tipo de creadores? ¿alternativas a qué industria escénica?

Que quede claro, mola que se haya generado este movimiento escénico en Madrid. Parafraseando a Perogrullo, cuantas más salas de teatro abran, mejor; cuanta más gente esté haciendo teatro, mejor; cuanto más público vaya al teatro, mejor; cuantas más posibilidades existan en el campo escénico, mejor que mejor.

El problema es, por decirlo rápidamente, la apropiación de un universo lingüístico. Palabras como vanguardia, experimentación, etc., no sé si pertenecen al mismo universo que Microteatro por dinero, La casa de la portera, etc. Por supuesto que cada sala es un mundo, y habría que hacer un análisis pormenorizado de ellas. Pero como decía antes, se está gestando una narración que parece haber conformado una realidad escénica compartida masivamente, en la que Madrid está lleno de salas alternativas como Nave 73, Sala Mirador, Sol de York… en donde se hace un teatro alternativo que, a lo mejor en esto sí que tienen razón, lo está petando en taquilla. Pero el tipo o los tipos de propuestas escénicas de dichas salas en poco se distinguen de aquellas que se programan en las anquilosadas salas públicas y privadas que sirven de negativo al definirlas y categorizarlas. El lenguaje es perverso. Una de las primeras compañías del actual director del CDN se llamaba “Producciones Marginales”. En los artículos mencionados se pueden leer cosas como:

“Un abigarrado circuito de espacios de pequeño formato que se suma a otros emblemáticos del off madrileño: Cuarta Pared, Triángulo, Alfil, Pradillo…”

“Autores y directores han encontrado su hueco en espacios de vanguardia”

“Sobre sus tablas se encuentra la esperanza de renovación del teatro en la capital”

“Son un laboratorio perfecto en el que experimentar con nuevos lenguajes escénicos”

 “La explosión está aquí y todo el mundo la aplaude”

Esto es lo que el público recibe, y consecuentemente es lo que busca cuando va allí, y lo que seguro termina encontrando. Ojalá fuera como lo cuentan, de verdad, pero no creo que así sea. Por dibujar una cara más al poliedro. Por cuestionar toda esta narrativa… No me creo lo que me cuentan. Y estoy convencido de que esta historia hace un flaco favor a las artes escénicas.

Lo repito, estupendo que abran salas, estupendo que los creadores encuentren un espacio en el que desarrollarse, estupendo que el público de teatro aumente… pero llamemos a las cosas por su nombre. Si al decir tobogán estoy diciendo tiburón, o si al decir esponja estoy diciendo tenedor, tenemos un problema. Confunde. ¿Alternativas? NO en cuanto a innovación y renovación de lenguajes escénicos… o sí, lo cual será preocupante a medio plazo. SÍ, vale, alternativas en cuanto a otra forma de entender la industria escénica, de la que habría que aprender algo.

Por ejemplo, han utilizado y evidenciado el deseo latente que existía en el público de encontrar algo nuevo. Atención, la gente está ávida de experiencias vivas. Aprovechémoslo. Dejemos de lamernos las heridas. Sabemos que el público se hace.  Blablablá. Pues a por él. A por el público y a por sus gustos. En Barcelona ya pueden celebrar la tercera temporada de la Secció Irregular del Mercat de les Flors. En Madrid Teatro Pradillo es una prueba más de que hay esperanza y mucho trabajo por hacer. Los problemas de este tipo de propuestas son otros. Tu Perra, promiscua colaboradora en Perro Paco nos hablaba de ello en su último post. Es verdad que en este país existe un techo para dichos contextos escénicos. “¿Y qué vais a hacer con ese techo?”, preguntaría nuestro primo o prima. A lo que tendríamos que responder: reventarlo a hostias. A ver qué pasa.

