TXIKIPARK
Buscando la inocencia perdida retrocedemos un puñado
de años hasta situarnos en la niñez. Tenemos tetas y barba
pero nos comportamos como niños. Observamos el mundo
con una mirada limpia y candorosa. Y el mundo, a su vez,
nos responde con una mueca afable.
Dos cosas tienen los niños en común: la primera es que
nadie los toma en serio, la segunda es que no saben medir
sus fuerzas cuando pegan.
Mi bestia interior duerme en el seno de un trauma infantil.
Duerme y repasa vuestras caras. No permitáis que la invoque.
Este video se proyecta en la obra POBRES BESTIAS de La Intrusa Danza