Este fin de semana he estado en La Caldera en la presentación de la 3ª edición de 3 procesos de creación de La Porta. Este proyecto va destinado a aquellos creadores que, en el inicio de su trayectoria, necesitan un espacio para trabajar desde la “prueba-error” y sin la presión de tener que presentar un proyecto acabado.
3 procesos de creación –coordinado por Sergi Fäustino– se lleva a cabo en colaboración con l’Estruch de Sabadell, La Caldera y La Poderosa. Cada creador tiene la posibilidad de elegir si quiere o no trabajar con un asistente y en caso afirmativo, con quién.
No voy analizar las propuestas porque después de cada sesión se abrió un espacio de debate para compartir el trabajo de los creadores, pero lo que si quiero hacer es llamar la atención (aunque resulte cansina) de la necesidad de crear proyectos como este, es decir, lugares donde se pueda trabajar desde el conflicto, la duda y el error. “La inspiración que me pille trabajando” –que dijo Picasso-, no? Sin condiciones de posibilidad no se pueden hacer saltos mortales.
Casualmente la semana pasada también estuve en la presentación de un proceso de creación, el de Marc Martínez, en la Sala Zircó (Valencia). En el marco de un ciclo de danza contemporánea, Marc nos contó su proyecto, el cual está desarrollando desde el 2009. ¡Con un par! Un proceso de trabajo de dos años, el cual ha ido presentando en diferentes espacios y ha estado haciendo una residencia en Portugal. A esto le llamo salto mortal sin red.
¿Podéis imaginar la cara del director de la Zircó cuando vio “la danza” que presentaba Marc? Pues si le dais un vistazo a la programación, os podréis hacer una ligera idea. Insisto: es un acto de valentía trabajar en Valencia, cuya ciudad está convirtiéndose en un auténtico desierto cultural, pensando en crear un proyecto a largo plazo sin tener el Gran Estreno.
Marc salió al escenario y nos contó el proceso. Así de sencillo y de bonito. Desde hacía varios meses había estado contaminándome del proyecto y personalmente agradecí que me lo contara “en público” y que me enseñara todo el material que ha utilizado durante estos dos años. Pero algo me falló.
Hace un par de meses tuve la gran suerte de ser invitada por La Porta a un seminario de dos días para reflexionar sobre la figura del acompañante artístico. Me encargaron escribir un documento -sobre el que todavía estamos trabajando- para publicarlo en la página web y tenerlo como referente. El manual de los no-manuales.
El objetivo era abrir un espacio de diálogo para compartir experiencias y puntos de vista sobre el trabajo que creadores y dramaturgos están desarrollando en España. Para ello, La Porta invitó a Bojana Mladenovic* , quien hizo una presentación del trabajo que lleva a cabo como acompañante, y a un grupo de creadores, coreógrafos y agentes locales** .
Durante toda la semana pasada estuve pensando en el trabajo de Marc. Desde mi punta de vista dicha presentación pasa de lo general a lo anecdótico dejándose material importante por el camino. Y pensaba en el texto de Lepecki*** cuando presenta al acompañante como un recolector.
A Marc le faltaron preguntas y no las que se ha hecho él –soy totalmente consciente de que se ha hecho muchas-. Faltaba un trabajo desde el conflicto, desde el choque. Aquí entendí claramente que necesitaba, por un lado, un acompañante que le desestabilizara las bases desde las que partía, y por otro, un recolector que recuperara aquello que se ha quedado perdido por el camino.
Marc nos contaba que el hecho de trabajar en diferentes espacios y con diferentes personas ha conducido el proceso hacia lugares diferentes. ¿Cuál era el punto de partida y cuáles son esos otros lugares? ¿Qué ha pasado por el camino? ¿Cómo han modulado el proyecto las diferentes personas que han colaborado?
Los conceptos con los que ha trabajado a lo largo de los dos años han ido transformándose y mudando de lugar. Insisto, preguntas: ¿qué conceptos? ¿cómo han mudado? ¿qué te ha llevado de un sitio a otro? La parte más interesante se quedó sin contenido, esto es, los cambios que el proyecto ha vivido durante el periodo. Nos contó que efectivamente había habido cambios, pero no nos contó cuales. Eso era lo verdaderamente interesante para mi.
