El afecto y el poder
“Por afectos entiendo las afecciones del cuerpo, por las cuales aumenta o disminuye, es favorecida o perjudicada, la potencia de obrar de ese mismo cuerpo….” (Barush Spinoza, Ética demostrada según el orden geométrico).
Últimamente se habla mucho del afecto, pero no siempre se considera, como en el fragmento anterior, el poder o la posibilidad que este afecto produce o restringe. Si no se tiene en cuenta la dimensión del poder (en un sentido amplio, tanto poder restrictivo como poder posibilitante, desacreditativo, impulsante, etc) a mi manera de ver, se niega en cierta medida la acción de un trabajo, limitando los afectos a ventanas contemplativas en las cuales pretendidamente la acción no va más allá de sus marcos de contemplación.
¿Qué da esto? ¿Qué quita esto? ¿Qué puede esto? ¿Qué quiere esto? ¿Qué pide esto? ¿Qué hace esto? No hay lugar para la inocencia, la intensidad de un afecto no le da a este un certificado de inocencia, tal cosa sería como decir “este afecto no afecta”.
Esta práctica nos invita a concentrarnos en el aspecto performativo de nuestras propuestas. ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué hace lo que estamos haciendo?, por supuesto no me gustaría caer en dogmatismos, ya que el significado también “performa”. ( Norberto LLopis )
imagenes sacadas desde los moviles de Jorge D y Bea F.