Siete personas con el mismo pulso, una respiración única. Un nuevo encuentro después de muchos encuentros.
Buscando los lugares no comunes de la idea de amor, un análisis científico y analítico de los procesos de enamorarse y continuar junto a alguien una vez que la química ha dejado de cumplir su función. Una especie de poética científica que genera imágenes y transmite emociones a través de cuerpos en movimiento y sus relaciones.
El trabajo de Erre que erre está basado en la intuición y en la elaboración y desarrollo de los componentes que configuran su trabajo (imágenes, movimiento, quietud, silencio, tiempo, cuerpo…) para despertar sensaciones y emociones en el espectador, proporcionando la ilusión de que asistimos a una sesión improvisada que parece que lleve escrita desde hace mucho tiempo. Utilización de una escritura coreográfica automática que parte de las cualidades y calidades de los intérpretes que configuran cada uno de sus espectáculos.
Utilización de música en directo, la participación y la energía de una banda de post rock (David Crespo, Roger Crespo y Miguel Aguilar) y su interacción con la danza.
Los distintos ritmos marcan un viaje único, ofrecen diferentes visiones, alteran la percepción, sincronización por azar, arritmia pretendida, choque o encuentro de dos universos, el de la música y el movimiento conviviendo en un lugar particular.