Se ha terminado el festival SÂLMON<. Dos fines de semana expandidos a dos semanas que hemos vivido con mucha intensidad… tanta q a veces piensas que también esta bien que se acabe, ya que no sabes si aguantarías tantas emociones entrelazadas entre lo que te producen las piezas y las personas que las rodean al entrar y al salir… un poco con esa sensación de volver a casa por navidad y ver caras y cuerpos que hacia más o menos tiempo que no te cruzabas, pero que siempre producen mucho movimiento; supongo que es lo que tiene ser una pequeña gran familia. Añadir aquí que seria mucho más sano y provechoso para todas, que el SÂLMON< se expandiera tanto tanto, que durara todo el año, en forma de programación estable, en el Mercat de les Flors, o donde fuera.
Empiezo casi por el final. El domingo, el último día del festival, fui a ver la obertura del proceso de creación de “El capitalista”, el proyecto en el que estan currando Paz Rojo y Norberto Llopis. Era en La poderosa, ubicada en el antiguo espacio de la desaparecida y querida La Porta, gracias a la cual algunas aprendimos mucho, y yo en particular conocí la escena en la que estamos sumergidos, después de casi 10 años de estar fuera de Barcelona.
El proceso se mostraba como parte del HEYY!!, lo que ha sido la programación expandida del salmon, y ha pasado más allá de las puertas y contexto del Mercat de les flors. Fue un gusto ver la propuesta; supongo que por esa devoción que tenemos algunas por ver procesos en lugar de piezas terminadas ya sin margen de error. Ver esa vulnerabilidad desde donde se presentan las cosas de las que aún estas dudando, y tener la sensación que alguien te esta mostrando sus entrañas, así, abriéndolas con todo lo que eso conlleva. Siempre pienso que es una gran responsabilidad hablar o decir lo que piensas después de un acto tan grande de exposición, sobretodo porque esos cuerpos están aún calientes… Pero todos sabemos que a menudo están también deseosos de intercambio, de que se les pueda hablar desde fuera y así tener una visión externa de esa intensidad en la que se vive cuando estas dentro de un proyecto, que además en ese caso, parece que es una criatura de corta edad.
Me sorprendo a mi misma hablando más del después que de la propia pieza. Supongo que no puedo separar lo que vi de todo el diálogo que se abrió después… hubo algo en esa conversación q se quedó bailando en mi cabeza. Creo q también tiene que ver con el hecho de que en ese ‘después de’, todo se fija en palabras y eso me da siempre mucho que pensar. Hubo una charla larga y intensa con cuerpos de esos de los que hablaba al principio, algunos de los cuáles te encuentras más a menudo que otros, pero con los que casi todos has compartido espacio-tiempo de una manera u otra. No pretendo hacer aquí una crónica detallada de esa conversación, porque se me escapan muchas cosas de las que se hablaron… pero si recuerdo que se expresó y que sentí como propia, la reflexión sobre el título; un macro título: EL CAPITALISTA, al que creo que todos, o al menos hablo por mi, tuvimos muy presente todo el rato, buscando conexiones, desconexiones, o significados con lo que nos mostraban en el espacio. Fue interesante la conversación que esto abrió; se empezó a hablar mucho del sujeto capitalista, de cómo parece q era imposible no leerlo desde ahí porque estamos todos dentro y es la única percepción posible… pero a la vez se reclamaba salir de esa posición tan ‘pesimista’, porque tenia que poder haber una grieta por donde colarse. Se habló mucho de Deleuze, y también de cómo a menudo se le ha ‘leído’ mal, o algunos se han apropiado de sus palabras cambiándoles el significado…. Pero yo me quedé en esa grieta de la que habló uno de los pocos cuerpos q no conocía, y que comentó que no era de ‘este mundo’ de la danza. Me gustó, como siempre me pasa, esa condición de externo, porque siempre creo que desde esa periferia se mira desde otro lugar, o con otra mirada, que nutre de manera distinta a los que estamos más o menos dentro. Pues eso, la grieta. Una grieta que poco después Carme Torrent reivindicó, comentando que aunque fuera más o menos capitalista el sujeto, quizás lo que suponía un obstáculo, es que siempre miramos las cosas desde ese sujeto, sujetándolo muy fuerte. Que quizás había que percibirse más como materia, como algo que sucede en sí mismo, desujetivizarse, aunque el mismo corrector me diga que no puede escribirse así, y que debería hablar de de-su-b-jetivizar (con b), que aunque él diga que si, no es a lo que me refiero.
