No me acuerdo de haber leído nunca sobre los motivos profundos que nos llevan a amar una ciudad más que otra y, a veces, contra otras. Sin hablar de los casos de amor a primera vista que, en general, no resisten la acción conjunta del tiempo y de la repetición. Creo que el amor por una ciudad se hace de cosas ínfimas, de razones oscuras, una calle, una fuente, una sombra. En el interior de la gran ciudad de todos está la ciudad pequeña en la que realmente vivimos.
José Saramago
Las ciudades no se dejan leer linealmente. Puedes intentarlo, pero ella no te dejará. Tú creerás que estás leyéndola en orden y de repente te darás cuenta de que te saltaste un capítulo.
Las ciudades sí se dejan leer al azar, aquí y allá. Con paciencia puedes unir frases que te llevan a algún significado. Pero no siempre llegas a algo que tenga sentido. Has de estar preparado para dejar las frases abiertas y completarlas más tarde o tal vez nunca. No es un argumento redondo una ciudad, siempre quedan cabos sueltos.
Clarice Lispector
Yeyé, te voy a decir algo que no le digo nunca a nadie, porque no tengo por qué. Si sales de aquí y te vas a algún sitio, que te acabarás yendo, porque esto es mierda y nada más. Si te vas a algún sitio, Yeyé, no te lleves ni fotos, ni recuerdos, ni hostias. Llévate el olor de una tía. Te llevas el olor de una tía y buscas a tías que tengan el mismo olor en todos los sitios adonde vayas. Ya te digo: ni fotos ni leches. Ni la cara de una tía, ni su nombre. No es eso. El olor de una tía. ¡El olor! Y si lo llevas lo vas a encontrar. Y vas a disfrutar mientras lo encuentras. Por eso siempre estarás en casa.
Francisco Casavella