Un acompañante, ya! Por favor (sólo y sin queso, permitirme la coña para no parecer tan seria). En la “segunda parte” de la presentación, junto con Paula Miralles, nos contaron las anécdotas del proceso. Posibles performances en la Catedral y en el Miguelete de la capital del Turia.
Le dedicaron demasiado tiempo a anécdotas que no dejaban de ser eso. Por otro lado, yo tengo un problema con la forma de trabajar la interpretación en este país. O bien sobre-actúan porque están haciendo de Don Juan Tenorio o bien, como es este el caso, porque quieren hacer ver que no actúan. Esta parte me costó.
Pero en general el trabajo me pareció interesante por su honestidad, sencillez y ganas de investigar. Pensaba en la cantidad de proyectos que no circulan por los dos centros culturales (Madrid-Barcelona) y que por falta de espacios de trabajo, de personas que los asistan y de los factores tiempo / dinero, se pierden por el camino.
Durante los dos días del seminario de La Porta aparecieron de forma repetitiva algunos conceptos importantes:
Proceso
Las prácticas contemporáneas se presentan como procesos de creación abiertos y continuum.
Continuidad
Una forma de trabajar el acompañamiento es a través de una mirada externa, es decir, alguien que no se implica en el proyecto -con un cierto rol autoritario- y que en consecuencia, no siente la responsabilidad que conlleva este tipo de trabajo.
Frente a esta manera de hacer, existe la posibilidad de acompañar los procesos de creación de forma continuada, a través de preguntas, del intercambio de conocimiento, de un continuo feedback… estableciéndose así, una relación íntima entre el creador y el acompañante.
Permanecer
Como forma de hacer a través de la vinculación en el trabajo que se desarrolla.
Conocimiento
El conocimiento viene de dentro del creador. Sólo a través del diálogo se llega a verbalizar aquello invisible todavía. El acompañante debe crear puentes entre el conocimiento y la práctica del creador.
Intuición
La intuición como forma de conocimiento para saber cuándo rescatar y visibilizar el material del creador.
Temporalidad
Durante el proceso surge la necesidad de definir la temporalidad a pesar de que ésta se encuentra absolutamente determinada por el contexto. En España no existe una masa de creadores que trabajen sus procesos a largo plazo debido a la falta de recursos.
Experiencia
Para saber cuándo entrar en el proceso, cuándo preguntar. No es una práctica que necesita una especialidad concreta pero sí, experiencia.
Afinidad
Para que haya entendimiento debe existir una cierta afinidad entre el acompañante y el creador. ¿O no?…
Responsabilidad
La dimensión ética está muy presente a lo largo de todo el proceso. Por un lado, la responsabilidad del creador en la toma de decisiones. Por otro, la responsabilidad del acompañante, no tanto respecto al trabajo que está siguiendo, como al rol que está ejerciendo.
Intimidad
El acompañante debe respetar el espacio de intimidad del creador. El saber determinar el límite es un tema delicado. A través de la práctica y la experiencia se aprende a intuir cuál es el espacio que el creador necesita y quiere compartir.
Confianza
En esta relación, la confianza funciona de forma no institucional. Para llevar a cabo la tarea de recolector es necesario una cercanía total. A medida que el proceso avanza se va creando una íntima relación basada en la confianza.
Diálogo
El primer paso en el proceso de acompañamiento es el diálogo. Las preguntas como “¿hacia dónde quieres enfocar el trabajo?, ¿cómo te proyectas en un futuro?, ¿cuáles son los motores que te mueven? ¿cuáles son las necesidades del proyecto? ¿cuáles son tus deseos?” son la base para una primera aproximación. De lo general a lo concreto y no al revés.
Intercambio
Cuando se trabaja en un contexto de diálogo –a través de preguntas- se produce un intercambio inmaterial en forma de conocimiento.
