10 últimos minutos de las «24 horas bailando» en La Poderosa
En esta Secció Irregular presentamos dos piezas que a primera vista pueden parecer contrapuestas. Por un lado, en «Black» Mette Edvarsen exhibe el potencial performativo del lenguaje, es decir, su capacidad para crear realidad a través de la mera enunciación de palabras y la repetición. Por otro lado, en «Danzas primitivas (The Show)» Javier Vaquero aborda la danza desde una vertiente tan instintiva y poco elaborada como le ha sido posible: la danza como mera reacción del cuerpo al ritmo de la música. De ahí su carácter «primitivo», que apelaría a una condición esencial de la naturaleza humana anterior incluso al lenguaje y el raciocinio.
Más allá de la pieza que se presenta esta noche, «Danzas primitivas» ha sido un largo proceso de trabajo donde han surgido diversas obras, textos y experimentos, entre los que cabría destacar las «24 horas bailando» que Vaquero realizó sin descanso entre las 13 horas del 10 de diciembre a las 13 horas del 11 de diciembre del 2011 en La Poderosa. Si a alguien le interesa consultar documentos de este experimento así como otros materiales del proceso de investigación, estos se encuentran disponibles en el blog http://www.tea-tron.com/danzasprimitivas.
En su larga búsqueda por estos orígenes esenciales de la danza, Javier se ha topado irremediablemente con ciertas contradicciones. Si bien es cierto que la danza es un fenómeno que se da en todas las culturas y que es inherente a la naturaleza humana, no por eso deja de diferir en cada una de las culturas donde se manifiesta. Exactamente como el lenguaje: este carácter primitivo es totalmente cultural.
El propio Vaquero admite indirectamente este carácter construido cuando habla de las marcas sobre su cuerpo: «Son un código de signos, es decir un lenguaje. Son algunos de los parámetros que establezco yo o de los que yo soy consciente cuando me muevo. Los puntos rojos son las articulaciones del cuerpo (no están todas). Las líneas discontinuas negras son los planos de acción del cuerpo (Sagital, Dorsal y Transversal). Y las flechas verdes son las direcciones de alineamiento postural que he aprendido durante mi educación.»
Si en el fondo el proyecto de Vaquero partía de cierta imposibilidad, es precisamente la tensión entre esta pulsión por lo instintivo sin poder desprenderse por eso de lo construido lo que constituye uno de los principales puntos de interés de la pieza.
En sentido contrario, a través de la repetición de palabras la pieza de Edvarsen crea no sólo una consistente realidad sino también un ritmo musical que nuestro cuerpo reproduce involuntariamente al final de la pieza. Tanto «Black» como «Danzas primitivas» nos sirven para observar desde diferentes prismas la compleja relación entre el cuerpo, el lenguaje, la musicalidad y la realidad que nos rodea.