Inauguramos el ciclo con Hitler Terceiro Mundo de José Agrippino de Paula y Manhã cinzenta de Olney São Paulo.
En la presentación del ciclo marcamos algunas pinceladas de lo que era el llamado Cinema Marginal, cuya etiqueta decidimos sustituir por cines de invención. Estos cines son un conjunto heterogéneo de materiales audiovisuales generados a finales de la década de los sesenta. Los cineastas pretendían investigar y profundizar en nuevas experiencias estéticas, más allá de los dictámenes del Cinema Novo. Esta ruptura, no sólo fue provocada por el interés en la investigación, sino también por el bajo coste de las producciones, debido a la falta de contactos con la política cinematográfica del Estado y por su adhesión al movimiento contracultural.
Estos materiales fueron realizados con recursos financieros y equipos técnicos de las productoras de la Boca do Lixo, un barrio del centro de São Paulo (actualmente es la zona conocida como cracolândia) donde, además de habitar proxenetas y prostitutas de calle, también se concentraban empresas productoras y distribuidoras de cine. Como movimiento no hizo importantes avances, debido al gran número de cineastas exiliados y a las enormes dificultades para conseguir los medios necesarios. La creación de Embrafilme, en este contexto de dictadura militar, acabó por atrofiar la industria cinematográfica, que existía en los márgenes de lo institucional. Embrafilme creó un tipo de cine estandarizado, según las reglas de papá Estado. La política de esta empresa se convirtió en la política de algunos pocos, que pretendían encontrar la fórmula mágica, para generar un tipo de producciones de alto rendimiento.
Jose Agrippino de Paula es escritor, poeta, dramaturgo y cineasta. Falleció en 2007 y sólo a partir de su muerte, su obra cinematográfica fue considerada por la crítica. Zé Agrippino escribió uno de los libros más singulares de la literatura brasileira PanAmérica, novela fundamental para el desarrollo del Tropicalismo.
Me atrevo a decir que Hitler Terceiro Mundo es una de las producciones más inquietantes del cine brasileño. El rodaje coincidió con la publicación del Acto Institucional Nº 5, el momento más cruel de la represión militar. Esta obra visionaria se realizó en los límites de lo (im)posible, en la más absoluta clandestinidad, con sobras de rollos e improvisaciones de última hora. Sus imágenes son especialmente dolorosas por la vigencia que tienen en nuestro presente. Cada proyección parece revelar nuevas informaciones sobre la humanidad. Extremadamente incómoda. Hitler tiene secuencias con defectos de audio, de luz y de montaje. Subrayamos esto, para que el público sea consciente que no es un problema de la calidad de la copia, sino que fue rodada en tales circunstancias. Y lógicamente, no fue una libre opción estética.
El hilo conductor de la obra es la ascensión al poder de un imitador de Hitler, en un país subdesarrollado del tercer mundo. Zé Agrippino utiliza el recurso alegórico para “contar” la historia del dictador. Una de las características de los cines de invención es que los personajes aparecen en tránsito, como veremos en Sem Essa Aranha o Copacabana, Mon Amour de Rogério Sganzerla. En Hitler, los personajes deambulan perdidos por las calles de São Paulo, construyendo imágenes, a partir de la realización de happenings improvisados, que parodian el nazismo-fascismo. El personaje más inquietante es una mezcla de samurai, gheisa y luchador de sumo. Una criatura monstruosa, que surge en el cotidiano de las favelas de São Paulo.
Los diálogos, en off, contienen sonidos entrecortados de animales, música experimental y batuque de los terreiros de Candomblé. Podemos afirmar que el sonido es concebido como un personaje extra que todo lo ve, al igual que los dictadores. Tanto el sonido como las imágenes crean un ambiente surrealista, cuyo resultado es absolutamente perturbador.
Aquí os dejo un vídeo de uno de los cortometrajes que Zé Agrippino realizó en 1978. Céu sobre água.
Olney São Paulo es un escritor y cineasta bahiano. Conocido en el imaginario cultural brasileño, sobre todo en los círculos de intelectuales y artistas, como el cineasta maldito do sertão1. Manhã cinzenta está basada en dos de los cuentos del mismo nombre, de los libros A antevéspera y O canto do sol. Este medio-metraje se sitúa en un ambiente de represión, donde estudiantes y trabajadores son presos y procesados. Al igual que Zé Agrippino, Olney también hace uso del recurso alegórico para presentar el nazismo. Contrapone imágenes que representan tanto la civilización como la barbarie, para hacer referencia (directa e indirectamente) a la realidad social y política de aquellos años de dictadura brasileña.
Esta obra no fue liberada por el Serviço de Censura de Diversões Públicas y tuvo una denuncia formalizada. La división de censura consideró que el film era profundamente subversivo, por incitar al pueblo a revelarse contra los militares. Para Olney, este acto de subversión, no era otra cosa que un canto desesperado al amor y a la libertad, declaró en una entrevista para el periódico Última hora, el 26 de septiembre de 1969, en Río de Janeiro.
Lo paradójico en la historia de este medio-metraje es, que a pesar de no ser exhibido en el circuito comercial, debido a la prohibición de la censura, años más tarde se convertiría en su obra más famosa. Olney se dedicó a hacer copias y enviarlas a cineclubes y festivales internacionales. Manhã cinzenta fue premiada en Alemania y con varias participaciones en festivales como Canes, Cracovia (Polonia), Viña del Mar (Chile), Pesaro (Italia) y Londres.
Vale la pena recordar la canción de Caetano Veloso, É Proibido Proibir.
E eu digo sim
E eu digo não ao não
E eu digo:
É! — proibido proibir
É proibido proibir
É proibido proibir
É proibido proibir
É proibido proibir