Cancelamos porque nos sentimos censuradas
Cancelamos porque nos sentimos menospreciadas
Cancelamos porque el proceso ha sido colonizante, en un marco de una exposición supuestamente decolonial
Cancelamos porque nos pidieron un plan B
Cancelamos porque nunca tenemos un plan B
Cancelamos porque la obra es tal como la vida
Cancelamos porque nuestras prácticas nos atraviesan como poemas ancestrales
Cancelamos porque no compartimos ni ritmos, ni tiempos, ni prácticas neoliberales
Cancelamos porque no entendemos el arte, ni la vida, como aquello que que no siente, ni padece y claudica
Cancelamos porque no compartimos los quehaceres si no son en colectividad, complicidad y con afectos que afecten a las estructuras impuestas
Cancelamos porque sabemos y creemos que hay otras formas de hacer
Cancelamos porque no somos mercancía
Cancelamos porque no somos un pack
Cancelamos porque nos atraviesa lo emotivo, lo espiritual, la vida
Cancelamos porque abogamos por espacios de arte que sean lugares para crear y crecer juntxs.
Cancelamos porque nos sentimos censuradas
Llevamos varios meses trabajando una nueva obra de performance a partir de la invitación de Lis Costa y Josep Ma. Jordana (Habitual Video Team) como parte de la curaduría compartida de la exposición “La posibilidad de no haber sido Siete interferencias decoloniales” en el centre d’arts santa mònica de Barcelona.
La obra consiste en tener una artista suspendida con un entramado de cuerdas agarrada a una estructura. Esta artista estaría sangrando. Su sangre caería sobre la espalda desnuda de la otra artista quien estaría atada boca abajo, recibiendo estas gotas de sangre sobre la palabra colonia que lleva tatuada en la espalda. Eventualmente las cuerdas que atan a la artista se queman (por medio de velas encendidas); ella se incorpora y recoge la sangre. Esta sangre pasa por un proceso alquímico de varios componentes químicos que alteran su espesor y color. Con esta mezcla se pintan las paredes de la institución con simbología de la cultura taína (las primeras personas de Abya Yala en ser secuestradas para ser mostradas, deshumanizadas y exotizadas en Europa, fueron taínas).
En todo este proceso hemos establecido complicidades con expertos y técnicos en suspensión corporal, contamos con el acompañamiento y supervisión de una enfermera, consejo y acompañamiento de un profesor de la UPC, con un equipo dedicado al diseño de estructuras para realizar artes aéreas, como también con arqueólogos de la Universidad de Puerto Rico.
En la primera reunión, que fue con las encargadas de dirección técnica y coordinación de actividades del centro, cuando explicamos los aspectos técnicos a resolver se nos pregunta directamente si teníamos un plan B.
¿Qué significa tener un plan B en el marco artístico? ¿Nos están coartando? ¿Nos están censurando?
Esta falta de respeto, tacto y profesionalidad nos dejó tocadas, afectadas, violentadas…
Existe, en la pieza planteada, un riesgo físico evidente pero también otros riesgos físicos y no físicos más sutiles o menos evidentes. Sin embargo, esto no significa que tiene que plantearse un plan B, sino por el contrario, debe existir un apoyo mayor para crear la obra con todos los cuidados pertinentes. Para nosotras el riesgo mayor es que una institución presente una exposición sobre decolonialidad y pretenda que no exista peligrosidad en ninguna de las propuestas a ser expuestas.
El supuesto miedo (o tal vez desgano), la poca profesionalidad, la falta de empatía, de respeto y las dinámicas establecidas sobre los juegos de poder y control fueron lo que posibilitaron que la institución nos plantease presentar un plan B (o sea, otra obra).
Luego de esta reunión, la vivencia se complica. Se nos comunica que el centro santa mònica no está preparado a nivel técnico, ni en recursos logísticos, humanos, ni materiales para llevar a cabo la pieza propuesta y que por lo tanto no se puede contar con ningún tipo de apoyo en producción más allá de un equipo de sonido y otro de luces. Lo que se nos plantea es hacernos cargo, por nuestro lado, de buscar y solucionar los aspectos técnicos para desarrollar la pieza. Ponen dos condiciones: la primera es que no van a aumentar la partida presupuestaria de producción, por lo tanto, el alquiler de estructuras y materiales específicos, servicio a terceras personas derivados del montaje, producción y ejecución de la obra se cargará a la partida destinada a nuestros honorarios, ya bastante precarios. La segunda condición, es que en tres días, debíamos presentar un dossier con la relación detallada de los elementos estructurales específicos y medidas de seguridad aplicadas y homologadas para después ser aprobada, o no, por el responsable de Riesgos Laborales del ICEC.
¿Qué significa este nuevo rumbo en los hechos – intentar reducir presupuesto (o no aumentarlo) y hacer que se gaste en cosas que ya existen, están y se pueden usar en la misma institución? ¿Ahora no se podrá hacer la obra por falta de presupuesto? ¿La responsabilidad de presentar, o no, la obra será de alguien externo a la institución artística, el responsable de riesgos laborales? ¿Qué significa querer que una obra de performance pase el filtro de un responsable de riesgos laborales? ¿Hay alguna performance que pase la prueba?
Recuento de los hechos
Primer paso:
Plan B
Segundo paso:
No puedes usar ningún recurso material ni logístico del centro.
Tercer paso:
Si necesitas algún recurso material o logístico se tiene que alquilar, pero para ello no aumento el presupuesto, por lo tanto lo pagas tú.
Cuarto paso:
Cualquier material o recurso alquilado de fuera del centro tiene que pasar por la aprobación del comité de Riesgos Laborales, que lo pueden aprobar o no.
Quinto paso:
Les propusimos hacer un ritual
Sexto paso:
Silencio “administrativo”
Séptimo paso:
Pedimos una reunión urgente con el director del centro.
Nos reunimos con el director del centro y con el curador que nos invita a ser parte de la exposición. Explicamos lo vivido y recibimos una disculpa y la reiteración de que no pretendían censurarnos si no que fue una reacción a partir del miedo, incompetencia, falta de empatía y profesionalidad y muchas otras carencias por parte del equipo ante nuestra propuesta. Se nos dice que seguramente no vamos a cobrar. Si no se presenta nada, no se cobra. Nos dice que no está en sus manos revertir esta forma de hacer.
¿El proceso creativo no es trabajo? ¿La pre-producción de una obra no es trabajo? ¿Todo el dinero, tiempo y recursos que ya hemos gastado no forman parte de la partida presupuestaria aprobada y pactada?
Por todo esto el jueves 14 de diciembre de 2023 cancelamos. No vamos a ser parte de una exposición entorno al descolonialismo donde las dinámicas y las prácticas por parte del espacio donde se realiza son coloniales.