La gente se manifiesta contra las gasolineras. Hay helicópteros con pancartas. Yo voy a mi rollo pero me cruzo con dos manifestantes y me doy cuenta de que tienen la cara completamente carbonizada.
En mi casa pasan cosas rarísimas. Para empezar, mientras duermo alguien utiliza la nevera desde la puerta de la calle. Es un loft y desde la cama puedo verlo. Me acerco y compruebo que no es mi imaginación. Cuando él se da cuenta de que lo he pillado, desaparece sin decir nada.
Más. Hay un chico que es pianista, como yo. El pianista loco. No sé qué le pasa. Habla en un idioma raro y, de vez en cuando, le da un pronto y se pone a gritar o a llorar.
También hay un par de chicas persiguiéndome. Todos están por mi casa, dando vueltas, como si celebrase una fiesta. Pero, ¿acaso los he invitado? Diría que no pero no puedo hacer nada por evitarlo.