Artista total

   Facho de Castrelo: betún sobre cartón.

El hecho de querer ser la artista total puede que sea la causa de no haber podido ganarme la vida nunca por ninguna de las artes que desempeño. Acabo de hacer un cuadro con un cuadrado plastificado entre poliespan y foam que no chupa la pintura. El típico en el que puedes meter el dedo y transformarlo según tu estado de ánimo. Soy muy impaciente y he desarrollado mi obra en unos diez minutos aunque el resultado me haya quedado bastante profesional y por supuesto muy superior a los cuadros abstractos que venden en los chinos por 18 euros. He hecho unas rayitas donde se van mezclando los colores porque no limpio nunca el pincel cuando cambio de tono. Luego he usado un tinte no convencional basado en betún de zapatos azul marino al que no le estaba dando salida porque hace muchos años que no me limpio los zapatos. Es la técnica del chorro: sueltas el chorro y luego la gravedad y el movimiento del soporte hacen el resto. En todas las artes que desempeño la optimización del tiempo es fundamental. Digamos que busco un resultado inmediato en el que los materiales que empleo se revelen usando diferentes técnicas de pintado rápido. Me vanaglorio de tener mi piso decorado con materiales de desecho que encuentro al lado de los contenedores y que luego transformo en arte contemporáneo. Por ahora nunca he llegado a rebuscar en la basura aunque sí he abierto alguna bolsa apilada fuera del contenedor que parecía contener oro. Una vez encontré una tapa de cristal sin asa del tamaño exacto de una cacerola que tenía sin tapa, y que, después de un tiempo de uso más que amortizado, ya no se encuentra entre nosotras. También suelo reutilizar las cajas de Amazon y esos materiales acolchados con tantas posibilidades que vienen dentro.

Los caminos de arte son inescrutables y yo me paseo por ellos intermitentemente con la esperanza de que algún día alguien me busque en la Wikipedia y aparezca mi nombre al lado de actriz, creadora, compositora, cantante, artista plástica, decoradora de interiores, videorealizadora, escritora e inversora inmobiliaria. No quiero dinero, solo fama.

Un texto para mi hermana que baila

Hace un tiempo vengo siguiendo la carrera de mi hermana que baila. Tengo miedo que, a pesar de ser menor que yo y haber empezado más tarde en esto de show bussiness, me supere en su desarrollo artístico. La tía le da a la pata que da gusto y hace unos videos donde se la ve pepino de la danza. Yo, que me alimento de la rivalidad típica de las hermanas Cruz, tengo miedo a que un día me inviten a maestros de la costura y me pongan a coser flores de puntilla en un traje de novia. Mientras mi hermana triunfa en series de Netflix hablando en italiano. ¡Que la que vivió un año en Italia fui yo! ¡por favor!

Mi hermana tiene la garra Balboa. Yo una vez también la tuve, era una tía graciosa con una ironía muy refinada. Y esto no lo digo yo, me lo dicen amigas que me conocen de aquella época. Entonces qué invento es este que hice en la presentación de lo que sigue. Igual es que me pudo el deseo de ser considerada una artista conceptual que sigue una investigación exhaustiva con principios profundos que serán revelados en una suerte de genialidad. Manu dice que tengo mi público y que ellos saben lo que quieren de mi aunque yo insista en hacer otras cosas. Tengo que aceptar que yo soy buena bailando en las discotecas y que mi brother es la que baila y yo tengo que escribirle textos. Hermana, me dice, ayúdame con esto que quiero que sea irónico y a ti eso se te da bien. Una forma sutil de llamarme mosca cojonera. Y es que desde nuestra tierna infancia que jugábamos a pressing catch para canalizar nuestras afrentas cotidianas. Y siempre ganaba ella. Incluso cuando me hacían bulling en el cole, mi hermana, que es 5 años menor, cogía piedras y amenazaba a los niños malditos con el puño en alto para defenderme. Una fuerza de la naturaleza es mi bro, que necesita un texto porque quiere guiar a su público hacía las normativas del movimiento y de la forma, que nunca podrán contener tantas ganas de vivir.

