Nuevo acto de intensa sinceridad. Qué bien, hace tiempo que no lograba conectarme tanto conmigo mismo en la escritura. Ahí va:

18 años
Paralizada

ADRIANASFRFGF:

Ahora todos a la cama.
Qué extraño es que la gente apague la luz y suba al
dormitorio.
Mi colchón – no – asciende.
Esto es un interruptor.
Esto es el suelo.
Esto es el suelo.
Guillem está abriendo puertas
en mi zona.
Le corté yo un helecho
fui en bici junto al estanque
comenzó a nevar.
Ahora todos están durmiendo.
Mi nicho – no – asciende.
Mejor ser descubierta.
Esto es mi mano.
No, es una foto de mi mano agarrando un puñado de algas.
Guillem fosforescente se hunde
encima de mí cada vez
más cerca.
Me ofrecerá una violeta.
Esto es el fin.
Esto es el fin.
Acepto.

-Por favor abran las cortinas.

Comment posted by Freyo
at 7/2/2007 10:35:00 AM
Hoy, mientras hacía cola para que me sacaran sangre en el hospital, releí 4.48 Psicosis y Ansia.
Mi gusto por Sarah Kane se ha acrecentado, me sentí tan cercano a ella… que me asusté.
No sé si es que me asomé tras las cortinas o me atreví a abrirlas, pero tuve una rara sensación de pertenecia.
Debo dejar nombre o de mí sí te acuerdas? Jojojoy
Por cierto, ya le metí mano a mi Blog.

Comment posted by Emiliano Pastor Steinmeyer
at 6/29/2007 12:22:00 PM
Disculpa, pero no dejaste tu nombre y no logro entender quién eres… ¿Cuál es tu nombre?

Emi.

Comment posted by morgana
at 6/29/2007 12:08:00 PM
sigue, quiero más. ¿esperabas colaboración? me haces un huekito?

Cuantas vueltas más puede dar la vida antes de que nos bajemos?



Espero que aún te acuerdes de mi, aunque no lo merezca. yo pienso en ti cada dia un ratito para intentar comprender quien soy. Al final sólo somos guijarros de nuestra propia existencia, mal que nos pese…
Confieso que hace dias que te buscaba

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12 años
Vida a mi alrededor

LOUIS: Avanzo por el andén, cogiendo fuertemente lo que poseo: una bolsa de viaje. Quiero vida a mi alrededor, y libros y pequeños adornos. Veo las flores que crecen y se abren en verde y se abren en blanco contra los muros. La vida es agradable, la vida es tolerable. Ahora voy a llenarme la mente de imágenes. Comienzo a trazar un número, y el mundo queda enlazado con él.

LIM: Desciendo por la rampa, mostrando desvergonzadamente lo que poseo: una tarjeta. Abandonamos el barco de dos en dos, hola, el cielo. Veo vida a mi alrededor, y gasolina y grandes puentes. Llevo un vestido sin mangas y son las siete y media. Esto es lo que soñé, esto es lo que presentí. Ahora me entregaré. Ahora me soltaré. Todo está bien. Me saco el hielo de las botas.

LAURA: Avanzo por el pasillo, escuchando lo que ella dice: mi historia. Está aquí. En pie a mi lado. Esto es lo que soñé, esto es lo que presentí. Cojo una flor azul y la prendo, poniéndome de puntillas, en la solapa de su chaqueta. ¡Ahí! Es mi momento de éxtasis, mi instante para decir “soy inocente”. Abridme el mundo, abridme. Soy una sola persona: ella.

-Piernas, muchachos, muchachos desnudos

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La imagen muestra un fragmento del documento antes de ser manipulado hoy. Lo llevé encima dos o tres días y lo fui leyendo en los colectivos o antes de dormirme, para apropiarme de algo tan complejo, sentirlo cercano. Me hice millones de preguntas antes de decidir cuál sería el siguiente paso: podía seguir añadiendo más y más material, pero me perdería en lo caótico. Podía convertir ese texto en una obra de teatro, pero ¿qué es «una obra de teatro»? Podía facilitarle las cosas al lector, pero es muy temprano para tener cualquier tipo de negociación con él.

