Tengo que mirar varias veces el papelito con la dirección que llevo en el bolsillo. Luego el Google Maps. Ya está. Llegamos. Y eso que pasé gran parte de mi vida a pocas cuadras del lugar, pero ni así. Los habitantes del passatge… (no voy a desvelar el nombre para no dar ideas a la mafia, que ya basta de hoteles, generators y demás vertederos humanos) disfrutan de una suerte de oasis tropical de felicidad escondidos entre edificios. Una extraña atmósfera de paraíso fiscal emocional sobrevuela la zona. Es de estos espacios en los que te sientes bien independientemente de la compañía o de los grados de alcohol de la bebida que tomes. Pero es que hoy, además, la compañía es inmejorable, y la bebida, pues, está a la altura. Gracias señor Yzaguirre.
Durante la primera hora somos pocos aún, pero hay tiempo para hablar sobre cualquier cosa, como ese pueblo en Castellón que se puso de moda entre los grafiteros y ahora es un museo de arte vivo, éste sí. Lo insólito es que mientras hablamos esto con Rubén y Pablo se suma a la conversación otro invitado a la fiesta, ¡de Castellón!, que asegura que jamás escuchó esto. Se aparta un momento, revisa en su móvil y vuelve con cara de satisfacción. El pueblo se llama Fanzara. Un pueblo envejecido, como tantos en España, reconvertido ahora en el MIAU (Museo Inacabado de Arte Urbano). La próxima fiesta hagámosla en Fanzara. Y ya está.
También hablamos de Nacho Vegas y de su no-actuación en el acto final de la campaña de Barcelona en comú. Estamos en una fiesta que se auto-proclama de no-reflexión, y es que no hay nada que reflexionar. Es hora de pasar a la acción. Para los escépticos de siempre les tengo esta reflexión de Rubén Ramos, un tipo con criterio, quién ayer recordó a esa juventud tuitera desmemoriada que la segunda república empezó después de la victoria del Frente Popular ¡en unas elecciones municipales! El rey de entonces huyó por patas y tuvimos cinco años donde pareció posible lo imposible. No es que seamos tan ingenuos de pensar que los dos reyes que tenemos se van a asustar por una victoria de Manuela o de Ada, pero por algún lado hay que empezar. Así que por una vez votemos y botemos también hasta que se hunda todo.
En esos delirios estamos distraídos que empieza el concierto, casi sin enterarnos. Esos novios, Rubén y Pablo, el conde y el master, nos envuelven con su música y con estas letras elocuentes, muy acordes al espíritu de nuestro tiempo:
Tanto esperar y tan poca fiesta
Tanto llorar y tan poca suerte
Tantos dramas y tan poco placer
Tanta charla y tan poco sexo
Tantas palabras y tan pocos besos
Tanto cuidar y tan poco amor
Tanta histeria y tan poco éxtasis
Tantos sonidos y tan poca música
Cerveza Conde Master Beer
Cerveza Conde Master Beer
La música suena y no paran de entrar niños y más niños, con sus padres detrás, o debajo. Hay que ver la obstinación en procrear de la gente de Barcelona. Me tienen sorprendido con tanta vocación de futuro. Los Novios, mientras tanto, a lo suyo: Podridos de alcohol, podridos de alcohol, guiris, estáis podridos de alcohol, podridos de alcohol, cantan, y nosotros con ellos. Deberíamos hacer esto cada sábado.
Entonces empiezo a sentir ese leve cosquilleo. Primero pienso que me ha rozado la pierna esa chica en la que me he fijado antes. Pero no. Es el ambiente, la música, las mujeres embarazadas, el vermut, la terraza, los árboles, la tortilla, la utópica victoria de mañana, la brisa, y el cosquilleo aumenta, ¿por qué no? Disfrutemos del momento. Aquí nadie habla del procés. Finalmente, como dice Guillem Martínez, los catalanes podemos vivir en cualquier país, incluso en un país catalán, pero lo que no podemos/debemos hacer es esconder los problemas detrás de la “identidad”. Pero hoy, en esta terraza, aparentemente, no tenemos ningún problema ¿Es una trampa? Tal vez.