Delfines

Delfines jugáis en el mar pero las olas son amargas

 ¿a veces brota mi alegría?

la vida es siempre despiadada.

Apollinaire.

He estado guardando unos pañuelos de papel con delfines dibujados durante más de 15 años y hoy por fin les he dado uso. La verdad es que me levanté muy triste, derrotada, mal, lo que se dice chungo que te cagas. Después de la presentación de lo que sigue me ha dado el bajón normal de estos procesos tan emocionales y artísticos que me pongo a hacer porque me da la gana. Pero ésto es otra cosa, es una pena honda, un cante jondo. Así empezaba mi presentación con una escena a la que yo denominaba cante jondo.

La verdad, fue mejor cualquier día con Manu que el día de la mostra, me mareé, cambié cosas y no disfruté lo que me hubiera gustado. Pero es un trabajo en proceso, y no hay que exigirse tanto, que de ahí vienen las migrañas en los laterales de la cabeza. Como dice Manu, has conseguido reunir a las personas, y eso es lo importante.

El hecho de tener que encender la calefacción el uno de mayo, a petición de mi huésped llamado ART, también me puso mal. Empecé a cuestionar al mundo y al clima, y a gritar mirando al cielo ¿por qué?

Me disgusta reconocer que lo que me puso triste fue que no seleccionaran Masa madre + sal marina en el Galicia Escena Pro- (¿vida?), nombre en clave del mercado escénico gallego. Cada vez que pido una ayuda a AGADIC o me apunto a alguna convocatoria y no me conceden ren clamo al cielo y digo ¿por qué señor? Soy católica para lo que conviene, dirás tú, y es verdad. Tengo que hacer acto de contricción, y desde aquí, desde mi libertad soy fuerte porque soy volcán y pido perdón.  Sí, pido perdón por alterarme aquel día en la cidade da cultura de Galicia con una trabajadora de AGADIC, porque no quería hacerme unas fotocopias de un artículo que salía en la RGT de mi segundo espectáculo Sigue Buscando, que iba sobre el fracaso. Pido perdón porque ahí estaba la persona que corta el bacalao y creo que ese día le caí mal y por eso no he triunfado aquí na miña Terra Galega. ¿Ese fue el error que cometí señor? No he conseguido nada por pedir unas fotocopias y decir que AGADIC pone atrancos para que yo me pueda hacer un clipping de mi trabajo como es debido. Pido perdón a AGADIC y al señor, por expresar mi deseo, alterada a lo Vivian Leigh, de tener fotocopiado un artículo sobre mi trabajo, para que cuando sea mayor pueda decirle a lxs jóvenxs de mañana en día: mirad, que una vez me hicieron un artículo en una revista de teatro.

La misteriosa desaparición del pulsador del wáter

La vida sigue aunque una esté de residencia muchas horas. Ayer llegué a casa después de un fructífero día de ensayo y había desaparecido el botón de descarga del wáter. Manuel me había dicho que había desaparecido, pero en mí yacía la esperanza de que se hubiese caído y estuviese oculto en el suelo.

Llegó una pareja de huéspedes navarros y les pregunté amablemente -dando por hecho que habían sido ellos y deseosa de conocer los pormenores del altercado- si habían sido ellos. El chico dijo no, la chica tampoco, y ella aseguró que cuando llegaron fue al baño y estaba el pulsador. La otra huésped alemana tenía curso de alguna movida a la hora de comer, así que era imposible que fuera la responsable del accidente-hurto-suceso paranormal.

