“Una ciudad como Barcelona no puede ser solamente un complejo turístico (resort city) donde los “locales” son, o bien trabajadores a al servicio de los “visitantes”, o bien una especie de figurantes para que estos gocen al máximo de su estancia en una especie de reconstrucción de un escenario local, real o inventado.”
Escriben en Facebook
“Pasamos sin solución de continuidad de la ciudad como simple paisaje a la ciudad como escenario; dejamos de ser simples espectadores, que contemplan en la lejanía una realidad poco alentadora, y nos convertimos en actores de un espectáculo ejecutado en un teatro del que nos sentíamos legítimamente orgullosos. Ello fue posible, y ahí está la magia del asunto, porque entre todos nosotros establecimos un pacto de complicidades, funcionó la química de la ilusión. Dejamos de estar en Barcelona para ser de Barcelona. La ciudad se convirtió, así, en nuestra verdadera patria y nos transformamos de súbditos en ciudadanos, Barcelona nos pertenecía, era nuestra. Se volvió protagonista de nuestras vidas.”
Escribe Manuel Trallero en Al este de Manhattan