Decidí usar los números para volver a dividir el texto en diez partes del 10 al 19, y titular cada parte. Poner títulos es un señor vicio, y me di cuenta que muchas veces un «buen título» tranquiliza al autor porque genera una tensión entre el material y el título, y así se despreocupa de las tensiones que debería haber dentro del material aislado. Pero por ahora me ayudan, aspiro a poder sacarlos sin dolor. Fui trabajando en cada una de las diez partes (¿escenas?), sobretodo en dos: los once años («hundir la cuchara») y los quince («adoración»).

Para ello rastree todos los documentos que tengo vinculados con mi adolescencia: mails míos y de Sognatore, poemas míos y de Adriana Bertrán, mis obras de teatro de esa época, etc. y fui robando fragmento muy breves de aquí y de allá para componer los textos. También usé todos los libros de poesía que tengo desparramados en la mesa. Toda mi adolescencia volvía a mí con este trabajo.

En uno de los textos me impliqué muchísimo, mi sensación es que alcancé altos niveles de sinceridad y vibración. Lanzado al mundo tal vez no sea nada, pero lanzado hacia mí llega, a través del tiempo, un concentrado de lo más nocturno de mi adolescencia. Lo adjunto aquí:

15 años
Adoración

§ Passeig de Gràcia es infinitamente más grande y más sutil que el mundo. La muerte se estrelló contra l’Eixample. Hilos de fe caen de las farolas, y nada es como empezó. Esto es la calle Mallorca, aquí mis rezos. Hola, amo la rabia. Soy capaz de visitar una ciudad extraña y sublime. El sexo se expande en su cuadrícula: apaguemos las luces. No hay guía. No hay pauta. Poco a poco somos consumidos en la oscuridad de los árboles, en las rocas bajas, en la sombra del planeta, donde ni una gota de tristeza es pecado. Todos dormidos, todos respirando. Y entonces: hola, he acudido. Hola, esto soy yo, he escrito mi nombre en la madera. Pero comprendí que todo era cierto. Guillem es hielo de sangre –salvadlo vosotros, no yo. Él se tiende y con un brazo apaga los graznidos de las gaviotas, y las alas. Un muelle pequeño le basta, no mucho más largo que un nicho. No tengo nada. La homosexualidad me devora junto a la reja de su casa y estoy en éxtasis. Una vida entre las manos o la frente. O los trastornos. Sí, sí, es verdad, es la única verdad. Noche, bondad, oh lucha, noche, noche. Entre dolor o solo la saliva, allí entre la mentira sí esperada, fui feliz, fui feliz.

-Se acercan los caballos.

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Con el documento abierto, cierro los ojos y doy golpes en el teclado. Las letras que se mezclan con lo que ya escribí deben ser convertidas en palabras. Corto y pego un par de veces al azar. Pero lo más bonito es esto: agarro el libro de «Las Olas» de V. Woolf y voy introduciendo trocitos del libro -a veces media frase- en cualquier lugar, durante varios minutos. Esto tiene algo de mágico. Bajo la apariencia del azar, lo que hago en realidad es escoger sin racionalizar, y noto que al hacerlo estoy usando mi experiencia. Algunas de las frases se introducen en los espacios que tapé con negro en el Word de manera que por ahora no las podré leer. Aún no he leído el resultado, pero estoy contento de haber sido capaz de hacer esto.

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Si uno trabaja en varios frentes, es más fácil no obsesionarse con ninguno. Trabajé encima de lo hecho en los últimos días, intentando pintar encima sin importarme las capas inferiores, pero el respeto me hacía ser muy cuidadoso y evitar el brochazo enérgico. Así que recupero otra línea y, mientras dejo secar lo anterior, avanzo otros materiales. Aquí está el resultado de hoy:

CARTA DE LIM AL HIJO DE HANNA

Naciste, pero aquí, no en su libro. Lim sale hacia el exterior. Fin del lugar donde se aman los peces. Tu abuela Nora, contra las tripas del mundo, dice que todo lo que nos pasó en la casa será tu música. El consuelo está en que tienes la piel normal de nuestra familia, sólo vigila el resecamiento de tus labios. O está en que hace tiempo que no hay guerra, sólo algún conflicto en su libro, a través de la bolsa protectora. Mira a tu madre: ella se queda con la boca abierta. Yo prefiero los retos. Quiero que la primera escena transcurra en Neverland y que todo sea fósil. Altura de la biga: 3,5 metros. Entre las dos aberturas de la derecha, una ventana cerrada que da al mar. Encárgate de todo. A medida que crezcas, irás recibiendo indicaciones.