Límite
¿Hasta dónde debe implicarse el acompañante para respetar el espacio de libertad que el creador necesita? Un ejercicio habitual en la práctica de acompañamiento debe de ser cuestionar continuamente los límites. Reformularlos.
Negociación
Definir. Delimitar. Negociar los roles de cada uno antes de empezar a trabajar. Cuando el creador delega el poder de decisión en el acompañante se establece una relación de poder paternalista.
Vinculación
La vinculación está íntimamente relacionada con la responsabilidad en la práctica del acompañante. El hecho de definir los roles permite que cada persona se posicione de forma clara y se responsabilice de su trabajo.
Empatía
En las formas de hacer, de pensar, de entender, de seguir el proceso.
Generosidad
Dar y recibir. Desde ambas partes.
Presencia
La importancia de la presencia física del cuerpo, es decir, el simple hecho de estar presente sin necesidad de interactuar afecta al trabajo del creador.
Flexibilidad
El proceso de creación es algo vivo y por tanto en constante cambio. El acompañante debe ser flexible frente a las necesidades de dicho proceso. El hecho de definir los roles al principio no implica que no puedan variar. Todo gira en torno a las necesidades y deseos del creador para llevar a cabo el proyecto.
Sabotear
Un posible rol en el acompañamiento es crear disenso, es decir, sabotear el discurso desde el principio. Aunque finalmente siempre surge la necesidad de formalizar el trabajo en algún momento del proceso.
Desestabilizar
Una forma de posicionarse es la confrontación, es decir, el acompañante trabaja desestabilizando todos aquellos lugares seguros de los que parte el creador.
Definir
El dramaturgo debe de ser consciente del trabajo para poder definir los límites. La necesidad de buscar una respuesta a cómo posicionarse es errónea, ya que no hay una metodología de trabajo pre-establecida. Existen tantas posibilidades como personas y proyectos. Se parte de lo nuevo para definir las formas de hacer en cada proceso.
Amistad
Una génesis de la amistad
Extranjero
En las prácticas contemporáneas, la necesidad de búsqueda de otros lenguajes va acompañada de la necesidad de la presencia de un extranjero durante el proceso. El extranjero – aquel que no pertenece al mundo de la creación escénica – descubre nuevos focos de atención, proyecta una mirada desde otro territorio que, en muchos casos, sirve para “refrescar” el trabajo del creador.
Hospitalidad
Dar la bienvenida al extranjero. Ofrecer alojamiento. Acoger.
Camino
Proceso. Aprendizaje. Vida.
Conservar
¿Cómo se conserva el material? Durante el proceso, el artista especula a partir de las ideas que tiene en su interior y es el dramaturgo, quien debe ir recogiendo este material que se va quedando por el camino. Se piensa en términos de “recoger y devolver” el material al creador.
El acompañante debe crear espacios de posibilidad para materializar las ideas, pero teniendo en cuenta que no hay claves de conocimiento. Por tanto, ese “click”, sólo lo puede hacer el propio creador por una serie de elementos, un recorrido, una referencia, un contexto…
Entrenamiento
¿Cómo puede el acompañante saber definir su rol antes de empezar a trabajar? Únicamente a partir del entrenamiento y la experiencia. El ser creador y acompañante, es decir, el haber trabajado desde ambos lados permite reconocer –desde la intuición- los espacios de distanciamiento y los de proximidad.
Recolector
Lepecki afirma que en su labor como acompañante se ha convertido en un “ávido recolector”: ni un solo elemento o acontecimiento puede ser considerado menor o insignificante en el momento en que aparece (…), el dramaturgo en cierto modo actúa como un historiógrafo de la pieza .
Cartografía
A lo largo del proceso, el acompañante realiza una cartografía de todos los materiales que se van quedando por el camino, hasta que finalmente encuentran su lugar. La cartografía se presenta como medidora entre la escritura y la acción física.
Emancipación
J.Rancière en El maestro ignorante presenta la emancipación como una pedagogía opuesta a la instrucción. Se presenta como una situación de aprendizaje mutua de algo que ambos ignoran. A partir de aquí se establece una relación de igualdad entre ignorancia y conocimiento.
