Tal y como se vaticinaba a finales de 2020, este año ha sido insólito en materia cinematográfica. Comenzábamos el 21 de forma convulsa, aún con las restricciones propias de la emergencia sanitaria, con los aforos todavía al 75%, la reestructuración de los horarios con motivo del toque de queda, que impulsó a muchas salas ha abrir puertas en sesión matinal para evitar pérdidas, una cartelera que ofrecía poca oferta y unos espectadores, sobre todo entre el público más adulto, todavía bastante reticentes que no veían demasiado claro lo de volver a las salas.
Todo este cóctel deja unos datos bastante pobres a finales de año, con una caída del mercado que, a 25 de noviembre, era del 60% respecto a la media del periodo 2015-2019, según recogía Comscore. Así, el tejido de las salas de cine, se ve obligado a sobrevivir con las sobras de 2019 (uno de los mejores años en facturación que se recuerdan) y la ayuda de poco más de 10 millones que anunciaba el Ministerio de Cultura y Deporte el pasado septiembre.
Y si hablamos de cine español, la cosa no remonta con respecto a 2020 e, incluso empeora, registrando a principios de este mes 34,7 millones de euros en taquilla y 5,8 millones de espectadores, unas cifras que se alejan del año pandémico, que logró cerrar diciembre con 43 millones de euros y 7,3 millones de espectadores.
En 2022 se sigue depositando la esperanza en las vacunas y en no volver a las restricciones del pasado ante la amenaza de posibles variantes del virus, así como la llegada a las carteleras de algunos estrenos esperados. En cuanto a ayudas… mejor ni hablamos.
En cualquier caso, 2021 nos ha dejado algunas joyas que hemos podido disfrutar en pantalla grande, la mayoría de ellas con retraso porque son de 2020, pero aquí van mis cinco favoritas de este año.
Mis cinco películas de 2020 2021
5. Pleasure – Ninja Thyberg (Suecia, 2020)
A pesar de haber sido seleccionada y nominada en algunos de los festivales más importantes del cine europeo, como Sundance o el British Independent Film Awards, parece que ha pasado un poco de puntillas por las salas españolas. Pleasure cuenta el momento en el que Jessica (Sofía Kappel), de 19 años, decide abandonar su pueblo natal en Suecia para viajar hasta Los Ángeles con el objetivo de convertirse en la próxima Porn Star.
Del mundo del porno mucho se ha dicho, mucho se ha hablado y mucho se ha hecho; pero, quizás, lo que le da singularidad a este filme es que en todo momento nos cuenta la historia de Jessica desde el “es algo que quiero hacer” y no desde el victimismo en el que es tan fácil caer en esta temática. No busca la empatía del espectador, de hecho su protagonista es bastante distante y cuesta entender por qué toma ciertas decisiones, y tampoco busca poner sobre la mesa un debate sobre lo que está bien y lo que está mal. Y mucho menos, que percibas el mundo del porno como una industria más.
Sin embargo, a partir de esa premisa todo surge de forma orgánica: desde el machismo imperante en el cine para adultos heteronormativo, pasando por las rivalidades del star system, la distinción entre actrices según su cuerpo, seguidores en redes sociales o lo que están dispuestas a hacer, hasta llegar a esa fina línea entre lo que se puede considerar ético y moral en según qué categorías pornográficas.
No es la mejor propuesta, de hecho, parece que pasa por alto ciertos aspectos y su final no es todo lo redondo que podría haber sido, pero el choque y el descoloque que ofrece su visión, la ensalzan. Por cierto, saca a relucir lo diverso que es el placer y la forma que tenemos de entenderlo. Resulta liberadora en ese sentido.
4. Otra ronda – Thomas Vinterberg (Dinamarca, 2020)
Un profesor de Instituto que ha perdido la pasión por dar clase y con una vida familiar anodina, encuentra en el alcohol su elixir para resurgir de las cenizas. A Martin (Mads Mikkelsen), le siguen en esta práctica Nikolaj (Magnus Millang), Tommy (Thomas Bo Larsen) y Peter (Lars Ranthe), que acaban convirtiendo su descubrimiento en un experimento sociológico, amparado bajo la hipótesis del psiquiatra Finn Skarderud, que sostenía que nacemos con un déficit de un 0.05% de alcohol en sangre.
¿El resultado de comenzar a suplir esta “carencia”? Una película que navega entre la comedia de ver a unos hombres pitopausicos perdidos en busca de esa pulsión que les daba la juventud que ya no tienen, y el drama en el que desemboca la segunda mitad del filme, cuando la situación comienza a írseles de las manos.
Es muy fácil empatizar con los cuatro protagonistas de Otra ronda, porque transitan en un momento vital en el que las preocupaciones comienzan a ser muy diferentes a las que se tienen en la adolescencia. ¿Dónde quedaron aquellos días de borrachera?, ¿en qué momento lo laboral pasó a convertirse en el 90% de nuestras preocupaciones?, ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo?, ¿Dónde quedaron nuestros sueños de juventud?, ¿hacia dónde van nuestras relaciones? Y si tienes hijos ya, qué más te voy a contar.
Vinterberg no deja de mostrar unos problemas que son comunes en la sociedad occidental y encuentra en el alcohol el parche perfecto para hablar de todos ellos. Primero, de forma amable, con esos cuatro amigos que están espléndidos y divertidísimos y luego con esa caída a los infiernos, donde todo se vuelve más oscuro y denso, mostrando la decadencia a la que llegan los personajes. Eso sí, todo en su justa medida, como el cóctel perfecto. Por cierto, todo un descubrimiento para mí Mads Mikkelsen y esa coreografía icónica del final. Se llevó el Oscar a Mejor Película Internacional.