Me sorprendió un poco la soltura con la que el chico dijo que en su casa tenían uno igual. Por mi mente pasó la idea de que se lo hubiese agenciado porque el de su casa estaba roto. Y lo entendería, porque estas griferías son de antes de la guerra y es muy difícil encontrar repuestos en internet. De todas formas pensé que igual la alemana había venido y había sido ella y, como buena alemana, se había llevado el botón de wáter para que le dieran uno igual en la ferretería. Al día siguiente, hoy, llegó la alemana a las doce de la mañana de reenganche, había sido el último día de curso y se le fue de las manos la celebración. Después de decirle onte foi boa en inglés le pregunté amablemente si sabía algo de la misteriosa desaparición del pulsador de descarga del wáter. Me dijo que no, que ningún problema con eso, que ayer se había ido a la mañana y que ni flowers. Y yo la creí. Acto seguido salían los navarros de la habitación muy sonrientes diciendo que les había encantado la casa y que se lo habían pasado muy bien. Yo me alegré mucho y les comenté que estaba poniéndome en contacto con Iker Jímenez porque la alemana no sabía tampoco qué había pasado con el botón de descarga del wáter y que esto era un misterio. El dijo: qué putada, pues nosotros ni idea, además se gasta mucha agua así… Lo dijo con ese tono de persona resignada que en su casa tiene el botón de descarga del wáter roto y que sabe muy bien de lo que habla.

Es extraño el poder de la palabra, pero si se hubiesen molestado en conocerme un poco se habrían dado cuenta de que yo soy la kgb, como me dice manu, y me he papado cuanta serie hay en este internet de thrillers y… todas.

¡Que sé que fuisteis vosotros, y vosotros sabéis que yo lo sé! Ellos se fueron y yo me quedé en shock, inmóvil. De repente supe que debía seguirlos. Empecé a correr por las escaleras, llegué a la calle y no había más que un tío con su perro. Se habían esfumado con el botón de descarga de mi wáter. Cogí el móvil y los llamé, tres veces, y no me cogieron. En ese momento todo el puzle se completó. Normalmente los huéspedes me cogen el teléfono cuando los llamo nada más salir porque saben que es muy probable que se hubiesen olvidado un calcetín entre las sábanas, y yo, que soy buena gente, los llamo para que vuelvan a buscarlo.

La mentira qué mala es. Voy a ponerles una evaluación en la que empiece diciendo: gente que miente. Voy a solicitarles dinero para cambiar todo el sistema de descarga del wáter que oscila en unos 30 euros y cuando los de la web me pregunten si recomendaría a este huésped diré no. Nada de esto tendría que pasar si me contaran la verdad, porque soy una persona que suele causar bastantes desperfectos y sé ponerme en el lugar de la gente.

No sin mi mesa

Estoy escribiendo desde las gradas de la sala Agustín Magán con el ordenador tambaleándose sobre mis rodillas. Me han quitado la mesa de operaciones y solo me queda una silla con mesita tipo clases particulares. La lucha por la mesa ha sido muy reveladora. Los primeros días usaba una que estaba en la sala y una silla rota que estaba en la sala técnica uno. Ahí empecé a componer los hits de lo que sigue, alternando la mesa con incursiones rítmicas en el espacio.

Llegué al cuarto día de residencia y la mesa no estaba. Me dijo la gente que administra este centro que la necesitaban para exponer los libros malos de los que se deshace la gente en una especie de feria del trueque. COLLE UN E DEIXA OUTRO. Ahí yo solucioné rápidamente cogiendo una que estaba en los camerinos plegable y pum padentro, conseguí establecer mi isla otra vez. En esto que había creado algo interesante que debía ser grabado y no tenía donde apoyar el móvil, así que, fiera de mí, cogí de los camerinos una mesa camilla redonda cubierta de papel de periódico en tiras, tipo mesa caribeña o cosa muy fea que usa la gente de teatro, para apoyar el móvil y grabarme. Ese fue el error, porque la dejé en el ESPACIO y no la devolví a su sitio. Al día siguiente gente que administra este sitio vino a decirme, tan pronto entraba por la puerta quitándome las legañas, que tenía unas normas que cumplir y que no podía usar la mesa redonda feísima que era de otra gente. Le expliqué que no la usaría nunca, más que como apoyo para grabar con el móvil, y que sentía mucho haberme olvidado de meterla en su sitio. Acto seguido, seguí con mi trabajo y, ayer exactamente, que iba a hacer el primer pase de lo que sigue in progress para Manu y Maca, llegué al espacio y había desaparecido la última mesa que estaba en camerinos y que ahora está escondida en algún sitio, porque, según gente que administra este sitio, las personas que están en residencia deberían traer el material que necesitan de casa, que el centro solo deja cosas a usuarios del centro. Y yo me pregunto por qué no soy considerada una usuaria del centro si me paso 8 horas aquí creando, comiendo y bailando. Y fumando en la puerta que da al campo. ¿Qué otra usuaria más legítima tiene este centro en este momento?

