Los procesos van tieniendo sus etapas y sus ritmos al margen de las decisiones que uno tome, y si además uno lleva varios proyectos paralelos, a veces unos se iluminan y otros se oscurecen. Después de bastante tiempo de priorizar otros procesos, pero sin dejar de pensar en este, vuelvo a trabajar en mi adolescencia con el mismo entusiasmo.
El próximo viernes me reúno al fin con Alejandro Tantanian para mostrarle el proyecto y recibir orientación, así que preparo un resumen de este blog y una selección de textos.
Queridos amigos del blog, mis excusas por esta pausa, y ahora sí volvemos a vernos por aquí con más continuidad.

Comment posted by Emiliano Pastor Steinmeyer
at 9/8/2007 3:49:00 PM
Uy, perdón…

Comment posted by P.
at 9/8/2007 12:41:00 PM
no excusas, no pausas!!

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Intento «hacer», trabajar encima de lo que ya he escrito. Siento demasiado respeto por esos textos, así que al final tapo todo con negro, desordeno y voy borrando al azar hasta reducir el documento a dos páginas. Copio letras de canciones que estoy escuchando. Trozos de libros que tengo a mi lado.

Esta vez, no logro nada interesante.

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Llevo mis textos impresos encima para leerlos en los tiempos muertos. Tacho todos los lugares de «sinceridad fácil», o sea, allí donde caí en la trampa de mencionar «Barcelona», «Burger King», «Roy» sólo para creer que así hablaba de mi mundo. Subrayo los logros de «sinceridad difícil», como el texto de los trece (mi pequeño mundo porno) y el de los quince años (adoración). Destaco los pasajes que me hablan de cómo seguir, o de las características de este proceso. Así, creo que este proceso es «el eco de mi sufrimiento», y también «mi momento de éxtasis, mi instante para decir: soy inocente.» Esto me indica mucho mejor cómo seguir que cualquier decisión que pudiera tomar acerca de la forma de la obra o de la temática. No quiero saber más, no toca preveer lo que haré, lo que toca es hacer.

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Releo el material escrito hasta ahora, diez textos (10-19 años). Me hago preguntas. ¿Debo preocuparme por la «teatralidad» de mis textos? Es decir, por su representabilidad. Respuesta: no, porque todo texto es representable. Un libro de mecánica es representable en manos de un director de teatro. ¿Entonces por qué no escribo cualquier cosa? Respuesta: porque busco sinceridad. Sinceridad quiere decir que yo tenga la sensación, ilusoria o no, de que lo escrito es una proyección de mi alma. ¿Confundo sinceridad con hacer cosas raras? Respuesta: la mayoría de las veces no. ¿Confundo sinceridad con ser autobiográfico? Sí, y no me importa. Pero, ¿confundo ser autobiográfico con ser sincero? Creo que a veces sí, y no lo deseo. Es decir, un texto no va a ser más sincero porque salgan los nombres de mis amigos o de los lugares que me importan. Había escrito varios textos sobre Cadaqués, y me parece que ni siquiera los puse en el blog porque intuía esto: mencionar mi Cadaqués y ser sincero no es lo mismo.

Debo pensar mi trabajo como texto teatral y no como obra de teatro. El papel es una cosa, la escena otra. Para mí, como dramaturgo, los actores o el escenario no existen. ¿Los personajes y el espacio? Eso sí, si me apetece. Si no me apetece no habrá espacio ni personajes ni discurso. No existen reglas para hacer un texto teatral, solo costumbres. Que en el papel explicite que hay personajes que dicen cosas, es solo una costumbre. ¿Qué relación tengo yo con esas costumbres? Pienso que pueden hacerme daño y perjudicar mi sinceridad, pero por otra parte quizá me dan un miedo excesivo, un rechazo no justificado. Ahora mismo, por ejemplo, no se me ocurriría jamás escribir algo tan aparentemente teatral como una situación o un conflicto. Quizá simplemente necesito alejarme de eso porque no lo entiendo en la carne, o porque sí tienen razón las voces que dicen que confundo sinceridad y rareza. Vamos a dejar ese miedo sin analizar en profundidad por ahora, forma parte de mi yo-escritor-no-percibido. Creo que si mis intuiciones me han colocado en el lugar donde estoy, debo estar ahí, entero.

