Revisando tea-tron me he dado cuenta que hacía casi un año que no escribía nada públicamente… desde ayer estoy de vacaciones o más bien dicho sin trabajo. De nuevo en este estado entre proyectos, con la incertidumbre como compañera y con la mente preparada para activar nuevos proyectos, crearlos e inventarlos. Hay un factor que incrementa el tamaño de la incertidumbre que se viste con mascarilla y nos hace estar distantes físicamente. Bailar con mascarilla es posible, lo he probado. Pero acompañar la creación y el aprendizaje de la danza con distancia lo veo más complejo (posible sí, pero que encaje conmigo…) , ya que parte de mis herramientas pasan por el trabajo de imprimación, del contacto, del descubrir el cuerpo a través del otro y el trabajo en grupo, parejas y tríos. Me apetece mucho seguir compartiendo mi universo con otros. Amo tanto la realidad con volumen y olores que…Con la que se avecina no puedo negarme a repensar y plantearme nuevos formatos,.. encuentros online, reuniones por zoom, clases con pantalla y en vivo o cuerpos bailando por youtube, familias hambrientas de ideas y actividades divertidas y pedagógicas
¿cómo exponemos nuestro trabajo? ¿cómo será accesible a otras? ¿cómo compartiremos nuestra práctica?
Esta temporada he aprovechado para profundizar en el estudio de la anatomía humana siguiendo con el desarrollo del proyecto “MOVING DEEPER”, moviéndome hacia el interior del cuerpo, investigando junto a Cristina Poll (fisioterapeuta) la manera de acceder, de traspasar, de mover y de compartir este mundo jugoso y gelatinoso que tenemos todes. Moving Deeper ya tiene propuesta en formato taller y laboratorio de investigación y movimiento. El sueño sería crear una instalación+ perfomance.
¿cómo puedo idear una instalación sensorial sin que la gente se toque, sin que toque? y hablando de instalaciones la de Cabo San Roque ha sido un regalo inspirador…
El día 7-8-9 de julio estrenamos en el GREC el último espectáculo de Pere Faura REQUIEM NOCTURN dónde he podido seguir desarrollando mi figura como asistente de movimiento y coreografía junto a un equipo de lujo. El proyecto es el segundo Célula del Mercat de les Flors (apoyo a grandes producciones) y como el anterior (flamingos de Albert Quesada) no parece que vayan a mostrarlo muchas más veces. El propio texto de Montse Colomé lo decía… acompanyar a morir… pues así me he sentido durante este proceso, acompañando a la muerte. El rol de asistencia es la de acompañar hasta el día del “parto” dicen algunos.. .esta vez celebramos un REQUIEM… algo moría en escena tras cada bolo ( 3 previas + 3 bolos)… la muerte nos ha acompañado durante todo el proceso, el coronavirus nos ha atravesado de lleno, nos hemos acercado a la muerte un poquito más… Un espectáculo que sorprendentemente que cada día ha cogido más cuerpo y que a su vez está más cerca de la muerte. En febrero se podrá volver a disfrutar en el Mercat de les Morts.
Tristán Pérez Martín
Durante ese confinamiento arrasador se quedó sin su merecida despedida de los escenarios nuestra querida SWEET TYRANNY de Pere Faura, que tenía que irse a Francia para cerrar y morir en paz… un Zoom con el equipo fue la alternativa a la frustración y celebración. Quizás mi última posibilidad de bailar en el escenario… al menos de esa manera y con esa intensidad
Tristán Pérez Martín
Otro proyecto que se quedó en casa fue BALLAR ES COSA DE LLIBRES que tenía que compartirse en el prat y en teoría se ha pospuesto para la próxima temporada. Me pregunto si las escuelas harán excursiones el curso que viene. Llevarán a los niños y niñas al teatro? a realizar actividades de danza? Este proyecto hace participar a unos 20 chavales en escena mientras bailan, leen, … el resto de público está sentado acompañado de un “libreto” y un performer. Ojalá que se pueda llevar a cabo… quizás es hora de repensar también la propuesta… compartir libros y bailar juntos va a ser una actividad de riesgo!
Ballar és cosa de llibres ©Tristan Perez-Martin
lo que está claro es que si el confinamiento se pone de moda tenemos mucho trabajo… en septiembre ya veremos qué pasa
feliz verano