Gina está muerta, pero galopa.

Lim.



(¡El hijo de Hanna soy yo!)

Comment posted by Anonymous
at 7/3/2007 11:18:00 AM
Sacarse la espina de la adolescencia para no cojear, y dibujar con ella el mapa de uno mismo. Adelante!

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Tapo con negro las «frases alegres.»

(El título del archivo ahora es «Mi adolescencia a la sombra del Atlántico Norte.»)

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Hoy resalté en negrita algunas palabras de un par de textos que había añadido a mi documento de la obra (actualmente llamado «la adolescencia», y que desde hace un tiempo incluye al principio de todo esta imagen). El primer texto es un fragmento de Virginia Woolf, que transformé sustituyendo todos los adjetivos y sustantivos por elementos del campo semántico de las profundidades. El segundo es un texto de narrativa de Beckett, sin modificaciones, que al leerlo me remitió muy fuertemente a este proceso. Casualmente había destacado el mismo número de palabras en ambos textos, así que las fui emparejando. Sin habérmelo propuesto, resultó que todas las palabras hacían referencia al mundo oscuro que imagino. Revisé materiales de mi propia adolescencia (diarios personales, cartas, videos…) y seleccioné un conjunto de frases que tenían en común una alegría enamorada. Añadí a cada pareja de palabras una de estas frases, y gracias a un accidente del Word con los tamaños de las letras surgió una composición en la que una cápsula monstruosa y enorme (las parejas de palabras oscuras) encerraba gotas de una esencia opuesta (las frases alegres). De esta manera confirmo que me interesa una deformación a posteriori de la belleza adolescente. El título de esta creación de hoy es:
PEQUEÑO TRATADO DE ORACIÓN CONTEMPLATIVA
PARA BUSCADORES SOLITARIOS DE DIOS
-según la Inspiración del Espíritu y la experiencia personal
de un Ermitaño Anónimo-
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Envidio la facilidad de los artistas plásticos de jugar con sus materiales lúdica o azarosamente; en cambio la escritura se me aparece como algo muy armado, rígidas estructuras de frases y claras diferencias entre lo que está bien y lo que está mal. Supongo que si fuera pintor podría verlo al revés, porque conocería de cerca las “reglas” (¿¿¿reglas en arte???) de lo visual. Mi gran fe en el arte es atea con ganas, es decir, que rehuye cualquier precepto estético como dogma. Cualquier. Esto tiene consecuencias muy grandes en la forma de pensar.

Para mí todas las subjetividades son válidas en arte. Todas. Porque así creo yo que es la naturaleza del arte, libre y subjetivo. De hecho, me parece que no me interesaría lo artístico si no fuera así. ¿Quién dice que es “más arte” un lied de Schubert que una improvisación silbada del señor Ramírez del octavo, y a los qué lo dicen, por qué les damos más crédito, y por qué nos inquieta o nos resulta polémica esta visión mucho más amplia del arte? Necesitamos estar seguros de nuestros conceptos, estar en condiciones de decir “no, no: esto es una tomadura de pelo, no arte” cuando sea necesario, como si eso nos lastimara y tuviéramos que protegernos. Pues no, para mí la emancipación del receptor radica en la tolerancia del “existir” de toda obra, todas tienen derecho a la vida, porque el arte es el resultado de un hacer al que no podemos exigir nada. Ni aún si el artista se propusiera tomar el pelo, podríamos decir que su obra es así, porque el objeto se constituirá en relación con un sujeto y en esta segunda construcción pueden surgir otras cosas, y serán válidas. La tomadura de pelo de un proceso creativo podrá ser económica, social, política… pero, ¿artística?

