“Pídeme que te folle para que yo te pueda decir no gracias, quizás más tarde”. 20 escenas para una misma ceremonia amorosa: Ejercicio de estilo.
Reglas del juego.
Deben seguirse, obligatoriamente, los seis pasos del ejercicio. A partir de aquí la libertad creativa es absoluta. Se puede definir la identidad de los actuantes que más convenga. Se pueden añadir diálogos, disfraces, escenografía, objetos… Pueden aparecer, también, otros personajes.
Se pueden cambiar los diálogos siempre y cuándo se mantenga la intención.
Paso 1: El objeto amoroso entra en la escena. Se sube a una escalera de dos peldaños y busca su posición. (una mirada, una ocultación, la posibilidad de ser deseado). Muestra un objeto. (un mechero, una patata, o una pistola)
Paso 2: El sujeto amoroso ya estaba allí. Siempre estuvo allí. Lleva una cuchara.
Paso 3: El objeto amoroso baja de la escalera y mira al público. Busca su aprobación. El público consiente con una media sonrisa.
Paso 4: El sujeto amoroso se acerca al objeto en tiempos debidamente marcados. Deben quedar manifiestos los tiempos o plazos del acercamiento.
Paso 5: En la cercanía el sujeto amoroso dice:
-Sujeto amoroso- Pídeme que te folle, pídeme que te folle.
Debe repetirse esta expresión, u otra parecida, tantas veces como lo requiera la escena. Ante la acumulación el objeto amoroso responde:
-Objeto amoroso- Fóllame.
El sujeto amoroso se aleja rápidamente y responde de forma desairada.
-Sujeto amoroso- No gracias, hoy no tengo tiempo pero quizás en otro momento con mucho gusto.
Paso 6: Sujeto y objeto se acercan al proscenio y saludan.
Las 20 escenas.
La organización propone hasta veinte maneras posibles de presentar la escena. Se pueden proponer otras presentaciones y se pueden combinar varias maneras de presentación.
1.- Entrevista a un cantante famoso
2.- Susan Sarandon y Gina Davis
3.- Contestador automático.
4.- Western
5.- Trovador medieval y doncella.
6.- Transacción commercial.
7.- Abuelo dependiente.
8.- West Side Story
9.- Receta de cocina
10.- Sant Jordi
11.- La maja desnuda.
12.- Videojuego
13.- Humphrey Bogart y Lauren Bacall
14.- Bibliotecaria y pajillero.
15.- Género epistolar.
16.- Hacienda y los contribuyentes.
17.- Un par de gusanos.
18.- Una canción de amor.
19.- A base de piropos.
20.- Escena en el Mc Donalds.
Instrucciones para participar
Te proponemos la escenificación de un acercamiento amoroso en seis pasos, unas mismas reglas del juego para todos los participantes. Una misma fórmula: Lo de chico encuentra chica nunca funciona: La retórica amorosa es un poco más rica y compleja. La fantasía amorosa es perversa por definición. En base a estos pasos a seguir hay veinte maneras posibles de escenificarlos. (en un Mc Donalds, caballeresco, musical, culinario…).
Nos mandas tu propuesta a info@liminal.org antes del día 15 de diciembre. La propuesta debe incluir un guión que respete el guión básico y un planteamiento escénico indicando el número de actores y las necesidades técnicas. Debes asignarte una escena o formato escénico de acuerdo con la lista de 20 temas que propone Liminal GR. Es preferible que la actuación no tenga una duración superior a los cinco minutos.
A favor de la diversidad, la mezcla, el mestizaje, a favor de la promiscuidad. Liminal GR es sobre todo una apuesta a favor de la promiscuidad cultural. Promiscuidad entre géneros i disciplinas artísticas, entre artistas profesionales y artistas amateurs, entre públicos activos y creadores atentos.
Y también diversidad y promiscuidad en el amor. Después de los movimientos feministas y de liberación sexual de los años setenta y ochenta del siglo pasado uno tiene la sensación que lo único conseguido es que los gais puedan formar una familia y las mujeres puedan ser madres solteras. Tanta lucha y tanta fiesta por la liberación sexual para acabar otra vez en casa con la familia. ¿Y dónde queda, la diversidad y la promiscuidad? ¿Dónde está el lio?
Liminal GR propone un ejercicio escénico para plantear todas las posiciones posibles en el juego amoroso. Todos los géneros sexuales posibles y todas las figuras retóricas imaginables, (dominación, tergiversación, ocultación, acoso). La cosa va como sigue:
El objetivo es que el próximo día 18 de diciembre asistamos a 20 maneras diferentes de decir: “Pídeme que te folle para que yo te pueda decir no gracias, quizás más tarde”. O si queréis veinte maneras distintas de decir: “Te quiero”. O veinte maneras distintas de regodearse en el ceremonial amoroso. 20 declaraciones de amor.
Si eres músico, performer, actor, director escénico, escritor o amante, aquí tienes unas reglas de juego para aflojar todas tus perversidades. Busca tu posición, busca tu fórmula, busca tú escena preferida… para decir lo de siempre. Todos dicen I love you.
El deseo amoroso, la identidad sexual y las fantasías.
La pregunta principal en una relación amorosa es siempre la misma: ¿Qué es lo que deseo? o mejor ¿Es lo que yo quiero o es lo que los otros quieren de mí? En definitiva, como se engendra mi fantasía. La fantasía me enseña como desear, y me dice que soy yo para los otros. ¿Pero como ocurre todo esto? ¿En qué consiste desear y ser deseado?
¿Con quién aprendiste tú a andar como un hombre, y como aprendí yo a gesticular como un marica, o quien le enseñó a ella a balancear el culo en sus andares? ¿Ocurrió en un cine, viendo la tele o pasó en la calle? ¿Fue Greta Garbo, Tony Curtis o Jim Morrison? No lo sé pero, ahora, me resulta irresistible. Cada hombre y cada mujer tiene su propio secreto, su propia fórmula para el deseo..
Desde tiempos remotos el arte, y en nuestros tiempos el cine y la publicidad, nos presentan una imagen fantasmática de la mujer. Una imagen cuya fascinante presencia oculta la imposibilidad inherente de la relación sexual. Surge así, un sujeto secreto cuya libido relaciona lo sublime con lo abominable.
Tal como señala Slavoj Zizek, “lo primero que hay que señalar es que la respuesta a la pregunta ¿quién, dónde, como participa el sujeto que fantasea en la narrativa? dista mucho de ser obvia, Aún cuando el sujeto participe en su propia narrativa esto no implica una identificación automática, o sea, no se identifica necesariamente consigo mismo. La fantasía crea una variedad de posiciones del sujeto, entre las cuales el sujeto está en libertad de flotar, de pasar su identificación de una a otra”.
El ritual amoroso, en tanto que ceremonia, es siempre un acto de veneración y consagración de un valor, y a ser posible de un objeto sagrado. Un objeto, que representa un orden secreto en nuestra forma de desear. El sentido original de la palabra sacrificio no es otro que el de convertir algo en sagrado. Y es así como el sacrificio amoroso se convierte en el corolario de la pasión. Y es por eso, también, que el final en una narración amorosa está siempre escrito de antemano.
De lo que aquí se trata es de flotar, de saltar de una posición a otra, de venerar y consagrar, de ser sublime y abominable. Nuestra identidad sexual se define en el juego amoroso, lleno de sutilidades, de pequeños gestos. Y como siempre: Esta narración está basada en hechos reales. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.