Hace unos años quemé mi retina derecha con un cigarrillo. Recuerdo con cariño aquella sensación de poder, de superación personal. Un dolor terrible que soporté como un hombre.
Ahora el médico me ha diagnosticado un trastorno esquizoafectivo agudo y dudo si realmente fui yo el que perpetró aquel acto ritual. Tengo que cuidarme y llevar una vida sana ya que si pierdo la visión de mi otro ojo me quedaré ciego y no podré ver cómo cicatrizan mis otras quemaduras.
Todas las que tú me haces.
6, 7 y 8 de octubre a las 22h
Zona: Poble Sec
De igual manera que el paseo nocturno de una sirena completa por unos instantes nuestros sueños, así debemos ver el trabajo que Pablo Iglesias (Ciañu, 1974) lleva realizando en los últimos años. A modo de mensajes-en-la-botella este joven artista nos ha regalado una suerte de pistas sobre su persona, sus inquietudes, miedos y anhelos, dejando tras de sí un camino primitivo y fértil. Ni el más rápido ni el más seguro, sólo otro camino. Uno más.
Esto lo consigue porque hunde sus raíces en su historia, esa que se ha ido forjando en el día a día, en sus horas de introspección, con mirada perdida y sólo.
Y aunque yo rechace de manera rotunda eso que dice de: “ser artista es otra manera de perder”, reconozco que el juego es duro, a muerte y que allí se presenta Pablo sin escudo ni armadura, sin ganas de pelear pero con un objetivo claro… el empate es otra derrota.
un amigo
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