Todas las reglas tienen derecho a existir porque ninguna pesa más que otra y ninguna es verdadera –en este pensamiento, los criterios de aceptación y exitosidad de la obra no son tenidos en cuenta como artísticos. De modo que cuando borro una frase que he escrito y no me gusta, ¿qué estoy haciendo? ¿Estoy siendo consecuente con mis reglas o estoy sucumbiendo al “tienes que gustar”? ¿Bajo qué criterio de calidad estoy operando? Quiero saberlo sencillamente para acercarme cada vez más a mí mismo como creador, y adquirir progresivamente un mayor rigor en el ejercicio de la libertad.

Mi talentosa amiga Paula Pogranizky me envió algunas reglas suyas para “equivocarse”, cosa que se relaciona con el juego y la soltura. Las adjunto porque encuentro valor (en los dos sentidos de la palabra) en ellas:

1 dibujar con la mano izquierda
2 hacer un manchón de tinta en una hoja (con material muy muy líquido) y soplar mediante un sorbete para que la tinta se desparrame de forma azarosa.
3 dibujar a oscuras
4 hacer el contorno de figuras en el colectivo (bus) cuando más se mueve, después las podés colorear en el lugar más cómodo y a gusto de tu casa.
5 pintar con los dedos o materiales no convencionales, por ejemplo un tenedor.
6 pintar con materiales al agua (por ejemplo tempera) e inmediatamente terminado el trabajo meterlo bajo la ducha.
7 pedirle a la mascota amiga que camine con las patas impregnadas depintura sobre una hoja en blanco. A partir de esas manchas agregarle ojos, boca y orejas – salvo que sean monstruos y además tengan antenas y muchas patas o bocas
8 poner un gran papel en la pared y música fuerte. Bailar con las manos y brazos (teniendo siempre un pincel cargado de pintura en la mano)…. Bailar dejando que los trazos y manchas sean consecuencias de la danza que a su vez es consecuencia de la música…
9 pintar con un pomo de pintura, nada de pinceles ni de dedos ni nada ajeno al pomo de pintura… que puede se más de uno… y usar colores.
10 intentar hacer A- algo feo B- algo desequilibrado, en cuanto a forma ycolor C- recortar las partes de los trabajos anteriores y crear uno que te guste!!!

Me resulta muy inquietante pensar cómo traducir este decálogo a la escritura, animo a los lectores a que dejen reglas para equivocarse en la escritura en los comentarios de esta entrada.

Hablando de esto con mi amigo el grande y famoso dramaturgo boliviano Eduardo Calla, me dijo que se piensa que algo “bien hecho” equivale a algo artísticamente bueno, y que ese lazo causal es un tremendo error. Se trata de llegar al punto en que la técnica no sea más una finalidad, que no intentemos demostrar ninguna pericia formal (eso sería circense, “¡miren todos qué habilidad!”), sino que la técnica se convierte solamente en un medio transparente.

AVISO: ESTE POST ADJUNTA COMENTARIOS DE INTERÉS

Comment posted by Anonymous
at 7/16/2007 11:19:00 AM
Silvia, la que conocés, dice. No se trata de decálogos ni de dogmas: eso es puro «forma»-pura, técnica-pura, si sola, Nada.
Moda, a veces. Recurso técnico que distrae y hasta engaña. estética de los estilos.
Para cada obra una forma….
Se trata de tener algo que decir. Algo que por particular y privado, sea universal.
Universal = Verdad suprema
El trabajo del artista (ARTISTA) no admite engaños y es el resultado de un ejercicio de humildad infinita (de eso saben mucho los músicos)
El «todo vale» vale si vale. El «todo vale» no vale si es sólo bruma que intenta disfrazar la Nada.
Y no hay que temerle al «no entiendedo nada» ¿No es ese el motor sagrado que nos anima a todo lo que hacemos?

Comment posted by Freyo
at 7/2/2007 10:32:00 AM
Mmmmm…
Un decálogo para equivocarse o cómo era…?
Resumo los diez puntos en uno solo:
1.- Escribir un Blog.
JUAR!!!
Deja lo pienso bien y te lo pongo.
Por acá anduve y esto es prueba de ello.