Un Perro Paco

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Carta a un joven imbécil #3 | Óscar Cornago

Letrina

la equivocación es tu vocación

equívocate cada día un poco

(para irte preparando para las grandes equivocaciones)

esto será tu tarea personal, una misión íntima

es tu secreto, son tus errores

es tu espacio más intenso de trabajo

tus mejores obras serán tus mejores errores

ERRAR

es lo que se te escapa

(por el culo)

no se le puede poner palabras

y solo a la larga irá tomando cuerpo, densidad y olor

mucho olor

será tu modo de estar en el mundo, de estar en escena

de apestar tantos y tantos proyectos hechos para redimir

para enseñar, entretener, salvar a los otros

para que el arte sea mejor (como tú), para que tu —mi— trabajo tenga por fin algún sentido

(cuando en realidad solo tratas de salvarte a ti mismo porque no puedes más con tu propia mierda; en lugar de disfrutarla, se la das envenenada a los demás)

será tu modo secreto de hacer las cosas

de hacerte y deshacerte a ti mismo

en tu soledad de mierda compartida

con tantas otras soledades

por lo demás no te preocupes

trata de hacerlo lo mejor posible

lo mejor posible en relación a lo que te han enseñado

lo mejor posible en relación a lo que has visto y lo que te gusta

lo mejor posible en relación a lo que se espera de ti

lo mejor posible en relación a lo que te gustaría ser

lo mejor posible en relación a lo que has soñado

lo mejor posible en relación a todo

hazlo cada día mejor

esfuérzate mucho

Y LUEGO CÁGALA

pero, ojo, cágala con cuidado, con delicadeza

con AMOR

no creas que esto de cagarla se puede hacer de cualquier manera

anunciándolo a bombo y platillo como si se tratase de una obra más de mierda

déjate de malditimos y marginalidades

(son el peor tipo de ego)

el ego es lo primero que te tienes que empezar a meterte por el culo

bien desde jovencita

para que luego te salga con menos dolor

y con el ego los juicios

tus maravillosos criterios y acertados valores

que van sosteniendo tu ego

cada vez más fuerte, más robusto, más estúpido

los valores que te sirven para valorar

las buenas obras y las malas obras

los buenos artistas y los malos artistas

los buenos textos y los malos textos

los mismos valores que te sirven para sentirte tú mismo como aspirante al grupo de los buenos y luego como el mejor de entre ellos

serás la mejor puta de la escena

y cada día un poquito más adentro

esto es una práctica para toda la vida

hasta que te quepa todo entero

todo el paquetito entero

con todos sus juicios, prejuicios, valores, criterios y fundamentos

luego te creas otro ego

lo vuelves a trufar de valores varios

y vuelta a empezar

es una práctica oscura, ya lo sé

no es fácil de entender

dedícale tiempo

y FÉ y sobre todo FÉ

la construcción de egos te servirá para hacer buenos espectáculos y confundir al público haciéndoles ver que eres un artista polivalente, proteico

un artista multimierda

expondrás tus valores y tus razones, lo entenderán y te aplaudirán, y si no te aplauden, prueba con otros valores y otras razones, ves cambiando hasta que encuentres la dosis adecuada de aplausos

(pero, cuidado con pasarse de aplausos, se te puede inflar el ego y luego te costará un horror evacuarlo, esto es peligroso sobre todo cuando estás tierna, es decir siempre, porque tú siempre estarás tierna y viva, y sufrirás mucho si se te atranca el zurulo en mitad de la caída, luego vendrán las almorranas y será fatal, vas a echar mierda hasta por las orejas, no volverás a cagar a gusto; así que no descuides tu buena cagada diaria)

y mientras te estén aplaudiendo

irás amasando tu mierdecilla, laboriosamente, con mucho amor

recuerda que es un trabajo arduo

que lleva toda una vida

no quieras cagarla toda de una vez

requiere concentración y buen hacer

venga ego para dentro, y cagadita para afuera

y otro ego más, con sus elocuentes juicios y sus sabias razones

y otra cagadita más

y otro ego más, rebosando ética y principios morales

y un cagalera mayor todavía

una plasta de benditos compromisos con la humanidad y contigo misma como reina de reinas

