La obra Paradigma y crisis se presentó en el Mercat el pasado mes de mayo del año pasado, Silvia Sant Funk, del colectivo Las Santas, dirigía este proyecto que se presentaba otra vez en Barcelona, de nuevo con Bea Fernánez , Aimar Pérez Galí y Jorge Dutor como intérpretes en escena. En Continuum hemos charlado con ella para conocer de cerca cómo ha sido este proceso de creación y cuáles han sido las diferencias más notables respecto a su anterior representación.
Antes del estreno hablabas con Quim Pujol en Teatron, de que esta nueva presentación en el Mercat era una evolución de lo que presentasteis en el Antic, ¿puedes contarnos ahora en qué se han concretizado los cambios? Y algo también muy importante e intrínsecamente relacionado: ¿Qué los ha realmente determinado?
En el Antic presentamos el trabajo después de una primera fase de investigación, y ya entonces quería proponer una experiencia escénica que hablase más a los sentidos que a la mente y que incluso invitase a la mirada a viajar de manera diferente de lo habitual ante unas acciones, que iban de lo más abstracto a lo más concreto, desde la danza a acciones cotidianas. De alguna manera quería hablar del orden implícito en el caos y por eso he trabajado con la superposición de lenguajes sin atender a medida alguna. En la segunda etapa de este trabajo he eliminado cualquier partitura para no indicar ningún camino concreto a seguir al espectador y he cambiado la idea de superposición por la de convivencia. He vaciado todo mucho más para que la mirada del espectador pueda descubrir más cosas, más tensiones, coincidencias, detalles, para que pueda acercarse más a esas cosas difíciles de atrapar, invisibles, que se producen inevitablemente al hacer convivir danzas, estares, elementos… relaciones que no se provocan sino que suceden.
En esta sección de Trasversales en Continuum queremos prestar atención a los impulsos que ponen en marcha un proceso creativo. En tu caso has partido de la concepción moderna de la Física, para representar la paradoja de una manera se pensar que se basa en la lógica científica que hay detrás de la realidad que percibimos, aunque la mayoría de las personas no consigamos verla o entenderla. El momento en el que los intérpretes deciden voluntariamente no interaccionar entre ellos en el espacio de la escena parece ser una metáfora lo suficientemente elocuente sobre esta dicotomía. De ahí parte la siguiente pregunta: ¿Durante el proceso creativo de la obra has partido de distintos conceptos válidos pertenecientes al ámbito de la Física moderna y has buscado una manera tangible de representarlos en la escena? ¿No se trata de nuevo de intentar hacer visible lo invisible, lo abstracto en concreto, como cuando los científicos intentan sacar a la luz algo que nosotros no somos capaces de ver o entender con nuestros propios sentidos?
A mi me gusta acercarme a las temáticas con las que trato como amateur, desde la mirada del no-experto, ésta es la relación que yo establezco con la Física. No intento profundizar en determinados conceptos o encontrar intersecciones reales entre dos mundos paralelos, el del Arte y la Ciencia. Yo me quedo con lo que la Física está sugiriendo a un nivel más global, más filosófico y me atrevo a sacar mis propias conclusiones, que necesariamente son naifs porque no soy una experta en el tema, y a crear así nuevas opciones a partir de ese acercamiento. Siempre encuentro interesantes los acercamientos artísticos a la ciencia y los científicos al arte, igual que otros tantos flirteos entre ámbitos diferentes de nuestra realidad.
