Sonidos vienen y van sin preguntar, a veces se juntan, chocan entre sí y forman una tormenta.
Nubes pasajeras es una instalación sonora concebida por Nilo Gallego para la explanada del MUSAC con motivo del 15 aniversario del centro, a partir de un encargo del museo a este artista y músico leonés. La pieza consiste en una instalación de siete canales de audio, reproducidos a través de altavoces repartidos por distintos puntos de la fachada principal del museo, en la que haciendo uso de grabaciones de campo, sonidos electrónicos e instrumentos acústicos, el sonido envuelve literalmente al espectador.
Es así como Nillo Gallego reflexiona sobre la capacidad del sonido para intervenir espacialmente en el entorno, una de las claves en buena parte de la trayectoria del artista.
Como punto de partida para la creación de Nubes pasajeras, Nilo Gallego ha optado por realizar una suerte de retrospectiva de su propio trabajo a lo largo de las dos últimas décadas, en una trayectoria jalonada de multitud de influencias que vienen directamente de la música popular –como el rock o el free jazz–, la experimentación sonora, el minimalismo, la música concreta o la música de acción. Asimismo, en esta pieza el artista rememora algunos de los hitos de su carrera, como la ya clásica performance de 1999 Felipe vuelve a casa con las ovejas sonando, a la que remite mediante el uso explícito de cencerros y campanas.
Los sonidos creados o reutilizados por el artista para esta composición incluyen grabaciones de instrumentos acústicos, como batería, violín, arpa o rabel –tocados por él mismo o por los músicos que han colaborado con él en esta pieza: Luz Prado, Rodrigo Martínez y Julián Mayorga–, así como sonidos generados electrónicamente y grabaciones de campo –cencerros, abejas, sonidos de obras, gritos de niños, etc.–, y pequeñas muestras o samples de músicos como Nina Simone, Jeff Buckley, Marvin Gaye o Alice Coltrane, entre otros. Todos estos sonidos, combinados a su vez con el paisaje sonoro del propio entorno en el que se sitúa –sonidos del tráfico en la calle adyacente, elementos atmosféricos o conversaciones de los visitantes–, representan una verdadera orquestación que, a través de una partitura concebida por Nilo Gallego, pretende crear una nueva realidad sonora.
Un último referente, no menos importante que los ya citados, es el componente cinematográfico que envuelve este trabajo, y que encontramos ya en el propio título de Nubes pasajeras, tomado de la película homónima realizada por Aki Kaurismäki en 1996. Pero, sobre todo, Nilo Gallego plantea esta pieza como “cine para las orejas”, un modelo cercano a la experiencia cinematográfica, donde los sonidos toman el protagonismo frente a las propias imágenes, y a partir de los cuales el espectador puede recomponer una narración propia y personal.
Instalación sonora en la fachada principal del museo.
Fechas: 16 de julio – 1 de noviembre de 2020.
Horario: Todos los días de 11 a 21 horas.