al principio chiquitas, luego vendrán más grandes, con más valores y fundamentos

con más concepto y mejor ritmo

las cagaditas serán tu secreto, el mal olor que te acompañará

lo peor que sale de tu cuerpo

pero no lo olvides, también es la parte más frágil de ti misma

tu verdad más apestosa

por eso han de ser sutiles, casi imperceptibles

(el olor ya hablará por ti, descuida)

eres tú misma deshaciéndote en forma de heces

si los demás se dieran cuenta, ya no serían cagadas, sino un ego más, cubierto de mierda, como todos

pero los egos nos los meteremos por el culo a base de exhibirlos

lo importante no son las exhibiciones

sino las cagadas en mitad de la exhibición

las cagadas en la intimidad de tu propia exhibición

en mitad de tu vida

es el momento de la fractura, del accidente

la apertura al vacío

es el momento más intenso

la caída del santo zurulo

acarícialas, rebózate en ellas, son tu mayor secreto, son tu fuerza, eres tú misma

quiérelas y no dejes de cuidarlas

no les des la espalda

(estarás perdida en manos de tu ego de mierda que te dará de hostias por aquí y por allá y no sabrás ni por dónde te vienen)

hazte fuerte en tu cagada, en tu cagada diaria, de todos los días

levita en la caída

concéntrate en ese momento, piénsate y quiérete

en el momento de deshacerte y darlo todo por detrás, sin que nadie se entere

de ahí sacarás tu fuerza, tu estilo, tu originalidad

serás única, porque no hay dos cagadas que huelan igual

no pasarás a la historia, pero serás feliz

nadie es más feliz que quien la caga mejor, más a gusto, con mayor alegría

(algunas incluso pasaron a la historia, pero de lo felices que eran ni se enteraron,

y se terminaron cagando en la misma historia)

nadie sabrá tu secreto, porque dará asco acercarse a ti

le dará asco a los profesionales del buen olor y el buen hacer

a los que buscan algo de ti distinto a esa putrefacción maravillosa que llevas dentro

a los que te recomiendan que uses otro perfume

que te dediques a otro tipo de espectáculos

todavía más apestosos, sin apreciar ese tesoro que está en tu cuerpo

pero no te preocupes, te seguirán aplaudiendo mientras exhibas tus egos de mierda

(y reconozcas los suyos, con eso basta, reconocer el ego de los demás)

sonríe y sé amable

para entonces ya habrás cogido experiencia

y tendrás el culo como un bebedero de patos

por el que egos y juicios saldrán a raudales cada noche

mientras sonríes sentada en tu trono, tú y tu mierda

no te comportes como esos gilipoyas que van por ahí de artistas raritos gritándole a todo el mundo

(no creas que la cagan muy bien, por más que hagan buenos espectáculos)

una cagada no es una cuestión de credibilidad, ni de representación, ni de aplausos y reconocimiento

es algo mucho más secreto, oscuro como el agujero del que sale

exhibe tus egos, disfrútalos, juega con ellos

y luego vuelta a cagarla, con delicadeza, con cariño, es tu vida lo que te va en ello

es tu arte

no la cagues de forma descuidada

prepara el momento, el espacio, prepárate tú, eres tu mejor público

piensa en tu mojón humeante

y haz fuerza sin que nadie lo note, disfruta la sensación, siente como sale sin que nadie lo perciba, nota cómo la estás cagando, en mitad del escenario de tu propio desastre

