Programa de mano: sesión nº2 de la Secció Irregular

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Esta segunda sesión de la Secció Irregular el miércoles 20 de noviembre gira alrededor del accionismo vienés, un movimiento artístico que se desarrolló en Viena en la década de los 60. Este movimiento se caracterizó por extender los límites de la pintura y por el uso del cuerpo. En este sentido se suele citar como precursor de la performance. Uno de los máximos exponentes de este movimiento es el Orgen Mysterien Theater (Teatro de Orgías y Misterios) de Hermann Nitsch, que se inspira en los ritos dionisíacos de la antigua Grecia. En sus obras Nitsch utiliza sangre y vísceras de animales, sacrificios, crucifixiones y otras figuras rituales con el objetivo de lograr un revulsivo social. Se trata del ideal de Artaud según el cual “una verdadera pieza de teatro perturba el reposo de los sentidos, libera el inconsciente reprimido, incita a una especie de rebelión virtual (…) e impone a la comunidad un actitud heroica y difícil”.

El accionismo no resulta algo ajeno a nuestra sociedad ya que tuvo una gran influencia entre creadores catalanes. Por ejemplo la estética de La Fura dels Baus -no en vano su espectáculo de 1984 se titulaba “Accions”- o las acciones del performer Jordi Benito a finales de los 70 y principios de los años 80 están relacionadas con esta corriente vienesa. Entre las obras de Benito afines al accionismo destaca sin duda la “Barcelona Toro Performance” que se llevó a cabo en la Fundació Miró y donde se sacrificó un toro. En “Las ceremonias del cuerpo en la cultura conceptual catalana” Manuel Segade, comisario de la exposición donde se celebrarán los 35 años de actividad de l’Espai 13 de la Fundació Miró, nos hablará de esta obra de Benito desde diferentes perspectivas.

A continuación, Magdalena Chowaniec y Amanda Piña interpretarán “Neuer Wiener Bioaktionismus” (“Nuevo bioaccionismo vienés”) donde se repiten los gestos más típicos de las performances de Nitsch. Sin embargo en el bioaccionismo las vísceras se ven sustituidas por verduras cultivadas de forma orgánica y en vez de sangre se emplea jugo de remolacha. Esta pieza resulta ambigua porque, por un lado, puede entenderse como una relectura irónica del accionismo pero, debido a que guarda un gran parecido formal con el original, retiene en gran medida su carácter de rito. A partir de aquí surgen dos cuestiones. La primera tiene que ver con nuestra relación con los animales así como con el estatus de la sangre y la carne en nuestra cultura. ¿Nuestro consumo de carne y nuestro trato a los animales constituye una aberración tal y como defienden muchos vegetarianos?

La segunda cuestión tiene que ver con la relevancia de los ritos en nuestra sociedad occidental. El rito es una ceremonia establecida que suele aglutinar a una comunidad a su alrededor y que a menudo tiene que ver también con el tránsito entre dos estados diferentes. Es decir, está relacionada con nuestra capacidad de transformación. También destaca a menudo su carácter reiterativo, la necesidad de repetir el rito para mantener sus efectos en una comunidad determinada. En este sentido parece extremadamente ligado al concepto de lo performativo de Austin (debido a su carácter generador de realidad) y su reelaboración por parte de Judith Butler (cuando pone el acento en el carácter repetitivo). ¿Podría la ausencia de ritos que correspondan a nuestra realidad moderna ser una de las causas que dificulten nuestra capacidad para pensarnos como colectivo?¿Urge recuperar un concepto secularizado de la trascendencia que nos permita incorporar aquello que está más allá de nosotros? ¿Puede ser la “performance” una fuente alternativa de ritos que colmen este vacío?

NOTA IMPORTANTE: Esta sesión se lleva a cabo en la Fundació Antoni Tàpies i no en el Mercat de les flors

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