En el caso de Paradigma, los conceptos básicos en los que se apoya el trabajo son la idea de que no todo es atrapable y explicable según las premisas de la lógica, que el azar es una parte activa de la realidad, que existe una conexión entre las cosas que no depende de nuestra voluntad y que el observador tiene un papel muy activo sobre lo observado. Para traducir esto a unos cuerpos que actúan en escena he tenido que hacer un auténtico ejercicio de rompimiento, y el espectador también tiene que hacerlo, con mis nociones de tiempo y espacio, que a mí entender son las dimensiones en las que estamos más atrapados, que más marcan nuestra manera de actuar. Respecto al tiempo, en cuanto a noción de ritmo o de algún tipo de armonía o construcción temporal, en Paradigma el minuto uno es igual de importante que el minuto 60, y esta experiencia podría durar 60, como 10, o como solo uno. Y sobre el espacio: la mirada tiende a necesitar centrarse, enfocar y ordenar lo que enfoca, suele viajar con comodidad en una relación armónica entre centro y periferia. No ofrecer ese orden en el espacio es también un rompimiento con la lógica de nuestra mirada. Y por último, he intentado también romper con la lógica de los significados que actúan en una escena, romper con una habitual jerarquía en la que el sujeto, el intérprete, estaría siempre por encima de los demás accionadores escénicos. Si sirve de ejemplo podría decir que en un determinado instante Bea (Fernandéz) es igual de importante que la pared y que el espacio que la separa de ella, igual que lo son también la luz que la ilumina y el sonido que se produce en ese momento. El espectador tiene que lidiar con toda esta colección de rompimientos y, en definitiva, lo que verdaderamente marca esta experiencia no es lo que ocurre en escena sino lo que ocurre en la mente y en el cuerpo del espectador.
La participación del espectador en esta pieza es pues fundamental ¿Cómo ha sido la acogida por arte del público del Mercat? ¿Crees que se han sentido involucrados en dotar a la obra de significado? Aunque desde el principio hayas sido consciente de que su participación era efectivamente fundamental, ¿qué te hubiera gustado que aportasen ellos al desarrollo final de la obra?
La presentación en el Mercat me ha abierto más interrogantes que darme muchas respuestas. El trabajo causa un extrañamiento general e incomodidad, lo disfruta más el público que adopta una actitud contemplativa, que el que tiene una actitud expectativa. De todos modos creo que hubiese sido diferente si hubiese hecho un introducción más específica para familiarizar al espectador con una serie de premisas y hacerlo partícipe de esa idea de responsabilidad compartida. También poder abrir un espacio de reflexión a posteriori, no enseguida después de la actuación, más en diferido hubiese sido constructivo.
Como decíamos esta ha sido la segunda vez que Paradigma y crisis ha sido presentada ¿Crees que es factible que vuelva a ser modificada y representada? En el caso de que así fuese, ¿hasta que punto sería la misma obra y no se iría desvirtuando en convertirse en una obra completamente nueva?
Paradigma y crisis es un experimento conjunto de público y intérpretes, es decir, sólo puede existir si se presenta al público. Y sí claro, hay que estar constantemente comprometidos con los principios de no construcción, de no jerarquización, tanto por parte de intérpretes como por parte de público, lo cual hace que cambie cada vez que se presente, pero dentro de unas coordenadas muy claras y muy identificables que no la llevarían a una desvirtuación. Sí que necesita de un replanteamiento cada vez que se presenta, porque el espacio en el que se ubica, el tiempo que ocupa y la acción en sí son igual de importantes, por lo tanto si uno cambia, como por ejemplo el espacio, todo cambia.
A propósito de esto último, ¿en qué cambia enfrentarse a un proceso creativo que parte de cero a uno que tiene como base un proyecto que ya ha sido representado ante el público?
Son diferentes momentos del trabajo y ambos necesarios. Es igual de importante poder trabajar escuchando sólo una inquietud personal, e intentar en medio del abismo y la pérdida que suelen acompañar a un proceso de creación, distinguir y ser fiel a esa inquietud, que confrontarlo en otro momento a un público y dejar entrar en tu visión la de otros para poder, a partir de ahí, probablemente, complementar y enriquecer el trabajo. Pero hemos de tener en cuenta que las experiencias con público pueden ser muy diferentes entre ellas y que el “público” es un factor igual de móvil que todos los demás factores que actúan en el momento escénico. Con esto quiero decir que para mi el público no es el centro alrededor del que gravita el impulso creativo.
C.D
Fuente: http://granerbcn.cat/entrevista-a-silvia-sant-funk/
Silvia Sant Funk I Paradigma i Crisis I Teaser from Las Santas on Vimeo.