sonriéte y gózalo

es tu obra, tu santa equivocación, tu mejor error, el más negro, el más apestoso

quiérete según tus cagadas

ten fe en ellas

y quiere a los demás también según sus cagadas

no le preguntes a nadie por ellas

es una cuestión de fe, y voluntad

se intuye, se huele

el que la caga bien sabe reconocer a otro buen cagador

son hermanas de plegarias

no hacen falta palabras, ni hay que alardear de ello

no hacen falta criterios ni valores

basta con tener el olfato preparado para sentir esa peste inmunda que nos devuelve la vida

cada noche agachadas en nuestra capilla

es un estilo, el estilo del buen cagar

y una forma, de amarte a ti y amar a los demás

todo un arte, el verdadero arte de la vida, la gran cagada

nunca juzgues a los otros por ello

juzga sus espectáculos, sus aciertos, esas minucias que proyectamos sobre los demás para que nos valoren, esa mierda que empaquetamos cada día para que no lo parezca

pero nunca sus cagadas

una cagada no se valora es solo un motivo para querer y quererse

con el tiempo te irás olvidando de hacer juicios

porque los espectáculos de la vida te interesarán cada vez menos al lado de la inmensidad que se abre con cada buena cagada

al lado de ese culo abierto al infinito

no pensarás en otra cosa, ni en obras ni en performances ni en piezas

pensarás solo en lo fundamental

SEGUIR CAGÁNDOLA

(sin obra ni representación, ni siquiera proceso)

pensarás en las tuyas y en las de los demás, en las cagadas artísticas, en las cagadas personales, en las cagadas de pareja y en las familiares, en las cagadas de todo tipo, en la gran cagada del mundo

y te sentirás llena de una inmensa capacidad de amor

que te dará fuerza para continuar con tu tarea artística

tu misión apostólica

les darás fuerzas a las demás

todas seremos artistas finalmente

porque todas estaremos cagándola hasta el final de los tiempos

la humanidad entera, como lo ha hecho siempre y lo seguirá haciendo

porque cagar es una obra de amor

es nuestra obra de amor

la auténtica fenomenología del espíritu

la verdadera crítica de la razón, la moral y el juicio estético

y cada vez juzgarás menos

porque juzgar nos mata

y cagar nos da vida

ay, hermanita, los juicios son cosa de muertas

de muertas vivientes que van poniéndole nota a todo lo que ven, especialmente a aquello se parece más a ellas mismas

con sus benditas razones éticas y valores estéticos

seguirán cortando cabezas

diciendo lo que está bien y lo que está mal

prometiendo la vida y dando muerte

pero tú estás viva, mi joven hermana

te siento con unas ganas infinitas de cagarla

porque seguirás cagándola como solo tú sabes hacer

concentrándote en lo único

EN EL AMOR

a tu mierda

serás la mejor oliendo lo más oscuro que sale de tu cuerpo, verás a Dios

entenderás el arte

de cagarte patas abajo con las bragas bajadas

sé que no es fácil

es un concepto oscuro y no hay recetas

tendrás que encontrar el camino tú sola

continúa, mi hermana

siguiendo el rastro de esa peste que va saliendo con timidez de ese cuerpo joven

cada día irá oliendo peor, créeme

tu mierda, mi niña, tu mierda

huélela, disfrútala y sé fiel a ella

y en momentos de crisis, no lo olvides

meterte tu ego por el culo suele funcionar bastante bien

tu ego con el paquetito completo de juicios y pensamientos amasados en mitad de tanto mal olor

y así cada vez estarás más viva

con el culo más abierto

y los juicios te entrarán y te saldrán, como los egos

uhhmmm QUÉ PLACER

ya lo puedo oler

y continuarás cagándola y amando a todos los que la cagan

(es decir, a casi todos, incluso a un par de imbéciles que a falta de juventud ya no les queda más que juicios que han ido amasando a lo largo de la vida para sentirse mejor; estos también la cagan, pero con tanto juicio perfumado no da ni para oler su rica mierda)

amar y cagar

mi joven hermana

amar y cagar

amar y cagar

amar y cagar

Óscar Cornago

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