La relación entre el maestro y el alumno es la misma que la del acompañante y el creador: dos personas ignorantes frente a un libro que no saben cómo leer.
No- saber
¿Cómo trabajar desde el no-saber? El acompañamiento no se rige por el deseo de saber, sino por la fuerza del no saber . A través de la comunicación con el creador se crean los espacios de acción para llevar a cabo el proceso. Es totalmente legítimo no saber cómo trabajar.
Error
Entender el error como parte del aprendizaje. El concepto de “pérdida de tiempo” no existe en el proceso de creación: los errores constituyen una parte importante en la investigación.
Terror
A equivocarse. A no saber si se está conduciendo bien el trabajo. A la soledad del proceso.
Seguridad
El acompañamiento garantiza una cierta seguridad. La presencia de esta figura ofrece más seguridad y confianza especialmente entre los jóvenes creadores.
Duda
La duda forma parte del proceso de creación. Es tan legítima como cualquier aserción. Aunque no debe de ser paralizadora sino llevar a la acción.
Acción
Un ejercicio interesante es pensar las prácticas de acompañamiento desde la acción y no únicamente desde la teoría. Se trata de reflexionar sobre los diferentes campos de acción desde la praxis. Las prácticas ya son discursos en sí mismas, por tanto, durante el proceso de creación hay que llevar a cabo un ejercicio de liberación del conocimiento teórico. Desprenderse de la teoría para reflexionar desde la acción.
Cafetería
Espacios de diálogo para poder compartir más allá del estudio. La cafetería es un espacio social, un contexto adecuado para intercambiar conocimiento, miedos, dudas, experiencias.
Fragilidad
El acompañante debe de tener en cuenta la fragilidad del creador durante el proceso: se remueven sensibilidades en ese ejercicio de exposición continua.
Institución
Aunque en España la figura del acompañante no está institucionalizada es necesario, no sólo reflexionar sobre las relaciones entre el creador y el acompañante, sino también sobre el papel que juega la institución.
Estos centros deben definir marcos de trabajo flexibles, que se adapten a las necesidades de los creadores, sin dejar de cuestionarlos y reformularlos.
¿La institución debería de generar contextos, espacios para experimentar y compartir?
La ausencia de esta figura en el contexto nacional supone un espacio de libertad enorme entre los que practican el acompañamiento. Todo es posible –desde la invención- porque se parte de la nada. Pero por otro lado y debido a la falta de recursos, existe una dificultad enorme a la hora de crear contextos de trabajo donde poder experimentar, probar-errar y compartir.
Vulnerabilidad
Preocuparse por las modas y la “fama” tiene cierto peligro: muestra la vulnerabilidad del creador.
Sparring
El enfrentamiento entre los cuerpos permite aprender aquello que los cuerpos necesitan. Golpear y recibir golpes. Durante la lucha hay que ser consciente de los dos cuerpos. Es una forma de entrenamiento.
Amor
Una relación de amor.
*Bojana Mladenovic es la actual directora artística del Het Veem Theatre en Ámsterdam. Cuenta con una larga experiencia acompañando procesos de artistas vinculados a DasArts.
**Sergi Fäustino, Óscar Dasí, Carmelo Salazar, Carmelo Fernández, Emilio Tomé, Aymar Pérez, Óscar Abril Ascaso, Bea Fernández, Mónica Muntaner, Ohiana Altube, Toni Cots, Elena Carmona, Jaume Parera, Cristina Blanco, Enric Ases, Beatriz Daniel, Iva Horvat, Tracy Sirés, Fran Blanes, María Vera, Carme Torrent, Cristina Núñez, Vanessa Medina, Alexis Eupierre y Paola Marugán.
***André Lepecki, No estamos listos para el dramaturgo: Algunas notas sobre la dramaturgia de la danza, en Repensar la dramaturgia – Enrancia y transformación. Publicado por el Centro Párraga y el CENDEAC. 2010