Para una artista como yo, éstos son los retos de la pieza y, como buena géminis, me adapto y decido que mi isla será esta silla pupitre y que el ordenador sale de escena porque se resbala en la mesita plegable desnivelada. Con lo cual tendré que aprenderme los textos de memoria, cosa que se me da bien, y no hay por qué hacer que leo si ya me los sé. Así, el espacio escénico preliminar de lo que sigue parece ser: una silla pupitre con mesita integrada de clases particulares, un micrófono con cable bien largo, mi iphone reacondicionado para soltar mi música y, por su puesto, yo.

Disertación para un inicio

Podría empezar corriendo por las escaleras de las gradas del teatro. Correr para calentar y homenajear la famosa escena de Rocky Balboa corriendo en medio de la nieve con ese chándal gris tan ochentero. Yo soy Cristina Balboa y correr no me gusta, ni siquiera para hacerle un homenaje a mi padre. Luego estaría cansada y tengo que hablar, que yo hablo mucho, y la gente viene a ver eso. Si quisieran verme bailar irían a una pieza de danza y si quisieran verme correr irían a las olimpiadas. Podría empezar sentada en mi mesa de operaciones haciendo una regresión o un viaje astral hacia el desierto. Hoy me levanté con el concepto de oasis escénico rondándome por la quijotera. Un desarrollo lógico si partimos del desierto, una variación que he hecho sobre el naufragio escénico para tener donde agarrarme. Quizás lo que haya que replantear es la visión negativa del soliloquio teatral. No es malo estar sola, hay que aprender a hacer las cosas sola. Hay que quererse para pasarlo bien sola.

Hoy viene Manu por la tarde para que pasen cosas. Yo me limito a componer música y a cantar por encima de temas de Nacho Vegas. Improviso desde la apetencia absoluta y un remoloneo vago. El pensamiento negativo más contundente es: solo te quedan 8 días para enseñar lo que has estado haciendo. Haz algo!!!!

Podría empezar diciendo que los principios son difíciles, aunque no más que los finales, y que por el medio las cosas tampoco son fáciles. Pero aquí estoy, escuchando Oda al amor efímero de Tulsa.

 

Crónicas sintéticas y proxecto pank

El hecho de someterme a un naufragio escénico, en la soledad de los campos de la Agustín Magán, hace que cada vez que viene Manu a verme y se sienta entre mi público imaginario, esperando algo, algo sucede. Puede decirse que el jueves asistí a mi propio acontecimiento como intérprete. Intenté repetir una improvisación sobre cosas que había estado meditando estos días y que partía de la escena de Wilson en El naúfrago de Tom Hanks, cuando se lo lleva la marea y Tom dice muchas veces Im so sorry. Empecé con este rollo del teatro en el que intento hacer lo mismo y, como ya la hice, paso por encima y a lo que sigue. Manu me paró y me dijo: ¿ves lo que pasa? y yo, ¿estoy muy descriptiva? también, pero ¿qué pasa? Que me estoy acelerando. Sí, te aceleras, quieres pasar a lo que sigue sin hacer el recorrido. Entonces me concentré y empecé a restregarme el micrófono por el cuerpo solo para darme el tiempo de empezar a producir. Volví al desierto, esta vez estaba lleno de nieve y yo llevaba un abrigo de mamut muy frondoso. Seguí por ahí y de repente empecé a hablar de mí en tercera persona, cosa que hacemos mucho las actrices, y pum padentro padentro y pafff acontecimiento, emoción. Estamos hablando, quizás, de la primera emoción real en escena  como intérprete en mucho tiempo, emoción de la que no te esperas, basada en la conciencia de una misma, y la presencia de Manu como espectador. La catarsis que buscamos y que, por muchos trucos que hagamos, no sale. Ya sé que ésto no se volverá a repetir, si lo intentara sería otra cosa. Digamos que es un paso decisivo para construir algo que tenga un poco de PUNCH donde viva la estela del acontecimiento.