Y me fui con esa grieta en la cabeza por la que había que haber manera de colarse intentando no ser tan sujeto (capitalista)… No ser tan siempre el protagonista de la historia, sino que la historia suceda por sí misma, sin tanto personaje que quiere salir en la película, como si pasa en Salaam Cinema, una preciosa película de Mohsen Makhmalbaf q vi ayer noche.
Y se me ocurrió que quizás esa grieta se podía ejecutar con el “hack” gesto referenciando al libro de L’âge du faire / Hacking, Travail, Anarchie” de Michel Lallement, del que hablábamos con Anne Lise le Gac en la sesión/vermut del sábado anterior aquí en nyamnyam, también dentro de la programación expandida del Salmon, cuando pusimos en diálogo OKAY CONFIANCE y nuestro ciclo “Todo lo que me gusta es ilegal, inmoral o engorda” para encontrarnos en algún lugar común.
Un hack gesto rápido, eficiente y no elegante, donde la ejecución y el concepto van a la vez. Un golpe de hacha que acepta la forma resultante sin juzgarla. Toda una declaración de intenciones con la que los dos proyectos nos sentíamos muy identificados para explicar nuestra manera de hacer.
Y que ese hachazo pueda abrir la grieta de la que hablábamos, y que corra un poco el aire. Porque como decíamos en la sesión ‘oculta’ (por desgracia solo para programadores) del proyecto air-condition aquí en nyamnyam (con varias acciones perifericas durante el festival), el aire es muy importante durante el proceso de fermentación, así como de manera homónima, lo es también en los procesos sociales. Como se explica en el fanzine Micro cultures, ese aire entendido como espacio y tiempo libre, el poder experimentar y jugar, se perciben como un lujo hoy en día, pero en realidad, son esenciales para la creación de ideas y recursos que ayuden a afrontar la compleja situación actual…
Así que a día de hoy, a las 6:30 cuando aún es de noche y dispongo de mi – aun poco – tiempo/grieta (a causa de las dos personas pequeñas que duermen en la habitación), en un jueves inmaculado de festividad impuesta, pero que recibo como un interesante cambio de configuración de la semana que nos desubica un poco a todos (cosa más que buena en nuestro día a día); decido escribir y reivindicar este espacio/aire/tiempo libre tan necesario para que las cosas evolucionen, que entra por una grieta del sujeto capitalista abierta en canal por un hack gesto rotundo, eficiente y sin prejuicios.
Y a ver si a base de hachazos, podemos apelar a la destrucción creativa, para construir estos nuevos ‘espacios’ de instituciones económicas alternativas de los que habla Peter Lamborn Wilson (Hakim Bey de TAZ) ya desde su ‘retiro’, en una entrevista que me pasó Job Ramos hace unos días:
I think that a radical life is not something that depends on Internet connections or websites or demos or even on politics, like having Green mayors. This may sound dull to people who think that having a really hot website is a revolutionary act. Or that getting a million people to come out and wave symbolic signs at a symbolic march is a political act. If it doesn’t involve alternative economic institution building, it’s not.
Así ha sido un trocito de mi Salmon ‘16. Gracias a todas.
Ariadna Rodriguez
Yessss gracias por escribir Ariadna,
y ojalá que base de hachazos podemos apelar a la destrucción creativa a la vez que apelar al espacio /aire y tiempo libre y es que sí que hay grietas por las que desujetarse, y el capitalista sigue estando muy presente pero con grietas y agujerones por todos los lados …