Comment posted by Anonymous
at 10/14/2007 11:53:00 AM
Me a parecida asombrosa esta web,la he descubierto indagando acerca de Mercedes Benz segun los pajaros,texto del cual he leido muy poco pero me ha parecido asombroso,esto si es teatro,no la basura que muchas veces vemos por ahi,lo digo yo,que llevo años en el medio,me presento un momento,soy actriz,cubana,de la escuela de teatro,amante de las tablas y de las personas que las hacen gloriosa como ustedes y no los putos famosillos que hay por ahi haciendo choradas,¡gracias por entregarnos a nosotros los actores tan fabulosos textos!
Saludos
Natali

Comment posted by Adriana
at 7/25/2007 4:07:00 AM
Hola, Emi!

Estos días fui al Festival de Avignon, y vi varios espectáculos orientales (como me voy a Korea, me estoy empapando y conociendo compañías, a ver si allí puedo contactar con ellos, ya veré).
Y cada vez me doy más cuenta de que hay espectáculos hechos con la mente-ego (no-sinceridad) y espectáculos hechos con el alma (sinceridad).
Y de que los primeros los odio, que son prácticamente todos los espectáculos catalanes, hechos para lucirse, para demostrar inteligencia, dominio técnico, colaborar en un discurso intelecutaloide modernísimo vacío o televisivo-vacío que a mí me aburre muchísimo.
Y los espectáculos hechos con la mente-ego de los creadores (actores también, claro, todos pomposos escondiendo sus almas detrás de su impostación) hablan a la mente-ego del espectador, no al alma.

Y luego… luego están los espectáculos hechos con el alma, que hablan al alma del espectador. Pina Bausch es el ejemplo, para mí. Y este fin de semana, en Avignon, vi un espectáculo Koreano y uno Taiwanés que eran 100% alma, la de los directores y actores. Los actores no se reservaban una parte de su atención para (ad)mirarse desde fuera, no ponían ese “pestillo de seguridad”, sinó que se entregaban completamente al presente de esa ficción, con una concentración asombrosa, fácil, transparente, la mente-ego no estaba, eran sólo aquél maravilloso personaje viviendo intensamente su presente.

Y esto lo ligo también a la dicotomía entre lo que yo llamo “lógica realista” y “lógica simbólica”. La primera es la opción por defecto de las puestas en escena en Barcelona, es la forma de no reinventar el mundo cada vez. Yo creo que la mente-ego opera en la lógica realista, igual que la TV, la publicidad, los medios…
Pero nuestra alma, nuestra parte de verdad, de unidad con todo, de fe infinita, opera con una lógica mucho más verdadera, la “lógica simbólica”. Y estos dos espectáculos orientales eran de lógica simbólica, usaban el teatro para explicar la vida de verdad saltándose la vida-realista, y la reacción del público era asombrosa! Sobretodo de los jóvenes. A la salida todos nos mirábamos a los ojos! A los ojos, Emi! qué maravilla. Y la gente gritaba Bravo, Bravo, se ponían de pie, y la actriz taiwanesa lloraba en el escenario de puro agradecimiento, sin egos, humilde. Intentó parar los aplausos para darnos las gracias, y la gente la volvió a interrumpir gritando Merci! Merci! y eso era teatro.
Por fin…

Me alegra profundamente saber e ir confirmando con lo que leo aquí en tu blog que tú no vas a hablar a los egos de los espectadores, sinó a las almas, desde tu alma, maravillosa igual que todas y con las ganas de jugar de alguien que no tiene nada que perder -las almas nunca tienen nada que perder.