Una pena no haberlo grabado. Hoy ya me traje la cámara para estar preparada.

Después de algo así una se queda contenta y va a actuar con mucha ilusión. Fueron dos días estupendos en A Regadeira de Adela. Hicimos cuatro pases de Proxecto pank, en versión microteatro, y disfruté mucho. Actuamos en una salita de 2 x 3 metros con la gente AQUÍ, tan aquí que alguno incluso asentía como si estuviéramos en una reunión de colegas a los que les cuentas algo y monopolizas la conversación, porque tienes una gran historia, y los colegas sólo pueden decir claro claro y mover la cabeza entre pausa y pausa, porque no les permites más. Siento que funcionó, la verdad, que nos los fuimos ganando poco a poco, y que lo más díficil era decirles que se fueran a ver la siguiente pieza. Se quedaban quietos en sus sillas sin ningún ademán de: vamos a lo que sigue. Porque estábamos muy a gusto. Mientras los echábamos de nuestra alcoba, para que siguieran, una chica me dijo: ¡Vaya subidón! Y con eso me quedo. Con eso y con los bailes que nos marcamos el sábado por la noche.

A medio camino entre el 2 y el 3

La mañana por la mañana es lo que sigue a todos los días.

Aquí estoy otra vez y hoy voy a componer un tema improvisando un rato. Eso es lo que voy a hacer. Abro el garage band. Es un trabajo que quiero continuar de masa madre y sal marina. Mi carrera en el mundo de la canción no ha hecho más que comenzar y puede que esto sea lo que sigue.

En primer lugar quiero aclarar que no estoy nada convencida del título de esta pieza. Es como una obviedad dentro de lo impredecible de la vida. Cuando me puse a pensar en hacer este solo me preguntaba todo el tiempo ¿qué es lo que sigue después de Masa madre+ sal marina? ¿Qué me indican las piedras del camino? ¿qué sería lo más orgánico hacer? ¿qué me pide el cuerpo? ¿tengo que hacerle caso al cuerpo? Estoy convencida de que todas mis piezas fueron lo que tuvieron que ser porque lo que hay es lo que está. He desechado ideas buenas solo porque no me apetecía trabajarlas. He intentado no sufrir en los procesos creativos, pero no lo he conseguido nunca, y es que el subidón y el bajón es lo que más deteriora el cuerpo de una artista, aunque la fluctuación de proyectos nos mantenga en el filo de la ilusión de vivir. Y aunque parezca una loba esteparia muchas veces mis amigos subliminalmente crean los proyectos porque pienso mucho en qué pensará tal o cual persona importante para mí. Muchas veces digo, si ven esto que estoy haciendo seguramente me perdonaran por mis ausencias. Por eso soy tan pesada con que vengan a verme. En este momento me planteo mostrar en las cosas que vaya haciendo una mejor versión de mí misma. Por eso echo tanta mierda en los procesos, tengo mucho moco dentro.

Hoy viene Manu a ver lo que he estado haciendo aquí sola con cuatro amigos que me he inventado con caras sonrientes. La verdad se conforman con poco, hay que ver lo que se ríen cuando como de mis tappers de casa como si nadie me estuviera viendo.

