El oficio de violinista exige tener muy clara la máxima de Itzhak Perlman: “Aquello que se aprende lentamente, se olvida lentamente”. Puede ser que por eso Sara Fontán ha esperado hasta ahora para actuar en solitario, después de 25 años de convivir con el violín y explorar sus posibilidades en todo tipo de estilos y formatos, de la música clásica al rock experimental, pasando por la electrónica y la danza. Puede parecer una paradoja, pero Fontán asegura que improvisa porque la improvisación la obliga a concretar. Su violín, amplificado, loopeado y pasado por decenas de efectos, tiene el talento de emocionar a través de la abstracción, sin referencias temáticas ni estilísticas, otorgando libertad al espectador para que lo interprete y lo siente de forma personal y única.
Después de aprenderlo todo a manos del violinista cubano Armando Toledo y al conservatorio de Birmingham (con premio al mejor expediente académico), Sara Fontán ha tomado un camino de aprendizaje personal en un ámbito muy alejado de la clásica. Ha participado en proyectos tan diversos como Árbol o Manos de Topo y actualmente es cofundadora del proyecto de videodanza PIÑA con Clara Tena, forma parte del grupo Big OK (con Paul Fuster y Edi Pou), disfruta de la docencia impartiendo clases en la Escuela Municipal de Música del Prat y es una pieza clave del colectivo de improvisación conducida del Caballo Ganador.
Lugar: Hiroshima
Fecha y hora: 11 de diciembre a las 19:00 h
Entradas: aquí