Comment posted by Javier
at 5/17/2007 5:24:00 AM
Hola! hablas de un espectador pasivo, la mítica historia… pero bueno, cuestión de tiempos y de pasiones. Estoy completamente de acuerdo contigo en exigir al que quiera entrar en la obra, porque las cosas también, aparte de entenderlas, se pueden entrar por otras puertas que no son las de la razón… de todas maneras la falta de costumbre siempre tiene sus pros y sus contras (no somos nada, en este mundo hemos venido a lo que hemos venido y frases así…)… De todas maneras quería decirte que ahora estoy empezando a escribir un poema por versos que escribo en pequeños post-it (estos papeles con un mal pegamento a un lado) y lleno mi mesilla de noche, los cuadros, los posters… y… no sé, esperaré a que se deshojen unos cuantos y los reuniré, luego los que hayan quedado y según hayan quedado puestos. Se puede formular buenos poemas si los versos son potentes (luego, claro, también puedo unirlos por «lógica»). Como también estoy escribiendo un poema al revés. Es decir, comienzo con los dos últimos versos y de ahí voy despejando lo que se había dicho antes y luego antes y antes y antes… siempre con la idea de que hay una pontencia en el verso dicho y que en el anterior ya estaba… es como pintar con la mano izquierda, la sensación de extrañamiento no se la quita nadie… un abrazo.

Comment posted by Emiliano Pastor Steinmeyer
at 5/12/2007 10:30:00 PM
Gracias por tu comentario y tu decálogo, Javi, eres maravilloso. Tienes toda la razón al sacar el problema de la identificación, y es cierto que cada uno suele tener su sistema. Simplemente no estoy tomando partido. Supongo que ahora debo ser ese «pagano polígamo», todo en Argentina me ha llevado hacia ahí. No tengo otra justificación de mi postura actual que la sinceridad conmigo mismo y con lo que veo. Tal vez simplemente se trate de mi descubrimiento de que hay miles de esquemas de conceptos, y la toleracia sea una forma de darles la bienvenida. En cualquier caso me sirve muchísimo para la apertura artística, y eso es algo que ahora me interesa y que destruye muchas cosas mal aprendidas en España. Mi propia teoría me impide decir que la mía es más valiosa que otras, ¡pero esa emancipación sería tan hermosa en muchos espectadores! Y aquí mi supuesta tolerancia se vuelve intolerante, porque me cuesta aceptar los parámetros estéticos de gran parte del público. El famoso «no entiendo nada», más que un desprecio a la obra, es un desprecio al propio entendimiento, es un «yo no puedo»… Y a esos espectadores yo les diría, ¡si lo deseas hay un acceso para ti, tienes derecho a él, está en ti mismo!