Soy muy impaciente, ya quiero montar una escenita para que Manu cuando la vea me diga: pues sí que te cundieron estos dos días…

¿Cómo empiezo? Hay dos cosas que he estado postergando desde hace tiempo. Una es hacer un videobook y otra seguir con mis pesquisas acerca de mis raíces.

Como la segunda me cuesta bastante he decidido hacer un videobook para lo que sigue. Ya basta de postergar mi carrera en el cine. Como he dicho estoy ahora en una inmersión musical, que es la estela de mi último proyecto con Manuel Parra, Masa madre + sal marina. Aún así, hay gente que dice que doy bien en cámara y que tengo que mandar un videobook a la gallega, que ya está bien de que todos los actores gallegos estén triunfando con Fariña y yo no,  y que aun por encima yo sea la única de Cambados, aunque mi acento sea más de Sanxenxo.

Hola espacio para ensayar

Me ha recibido calurosamente Maca de los Pinos esta mañana a las once. He perdido el bus y he tenido que venirme en taxi. Esto es una residencia artística con fondos. No hagamos mal uso de ellos Cristina.

Me recrimino un poco por ese derroche del taxi pero luego me perdono porque estoy debilitada por esos días del mes y venir andando en tenis me hubiese acercado a la pulmonía. La artista debe cuidarse, que vive de su cuerpo. “El espacio está listo para comenzar”, citando a mi Manu en su pieza Eso que Vi. Coloco una mesa al lado de unos enchufes. Decido que, por ahora, todo lo que haga va a ser práctico. La mesa ¿dónde? Donde los enchufes para cargar el ordenador. Y el altavoz buetooth. Que no me he traído al técnico y no quiero andar de arriba pabajo poniendo sonido y movidas, porque tampoco me he traído el cable este doble para conectarlo directamente abajo, cosa que no podría hacer tampoco porque no me funciona el minijack del ordenador y solo puedo sacar el sonido por bluetooth o por imic, que lo tenía pero lo perdí. Hago unos timelapse para subir al blog. Realmente no me lo he currado nada porque la aplicación lo hace todo, da igual la chorrada que hagas que en timelapse va a quedar bien fijo. Disfruto mucho jugando con mi iphone reacoindicionado ahora que no tiene la pantalla toda rota. No me gusta mencionar la palabra Iphone porque da la impresión que soy una pija del arte y no es así. La verdad es que estuve un año mirando en webs hasta que encontré la mayor ganga en iphones 6 reacondicionados y me lo pille porque costaba 100 pavos mas que un huawei. Pero cuando consigo cosas que deseo mucho se me rompen enseguida. De hecho se me rompió la pantalla el día antes de que me llegara el protector de pantalla que pedí por Amazon. Eso ya me desilusionó, pero me negaba a pagar el cambio de pantalla hasta que dejara de funcionar, cosa que ha pasado hace dos semanas. Digamos que ahora nuevecito es mi segunda oportunidad para llevarnos bien y sacar todo nuestro potencial, la una del otro. Hasta le compré una nueva carcasa que cubre todo al completo para que no haya por donde romperla. Aunque encontraré la manera, ya veréis.

La verdad es que estoy sola. Y tengo que darme ánimos todo el tiempo. Voy a tener que empezar a crear la ficción de que no estoy sola. Me voy a inventar unos amigos imaginarios. Voy a poner caritas dibujadas en las butacas. A una fijo que la llamo Wilson. Y paff! eso es! soy una naufraga escénica. Voy a trabajar dos días sola luchando contra los elementos y levantándome temprano para aprovechar las horas de lluvia. A partir del miércoles me acompañará Manuel, mi apoyo en Lo que Sigue. Tomo dos cafés, fumo dos cigarros, escucho música electrónica melódica, me cojo un acuarius. Licencias del primer día, mañana ya me traigo el termo de kukicha y el Mat de yoga.

