A Pablo C., para que la melancolía siga poniendo el mundo en peligro.
¿Cómo celebrarías el mundo tal y como lo conocemos cuando se haya terminado de acabar, ya del todo?
Después de
numerosos pronósticos fallidos la historia se termina definitivamente. Con la
abolición del trabajo como actividad para cubrir las necesidades materiales y
la posibilidad de elegir libremente el nivel de vida, pudiendo incluso variar si
llegado el caso te aburres de ser demasiado rico o demasiado pobre, se llega a
un acuerdo mundial de que aquello, teniendo en cuenta las circunstancias y a
pesar de algunos problemas que quedan sin resolver, es lo más parecido al
paraíso que se va a poder alcanzar en la Tierra. Las religiones, por extraño
que pueda parecer, aceptan el nuevo orden y escenifican cada cual a su manera
sus respectivos juicios finales dando por cerrado los negocios por falta de
clientela. La época histórica pasa paradójicamente a la no-historia como el
período más negro que atravesó y atravesará nunca el mundo, peor incluso que la
prehistoria. De algún modo hasta los presidentes de las grandes naciones declaran
que aquella paranoía del progreso y la acumulación de bienes no daba más de sí
y que mejor cambiar de historia.
Sin embargo, a
pesar de la bonanza y pasado un momento inicial de euforía planetaria, empiezan
a surgir ciertas comunidades, consideradas por muchos como sectas, que por pura
melancolía se reúnen por las noches para rememorar la vida cuando había
historia. Estos encuentros amenazan con desestabilizar el buen rollo mundial, y
sin llegar a prohibirse directamente, para no caer en los métodos de la época
pasada, la melancolía, asociada en muchos casos con la falta de sueño, empieza a
ser considerada como un estado de ánimo peligroso que debe ser evitado por el
bien de la humanidad.
A pesar de las
advertencias estos grupos no solo continúan con sus reuniones, sino que se
multiplican. Parece que ya que no pueden dormir se lo pasan bien. Las
celebraciones se producen con la máxima discreción para no aguar el buen
ambiente general, pero debido al secretismo no se conoce con exactitud qué se hacía.
Por lo que dicen, hay un grupo que se hace pasar por gente que regresa de la
historia y se escenifica un encuentro con otro grupo de la etapa paraíso. Entre
ambos tiene lugar una conversación un tanto delirante (parece que se utilizan
drogas), donde unos y otros se interesan por cómo es la vida de los otros, intercambian
opiniones sobre los pros y contras (sin llegar a las manos), en la que en todo
caso suelen ganar por goleada los del paraíso. Luego se hace un pequeño ritual
en el que el grupo de los históricos propone un juego para experimentar los
modos de vida durante la historia, y luego el grupo de los poshistóricos hace
lo propio para compartir las virtudes del nuevo estado. Las reuniones acaban
con una fiesta al modo de los históricos en la que terminan siempre
sobresaliendo estos últimos. Al parecer, no obstante lo negro del período, la
historia pasa también a la no-historia por su fama haciedo fiestones.
¿Cómo organizaríais
uno de estos encuentros, qué juego propondría el grupo de la historia para
compartir sus modos de vida, y el grupo del paraíso?
De la serie Ejercicios
para insomnes.