El día ha llegado. Puedes pasar
Ante las modas, la voluntad del grito. Ante las teorías muertas, las prácticas salvajes. Tenemos mil razones para juntarnos esta noche. Razones individuales y colectivas, públicas y privadas. Hace dos años, por ejemplo, cerró El Canto de la Cabra, una de las salas más importantes de Madrid. Nadie salió a la calle, en los periódicos no se publicó prácticamente ni una nota de prensa. Así fuimos aprendiendo cómo son las cosas, y empezamos a pensar la acción. La acción es esta. Vamos a ocupar durante unas horas este edificio inmenso y maravilloso. ¿Qué pasaría si decidiéramos no irnos, si actuásemos gratis durante meses? ¿Qué pasaría si uno por uno fuésemos tomando todos los espacios que creemos que nos pertenecen? ¿Qué pasaría si en esta noche empezase un proyecto de compromiso verdadero? No tenemos luz, ni dinero, ni apoyos institucionales. Hemos venido porque hemos querido. Eso es lo que nos diferencia. No hay nada que juzgar esta noche. Pensamos un proyecto en el tiempo, que puede empezar hoy, en el que cada uno encuentre la forma de dejar aquí lo que le importa, lo que cada uno es. Hemos venido a trabajar este edificio como si fuera un campo, hemos venido a sembrar. Venimos de los pueblos y no lo olvidamos. Quisiéramos, por un día, no tener nombre, quisiéramos no tener historia detrás para que todos entiendan que no hay otro motivo en esta reunión que verse las caras. El día ha llegado. Puedes pasar. No sabes quién te ha invitado ni por qué, pero estás aquí. Es necesario acercarse a lo imprevisible y a lo irreversible. Este es el encuentro que queremos. Un encuentro irreversible, que no te vayas, que no me dejes ir, que no te vayas. Que no descanses más. Que no nos separaremos nunca. Sólo importa tu resistencia, tu presencia, tu gesto, tu cuerpo, tu baile.
Sabemos que siempre se puede cerrar mejor, que se puede acompañar, seguir indicando la dirección, que nunca basta, que siempre se puede continuar, recoger más. Queríamos deciros algo pero todavía es pronto para saber qué ha pasado. ¿Salió bien? ¿Salió mal? ¿Cómo saberlo?
Gracias a los que estuvieron. A los que creyeron hasta el final que a veces las cosas pasan así, sin control, por intuición, a golpes.