LA TRAMPA (María Elena Cruz Varela)
No obstante, sólo puedo alegar a mi favor
que a veces cedo.
Caigo en minúsculas trampas que nos arma la vida.
En trampas como jaulas para cazar gorriones.
Que algunos días. ¡Oh, días específicos!
Al abrir el balcón. Al asomarme y ver
con todos los sentidos. Y oír con todos los sentidos.
Y oler con todos los sentidos. Soy un terco violín
en evidencia. A veces –excusa delirante-
la vida se me vira como un juego de cartas
mostrándome los triunfos.
Me enamora con labios nuevecitos.
Me apremia. Imprescindible. Un cuarto movimiento:
novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.
Como una credencial. Un aquí está mi mano.
Mis millones de manos.
La piel se me estremece de piedad infinita:
El hombre mata. Muere. Miente. Roba. Claudica
de espaldas a esa música en un afán de voraz permanencia.
Confunde libertad con desplazarse.
El hombre duerme armado contra los otros hombres
y contra el hombrecito
que habita los rincones más claros de su pecho.
A pesar de esa música. A pesar del balcón.
Del sol que estreno. A pesar de esa Oda feroz a la Alegría.
De la limpia mañana
que niega los despojos de la cena de ayer.
No obstante, digo. La vida hoy se presenta como un traje.
Y sé que es una trampa. Pero cedo. Y me dejo embriagar
y acepto cualquier tregua. Y soy una espiral.
Un balancín. Un coro. Porque sucede a veces
que al abrir el balcón. Al asomarme y ver.
Y oír. Y oler. Con todos los sentidos.
La vida me ha sacado barajas de la manga.
No obstante, sólo puedo alegar a mi favor:
Es una trampa. Y me dejo caer.
Para ser justos hay que decir que, en esa letra que citas, Novios versionamos el tema Más menos cero de Stereo Total, que aparece en el disco No controles, el cual a su vez es una versión castellanizada de un tema de ellos mismos. Aquí podéis escucharlo: https://www.youtube.com/watch?v=mmxA77daYys
Pingback: Cervez conde master beer | fuga
Hombre, yo lo que quiero saber es quien es la chica de la portada…
Me quito el sombrero ante esta crónica. Que siga la fiesta y gracias a Guillem Martínez por decir lo que hay que decir.
BRAVO!!
Per la gent pro-activa.
Ayer murió Jesús Lizcano, poeta anarquista. Le hubiera gustado saber de estos Novios.
Novios
(poema místico libertario)
Somos novios,
no hermanos.
Si fuéramos hermanos
sólo existiría un mundo
y el mundo se divide, se desintegra
en incontables mundos.
Y cada uno es un mundo.
En cambio, ah, en cambio:
somos novios,
novios llamados a la boda única.
El poeta debe anunciar a todos
que todos somos novios
y que sólo existe una boda
a la que estamos llamados todos,
que yo soy tu novio
y tú eres mi novia,
que estamos solos, que nacemos solos
y moriremos solos
y que vivir es la boda única
y que nos volvemos locos
viendo extrañas raíces,
parentescos extraños,
en lugar de entregarnos a la ternura de los novios,
a la ilusión con que se miran,
a la alegría con que se abrazan.
¡Ah, si saliéramos a la calle y nos viéramos novios,
nos sintiéramos novios
y mis amigas fueran mis novias
y todas las bailarinas de El Molino mis novias
y todos los monjes de Montserrat sus novios!
¡Ah, si los monjes de Montserrat supieran
que son los novios de las bailarinas!
¡Ah, si las bailarinas
supieran que los monjes son sus novios!
(Tampoco el hábito
hace a las bailarinas.)
Si nos viéramos novios,
mamíferos enamorados,
huérfanos que vamos a la boda única
cuando se liberan nuestros sentidos
de tantos padres terribles…
¡Ah, si supiéramos que somos novios!
Cómo dominarían en nuestro mundo
los cargos, los altos cargos, las esferas,
las más altas esferas,
¡ah, las más altas esferas!,
qué sería de todos ellos
(¡y de todos los vigilantes!)
si todos fuéramos novios.
Para seguir leyéndolo
http://www.viruseditorial.net/pdf/prueba%20de%20lectura.pdf