Creo dar un paso hacia ese vacío o terreno virgen del que hablé ayer. Dentro de mi confusión, veo un conflicto interesante entre el texto que estoy haciendo QUE PERMANECERÁ, y la representación, que es el verdadero objetivo, QUE SERÁ EFÍMERA. Esto me genera una contradicción, y quizá desarrollarla sea una manera de hacer teatro dramático (y no posdramático) pero huyendo del teatro dramático, o qué se yo. Esta contradicción, la vinculo al hecho de que mi adolescencia PERMANECE (en otros, en el agua, en barcelona) pero en cambio mis distintas interpretaciones sobre ella SON EFÍMERAS. De manera que el texto que escribo participa de una serie de interpretaciones efímeras, pero atravesado por una esencia adolescente que permanecerá.
Mi manera de llevar esto a la práctica está siendo la de ofrecer distintas posibilidades de desarrollo temporal del material: distintos caminos que desembocan en distintos finales. Ante el beso, hay dos posibilidades de reacción del adolescente: una lleva a un «fin de la representación» y la otra la continúa. Lo mismo con la huída o no huída de los dos adolescentes a la antártida, existe la posibilidad de que huyan (y yo los condene, y en realidad no sean personas sino fantasmas o muñecos de mi interior, manipulados por mí) o que no huyan y sean personas de carne y hueso. Es muy sencillo:
#primera posibilidad
(Fantasmas):
Escena vista a través de mis ojos. La adolescente que corta la violeta en la moto que conduce el adolescente que abracé. Por la Gran Via hacia la salida de Barcelona. A D I Ó S C I U D A D S I E N T O Q U E N O M E H A Y A S P O D I D O R E T E N E R P E R O E S Q U E M I R A M E H A S C A N S A D O U N P O Q U I T Í N
#segunda posibilidad
(Muñecos):
Escena vista desde arriba. La adolescente que corta la violeta en la moto que conduce el adolescente que abracé. Por la Gran Via hacia la salida de Barcelona. A D I Ó S C I U D A D S I E N T O Q U E N O M E H A Y A S P O D I D O R E T E N E R P E R O E S Q U E M I R A M E H A S C A N S A D O U N P O Q U I T Í N
LA ADOLESCENTE QUE CORTA LA VIOLETA – Si domesticamos una foca, ¿te molaría hacer un trío?
EL ADOLESCENTE QUE ABRACÉ-¿Me hablas?
LA ADOLESCENTE QUE CORTA LA VIOLETA-¡Un trío!
EL ADOLESCENTE QUE ABRACÉ-Es el viento, perdona.
LA ADOLESCENTE QUE CORTA LA VIOLETA-¡Que podríamos hacer un trío si domesticamos alguna foca, o un pingüino!
EL ADOLESCENTE QUE ABRACÉ-Jaja. Claro que sí. Me voy a tirar un pedo.
LA ADOLESCENTE QUE CORTA LA VIOLETA-Soy feliz: creo que era esto, que era así, como ahora. (Alguna vez describí a alguien y era como tú).
EL ADOLESCENTE QUE ABRACÉ-Ya está. ¿Huele muy mal?
LA ADOLESCENTE QUE CORTA LA VIOLETA-Me encanta.
#tercera posibilidad
(Labios, lenguas, dientes, salivas):
Centro comercial Antàrtida en Avinguda Diagonal 452. Salen la adolescente que corta la violeta y el adolescente que abracé, sin bolsas de la compra. Hablan del polvo, de las cámaras de vídeo vigilancia, del placer que ella siente al ser una persona de carne y hueso. Planean ir a comer un crêpe en L’olla del torrent, y compartir una piña colada. No hoy: el próximo fin de semana, o el otro. Los gestos de él son, cómo decirlo, bastante tontos. –fin de la representación.
¿Cuál es entonces la verdad? ¿Qué es efímero y qué permanece? Permanece la esencia. Al principio de la obra hay una nota al pie, que anticipa el detonante, y dice:
[1] Barcelona 2003 viernes carrer pi i sunyer 7 àt. Los dos personajes sobre los colchones, al fondo, se van a dar un beso por primera vez. El estudiante de 17 años lo verá y tendrá un ataque de ansiedad. Esto es así; lo demás, en realidad, no importa.