donde nada crece desde el pie porque todo es pie,
no hay un héroe porno ni un recorte de uña
sino los tremendos cuerpos pintados de blanco
sobre los que descienden los tréboles gigantes.
Más allá de la metáfora de la muerte,
no hay dos lados cara a cara,
¡ni siquiera hay un diálogo infinito!
Bajo la orilla, y también bajo la luz,
no hay reflejo para el que se mira:
se duerme de pie, se reza abrazado a algo que desciende,
abrazado a un tacho de basura de la avenida,
que desciende con la lentitud de una hoja bajo el grifo.
Ni un momento me puedo besar en la boca,
ni un momento puedo mirar atrás para ver mi sombra.
Quién verá asomar mis manos sobre los tréboles gigantes
hasta que se pierdan los átomos en el viento o vacío:
nadie, ni mis manos pintadas de blanco.
El colgante con mi nombre que me envió mi madre
lo hundo en la tierra sabiendo que es estéril.
Hay cuatro mil post-adolescentes haciendo lo mismo
acostados contra la chapa del fondo del mundo,
porque si no abrazas un tacho de basura empiezas a flotar
cada vez más arriba, hacia las puertas generosas de los manicomios.
Los cuerpos blancos deambulan en las profundidades
recorriendo el esqueleto de dios o campo de amapolas.
Se acerca la parálisis como un olor al que lentamente te acostumbras,
como una noche que se suelta de las manos y no será terrible para nadie.
Comment posted by Freyo
at 9/26/2007 11:14:00 PM
Enférmate más seguido.
Te pones lúcido.
Salud!
Comment posted by Emiliano Pastor Steinmeyer
at 9/25/2007 12:23:00 PM
Gracias, Fede. Me generas muchas preguntas. Puede que el tacho de basura, tal como lo planteas, sea mi adolescencia… en esos residuos hay algo esencial que me convoca, pero puede que me pierda otras cosas, claro…
Yo no sé si revolviendo en ese tacho puedo crear un refugio, un entorno afable… suena muy tentador, y quizá lo logre, pero no te lo aseguro, porque antes que eso está la sinceridad, mi búsqueda personal de las zonas de belleza, y yo no sé exactamente cómo van a ser esas zonas, qué grado de horror va a tener esa belleza, qué grado de luz va a tener ese horror – mi horror y mi luz, ¿qué relación tienen? En ese momento todavía estoy buscando esas cosas, me estoy reconociendo… De todas formas, ¡sigue insistíéndome porque es maravilloso!
Comment posted by Federico Aguilar
at 9/25/2007 10:38:00 AM
Creo encontrarme en la chapa del fondo del mundo tambien, pero creo que es alli donde se produce el dialogo infinito y no con el esqueleto de Dios si no con su presencia viva, pues tocando fondo es donde nos encontramos con nuestra mas profundo realidad…Quiza ese tacho de basura que uno se aferra sean los desechos de una vieja realidad que no hace falta ya aferrarce, no creo que sea el loquero donde desenboquen los que no se aferran a los desechos de una realidad pasada si no un entorno que esta en nosotros crearlo, en parte somos los arquitectos de ese refugio que todavia no existe…Todo el que se va por un momento tiene la necesidad de encontrarce con un entorno afable, pues entonces que esperamos para crearlo.