Tenía muchas ganas de decirte todo esto, y que en Avignon me sorprendí a mí misma sacando una libreta en medio de las representaciones y apuntando ideas que me venían para aplicarlas a mi versión de Mercedes-benz según los pájaros, que será, cada vez lo veo más claro, una versión.

Un abrazo enorme,

Adriana.

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Una hoja de la obra después de olvidármela en el taller de pintura

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Hoy (noche mágica) me parece que la adolescencia no existe, que la arena que vuelve y vuelve es la misma en todas las edades. Así que no sé si seguiré hundiendo hilos en ese cuenco, si es que es posible escribir algo que no sea siempre y para siempre adolescente. Si la adolescencia es la niñez y la senilidad, entonces existe siempre o nunca, así que la eliminaré como exigencia temática porque de todos modos no imagino cómo no escribir sobre eso. Lo autobiográfico y lo astronómico se tocan, todo está en todo y con esta obra complejamente aspiro a ir quitándome la ropa. No sé si finalmente la obra resultante será mi desnudez o la ropa tirada, pero en todo caso este proceso es y será una fracción de el streaptease infinito.

Comment posted by Adriana
at 7/23/2007 8:57:00 AM
Emi, Emi! Qué maravilla leer tu blog!
Muchísimas gracias por tu striptease infinito, por la ropa tirada en el suelo y por el cuerpo desnudo, y por ser amigos, que te quiero mucho, más cuanto más te desnudas, igual que más amo el mundo cuanto más puedo verlo desnudo.

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16 años
Ataque

Pablo, cariño, duele… Duele…
Es como si de repente quisiera… asir… el aire… y decir “sí, es verdad”… como cuando Dios creó el mundo, que al terminar cada día de creación dijo “sí, es verdad”…
De pronto nada se interpone entre la luna y yo, por eso viene el ataque.
Tápame la boca… ¡fuerte!

mmnnnñ
No, Roy, espera…
Suéltame un momentito, Roy, ahora vengo…
Voy un momento al cuarto de baño, Roy…
Sí, estoy bien… sigue tú…
Sigue tú…
El tiempo retrocede, un autobús, me voy, adiós…
Bajo mi piel un sueño no se marcha. Adiós, ya me fui, no hay puentes.
No, no, no hay puentes.
Voy soltando pequeños objetos en los pasillos… para salvarte…
No em cansaré de dir-t’ho: el teu amic GUILLJKC6bhkf…
Y otra vez caigo por las escaleras desde el ático…
Siempre es lo mismo, soy el beso huyendo de las bocas de Guillem y de Adriana… soy la violeta… soy sus respiraciones que se mueven y se buscan, oh centro, oh centro… los escalones me golpean… y rodando quiero ser cascada o verdad o antártida o esta lucha… el mundo no existe, el mundo no existe, sólo este beso que cayendo desde el ático musita “soy yo, soy yo”… no puedo soportar tanta belleza, es… demasiado… placentero… “soy yo, soy yo, me llamo Emi…”


Comment posted by Javier
at 7/12/2007 3:05:00 AM
Ánimo y escríbenos para volar sin utilizar las esquinas de los escalones.

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Mi novio me enseñó que se puede usar el youtube para escuchar música mientras uno escribe, así que lo pongo en práctica con músicas de mi adolescencia. Mientras leo haikus japoneses y otros textos, me propongo escribir acerca de la represión sexual. Para mi sorpresa y alegría, acabo escribiendo desde un lugar muy lejano a la oscuridad… he aquí el resultado:

13 años
Mi pequeño mundo porno

(Yo solo en el mundo).

Hoy debe ser el día de mi nacimiento.

Masturbándome en estas rocas pareceré la marea esperada.

Bueno, es que aquí junto a mis manos mi voz es verdadera.

Suelto una hoja y se suma al viento donde yo sé que existo.