Síndrome premenstrual

«Me considero un ladrón de sonrisas». Javier 37 años . First dates.

Hoy no me apetece escribir. Ayer me llegó el contrato de la residencia y tuve que hacer lo que menos me gusta: gestiones de contratos, altas, bajas, facturas, preguntar a mi gestora qué me compensa más, si estar de alta un mes como autónoma o que me haga todo la cooperativa, y que si es la cooperativa el contrato debe ir a nombre de ella… hay que cambiar eso y hay que estar de alta ya el lunes, que no me va a dar tiempo, y de la cooperativa me van a mandar a la mierda por pedirle siempre la cosas con prisas… Un trabajal de papeles, cálculos y plazos.

Una pena que no me haya ido a desarrollar mi trabajo a Bélgica o a Cataluña que hay gente, dicen, que se encargan de hacer todos estos trámites para que la artista sólo se dedique a su trabajo, crear. Lo de crear es fácil, lo difícil es dejar organizada la casa para los huéspedes, que todos los papeles estén en orden para que no nos quiten la ayuda. Una vez me quedé sin cobrar dos bolos en A Rede de Teatros de Auditorios de Galicia porque mis gestores no vieron mis mails del día anterior, que había puente y no trabajaban esa tarde, y no me dieron de alta los días de las funciones. Desde Agadic no me dieron opciones, me dijeron que sin esas altas no iba a cobrar el trabajo, y no lo cobré. Me quedó un trauma incrustado que me llevó a un temporada juguetona con las drogas. Me pongo de muy mal humor con la burocracia porque por as o por bs las cosas llegan tarde,  o las hago mal, como las facturas con el irpf que se suma o se resta, entonces las pido tarde y la gente se enfada porque siempre con prisas y los: me lo tenías que haber dicho antes.

Últimamente he estado ayudando a un colega británico casado con una china que estuvieron de huéspedes en mi casa y, como no hablan español me han pedido que les ayude en las gestiones de la residencia, porque les ha gustado Compostela y quieren transferirse aquí un tiempo. Algo que solo se entiende si naciste en Inglaterra, que llueve más que aquí. Pues para que te den la residencia tienes que tener una cuenta española, pero para tener una cuenta española tienes que tener el Nie, que te lo dan cuando presentas los papeles para la residencia, y para presentarlos y que te adjudiquen un Nie tienes que presentar la cuenta del banco española, que para abrirla tiene que ser con Nie y sin Nie no te la abren en el Sabadell, que es la que quería mi amigo, que tenía cero comisiones. Hemos ahogado nuestro futuro en papeles que necesitan papeles, que sin los papeles de antes tampoco te los dan. Y todo esto lloviendo y de buena voluntad. Que luego para alquilarse un piso tienen que presentar nómina y el no tiene nómina ni su mujer tampoco porque viven de negocios inmobiliarios y que hay que tener 18000 euros en el banco si quieren que les den la residencia, que él no tiene problema que es comunitario pero es que su mujer es china … Y que también necesita un seguro médico privado y para hacerlo por teléfono en inglés tampoco, porque los de AEGON hablan inglés de A Coruña que no sirve para las especificaciones que hay que cubrir en un seguro médico, que no hay oficina en Compostela y hay que ir a hacerlo a Coruña porque así le dan a la china el formulario en chino que es una traducción del español y así sabrán como tiene la mujer el cuerpo.

Me agarro a lo fácil para disertar. Es como hablar del tiempo lo de hacer papeles, un hábito anodino e inútil para manifestar nuestra inconformidad con el planeta y los humanos que lo organizan. ¿Habría otra forma mejor de hacer la cosas?  Está todo tan enmarañado y tan compartimentado que es un lío, es como querer meter varios jerseys de lana en un cajón estrecho, solo caben si los comprimes pero luego se expanden y se enganchan en la parte trasera del cajón, y ya no abre, y se deshilachan los jerseys.