a qué estoy jugando?

Hace ya más de un mes del encuentro de Valencia, y aunque no es mucho, revisando la entrevista de Saioa, entre otros materiales que se generaron después ya del encuentro, cuando la resaca, las ganas y las navidades no dejaban mucho hueco para seguir con esto, me planteo la pregunta que David hacia al final y que, según decía Saoia, iba dirigida a mí, que curiosamente era el primero de la ronda: ¿a qué estas jugando? Así que agradeciendo la entrevista y la pregunta, me doy este pequeño homenaje.

Adelanto el punto de llegada, por si alguien prefiere saltarse la reflexión entera. Son ideas, posiciones y argumentos que creo que han sido muy tratados a lo largo del blog, es posible que hubiera que ir ahora hacia otro lugar y esto solo sea ya un punto de partida, los restos que me llegan de ese pasado.

a qué estoy jugando

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“Y creo que eso que funcionó fue posible por algo muy básico al mismo tiempo: la aceptación de esa regla a la que me refería antes (desde la cual cuestionar todas las otras reglas), la de que cuando un grupo de personas se reúnen en un espacio (no ya en nombre de dios, como se dice en los ritos religiosos) sino en nombre de ellos mismos, hay algo de gratuidad, algo como un tanto misterioso, que se está escapando a cualquier motivación externa o principio de rentabilidad. Aceptar ese principio de placer (o como lo queramos llamar) como base de un encuentro y ponerlo en práctica como herramienta crítica (¿lugar de resistencia?) para cuestionar otras cosas, creo que eso estuvo bien. A mí ahora mismo es una de las cosas que más me quedan, como se suele decir, que aprendí: un cierto grado de gratuidad, de desinterés, de no saber, de porque sí, de juego, de vacío y percepción intensa de ese vacío… como lugar de resistencia… un clásico! Creo que desde ahí se pueden construir y deconstruir algunas cosas de otra manera.”

Óscar Cornago

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