Comment posted by Javier
at 5/11/2007 5:49:00 PM
Dices: «para mí la emancipación del receptor radica en la tolerancia del “existir” de toda obra, todas tienen derecho a la vida, porque el arte es el resultado de un hacer al que no podemos exigir nada»
Como mínimo le podemos exigir que se identifique como arte, que se identifique como esa materia que no tiene etiqueta y de la que poco sabemos si nos han hablado mucho de ella. No hay opción a hacerse una idea desde el vacío. Sabemos que «La dulce Molinera» de Schubert es una obra genial porque:
A) Nos lo dijo nuestro profesor o novio melómano.
B) No la ponen en Eurovisión o los canales típicos de explotación y consigue callar (a costa de una posterior verborrea insostenible) a esos señores con gafas de pasta y que fuman en pipa.
C) Porque al escucharla sientes que la nana te arrulla y te dio ganas de meterte en un río.
(Hay más posibilidades, pero con estas puedes tachar una).
El arte necesita identificarse y para eso existen tantos métodos. Cada uno elige y desdeña los de los demás. Es una cuestión de valores. ¿Que eres una pagano polígamo de las ideas y conceptos? Muy bien, pero eso ya es una tradición del «todo vale» (Que no me termino de creer que sea del todo así, Emi) que ya está metida en otro saco de tradición de «cómo reconocer una obra vanguardista sin manual de instrucciones». Claro, pero también… tanto también… es necesaria la tradición y el acto de reformarla (de ordenar una biblioteca que diría algún ciego) es una posibilidad de búsqueda nueva. No sé hacer decálogos, me salen siempre de menos y de más y, además, soy un impráctico, desde chiquito y cuando me daban a elegir entre una flor y un plato de garbanzos, lo siento… pero me gustaría dejar algún decálogo para el escritor:
1) Coger un poema favorito (propio o propio escrito por otra persona) y buscarle sinónimos a las mejores palabras, giros y rudimentos varios. Luego se pueden reordenar los versos, también cambiar la sintaxis.
2) Viejo concurso vanguardista: Recortar las palabras de un diario, las frases, los actos, e incluso fotografías y anuncios y prepararse una carta de amor/secuestro/rezo a la luna, con todo ello.
3) Diálogo automática, a ser posible en los post, los blog y los comentarios a imágenes… es decir, coger una foto y decir lo que uno ve hasta que empiece a ver cosas qu eno están en la foto o lo que uno se sorprenda…
4) Coger varios poemas al azar (o no), del mismo o varios autores e intercalarlos, mezclarlos, apostillarlos, ponerles algún tono, una fotografía, un sonido…
5) Mítico hipocomístico chorizo florido del cadaver exquisito: Cuentos escritos por uno mismo. Empezar un cuento en una página de un cuaderno, olvidarlo y numerar la página. Continuar con lo que uno creía que había empezado del cuento días después, volver a numerar la página. Seguir con el cuento cuando uno se vuelva a olvidar, sin atenerse a estilos, rasgos, personajes (o no).
6) leer en la duchar y reescribir lo que uno ha leído y recuerda justo después de secarse.
7)Con alguno de los textos anteriores jugar al teléfono estropeado (Chinese Whispers) o el telégrafo (que es el mismo juego, de boca en boca se dicen a varias personas, muy bajito y muy rápido una frase larga) El último escribe lo dicho y lo encadena.
8) Coger un personaje de una historia que sea secundaria y refute o acepte o le importe un pito lo que se contaba en esa historia principal (esto se ha hecho mucho, pero todavía se puede seguir haciendo. Se puede combinar con cualquiera de las posibilidades anteriores).
9) Comentar cualquiera de las pinturas que se sugieren en el decálogo anterior (supongo que no hace falta decir que el comentario no tiene porqué tener relación con lo que se ve o se sintió, o sí)
10) Qué bonito es escribir a medias, qué otro tanto cuando uno intenta copiar a un maestro. Copiar y copiar y copiar hasta que (desconfía si crees que no hay diferencia) se pueda tomar lo que se cree que no hay manera de q

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Todo es como una pesada instalación que se balancea: restos esparcidos en la oscuridad, ¡pero no en el silencio!

¿Son objetos? ¿Son los restos de la casa, o sea, maderas, bigas…?
¿Son recuerdos? ¿Se trata del pasado evocado, o sea, imágenes, sentimientos, historias…?
No. Es la adolescencia como tal, en estado desactivado y monstruoso.

Hago una lista de palabras que asocio con la adolescencia y que han vivido con ella. Luego, expongo su estado monstruoso actual en las profundidades. De esta manera el objeto original aparece distorsionado.

Camisetas. Forman un montículo habitado.
Farolas. Puntos y claridades a lo lejos.
Avenidas. Las canciones escritas en la madera y las fotografías.
Motos. Los motores.
Azoteas. Colgando de las grandes paredes.
Cepillo de dientes. Las bocas abiertas sin besos.
Jardín chiquito. Se extiende por todo el Atlántico.
Camión del padre. Se balancea, dentro de él están los envoltorios de los sándwiches.
Estancada. La habitación intacta bajo la arena.
Decisión. Estructura el orden del conjunto.
Demasiado. El mar entero es llanto.

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Dios Odin (izquierda) – Caballo «Gina» (abajo)
Viejo pescador

Hanna (primera) – Aldeanos (segunda)

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