Estoy en la corriente fría que hace remolinos en mi espalda.

No soy el camino, el camino no existe.

Soy este muchacho, soy este adolescente desnudo en las olas.

Yo solo en el mundo acerco mi semen a la luna.

Hojas que no caen en vano me quieren tocar la cara.

Siento que mi corazón es un estanque nuevo, y yo un nenúfar.

La luna me responde y su luz anida en mi ano.

Soy este muchacho, soy este adolescente penetrado por el viento.

Como un tallo silencioso yo me elevaré de mí mismo.

Pequeño pene, llévame a donde se dirigen las nubes.

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Tomo una escena que escribí llorando en el escritorio de mi madre frente a un espejo, de la primera obra de teatro larga no representada que recuerdo haber escrito («Improvisación no. 1»). Copio y pego frases. Me propongo elaborar con ellas una inscripción en una chapa de hierro, sin cambiar una palabra del texto original, solamente puedo cortar y pegar, ordenar a mi gusto. Hay un choque de estilos entre ese texto que escribí y mis creencias actuales, ¿se trata de adaptar ese texto a mi nuevo estilo sin cambiar una palabra? Es un juego divertido, sí, pero entonces ¿escribo para ilustrar mi estilo? Esto sería como tallar figuritas religiosas de madera para ver el filo del cuchillo y no para alabar a dios… Para consolarme, pienso que el estilo es una consecuencia de algo más profundo, que si bien es eso lo que estoy haciendo, va ligado a otra cosa: algo así como que no se puede alabar a dios sin saber que el cuchillo corta. Es una zona confusa, de objetivos que se mezclan, ni yo mismo me estoy entendiendo. En cualquier caso, el «resultado» es este:

Inscripción en una chapa de hierro sumergida perteneciente a las puertas falsas del paraíso (17 años):

I.
nadie nunca sabrá que hablé aquí
mi madre mi padre nadie más
o quizá sí
quizá alguien me oiga porque el eco de mi sufrimiento quedará aquí mucho tiempo
pero qué más da si nadie está ahora junto a mí
llevo rato llorando
llámame o ven aquí con un regalo Adriana
te pusiste muy contenta el otro día con mi rosa
estoy vivo
naturaleza noche aire puro de alta montaña hay una tienda de campaña dentro de ella cuatro adolescentes
NO NO
estoy solo
nadie sabe que ahora estoy llorando
se está bien aquí dentro
NO NO
ya no estoy triste sino enfadado
quiero volver a llorar y volver a pedir que por favor alguien me esté espiando y me compadezca
no vendrás tú Adriana o tú el que estás oyendo el eco de mi voz no vendrás ahora que lo necesito con un regalito a ponerme contento
no siento nada ni siquiera enfado
estoy vacío y hay ruidos y veo cosas
nadie es más guapo que yo pero nadie lo sabe
voy a desaparecer cuando acabe la frase
a quién le interesa
apaguemos las luces

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19 años
Aún más allá

ELLOS (fosforescentes – fosforescentes – paralizados):
En el principio estaba el cuarto de los niños.
Era muy temprano, antes de las clases.
“Ahora salgamos de las tinieblas de la soledad”, dijiste.
Ahora estás en el mismo cuarto sin los niños.

La cámara de fotos quedó abierta después de las clases,
y es ahora cuando todo empieza.
Ven, ven, ven.
Tu adolescencia a la sombra del Atlántico Norte.
Toda Barcelona está maravillosamente atenta.
Nosotros nos hemos ocupado de ir quemando todo
-durante nuestras horas en el Burger King-
para tu moto de ceniza.
A ciento veinte kilómetros por hora volverás a ser culpable
pero en el horizonte, donde se juntan el cielo y la tierra.
Aquí, no hallarán de ti más que la esperanza de estar desnudo,
y los pájaros de la lluvia portarán tu dolor en la solapa.

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