Disponible en: Movistar+ y Filmin (alquiler).
3. Nomadland – Chloé Zhao (EEUU 2020)
Frances McDormand se mete en la piel de Fern, una mujer que decide emprender una nueva vida como nómada, viajando y viviendo en su camioneta, lo único que le queda después de haberlo perdido todo.
Nomadland es una película de silencios y de reposos, que cala más por lo que sus personajes no nos dicen, pero podemos intuir, que por lo que hablan. Es un filme que se hace a fuego lento, dotado de imágenes sumamente bellas, con un Joshua James Richard de nuevo espléndido como director de fotografía, mostrando un Estados Unidos rural y despoblado que abruma por su inmensidad.
La propuesta de Zhao pone de manifiesto la decadencia del imperio estadounidense y la resiliencia de una sociedad que lo tuvo todo y ahora vive en la precariedad absoluta. De hecho, la película parte del momento en el que el pueblo de la protagonista es borrado del mapa tras cerrar la fábrica para la que todos sus ciudadanos trabajaban. También significativo ese momento en el que la vemos trabajando en Amazon en las condiciones propias de un trabajo basura.
A pesar de toda la pesadumbre que impregna a la película, cobrando un protagonismo absoluto los tonos azules y apagados, el enfoque que adopta es positivo; no es un dramón constante, tampoco tiene un discurso falso sobre lo maravilloso que es vivir en los márgenes de todo, es simplemente la vida y la lucha de Fern con sus desafíos del día a día, la vida por la que ella decide apostar.
Ya cuando se estrenó, la crítica decía que sería una de las películas del año y sus dos Oscars a Mejor Interpretación para McDormand y a Mejor Película lo constatan. Sí, Nomadland es una joya.
Disponible en: Disney+ y Amazon Prime (alquiler).
2. Una joven prometedora – Emerald Fennell (Reino Unido 2020)
Trata un tema importantísimo. La perpetuación de la cultura de la violación en las instituciones, para unos con mejor acierto que para otros, en una película que se agarra a un guión ácido, irónico y lleno de humor negro. De hecho, se llevó el Oscar a Mejor guión original y un BAFTA a Mejor filme británico.
Cassie (Carey Mulligan) ve truncado su futuro en la medicina cuando, en la universidad, su mejor amiga es víctima de una violación perpretada por una de las tantas manadas que abundan por el mundo. Desde entonces, dedica su vida a vengar la memoria de su amiga perturbando a todo abusador que se va encontrando cada noche en su particular cacería.
La construcción de la película me recuerda al típico cómic de superhéroes, pero traído a tierra a través de un tema con el que la sociedad, o al menos la nuestra, se ha sensibilizado en los últimos años: el machismo y el heteropatriarcado examinado desde lo micro hasta lo macro y cómo la lucha por crear conciencia y erradicarlo se complica cuando hasta las altas esferas están contaminadas y lo siguen apoyando, ya sea activamente o con su silencio. Aquí no hay magia ni superpoderes, solo su protagonista actuando como justiciera, llevando sus acciones hasta las últimas consecuencias, incluso perdiendo su propia vida personal, sus ambiciones y aspiraciones, por el camino.
A pesar de la rotundidad en la temática tiene dosis de ficción y giros que podrían ser propios de la comedia (aunque no llega a ser frívolo) y eso le ha hecho llevarse algunos detractores. En cualquier caso, sale airosa de un camino espinoso por su inteligencia y por mantener su alegato intacto. A los ingleses les encanta arriesgar y es de agradecer. El enfoque del tema, desde luego, es distinto al que se suele adoptar. No la podía dejar fuera de mi lista.
Por cierto, la fuerza arrolladora e hipnótica que tiene Mulligan en esta película te hace permanecer en la butaca sin parpadear.
Disponible en: Movistar+.
1. Titane – Julia Ducournau (Francia 2021)
Me han hablado tanto de Julia Ducournau, me han hablado tanto de Crudo (2016), su anterior trabajo, que no pude evitar comprar mi entrada para Titane en cuanto la estrenaron, y aún, a día de hoy, no sé cómo definirla, pero fue toda una experiencia, un viajazo. No pude dejar de retorcerme en la butaca durante, prácticamente, toda la película.
Nunca he sido particularmente fan del gore, pero ¿alguien me explica cómo se puede convertir todo lo que ese mundo encierra en belleza? Docournau lo hace porque Titane es buen gusto y elegancia e, incluso, en las imágenes más horrendas eres capaz de reconocerlo.
Pero, más allá de eso, Titane abre algunos interrogantes muy interesantes, Por ejemplo, la fragilidad de la masculinidad, la diversidad de lo identitario o, incluso, la transexualidad. Todo ello, a través de su protagonista, Adrien (Agathe Rousselle), una bailarina con una extraña filia hacia los coches de tunning, que decide huir de su casa tras una serie de acontecimientos, y hasta aquí puedo leer.
Titane revuelve y conmueve a partes iguales. Y hay que hacer especial mención a la estética y fotografía de ruben Impens, con unas imágenes visualmente impactantes, esos momentos de coches y tunnning llenos de vertiginosidad, el vestuario futurista Anne-Sophie Gledhill y una banda sonora exquisita, especialmente cuando suena Light House de Future Islands de fondo.
Mi recomendación, si te lanzas a ver esta película, es que no intentes comprender todo y te dejes llevar. La palma de oro en Cannes fue suya.