Morir Nunca es el nombre de una taverna de verano que se encuentra en Avegno, Suiza.
Viva la sabiduría popular.
Lo hemos tomado prestado como título para el video-acción que presentaremos en el ciclo Sobrenatural 4 de La Porta, un día de marzo 2011.
Empezamos a trabajar en ello.
El siglo XX ha sido el siglo de los inventos y de los descubrimientos: la anestesia, la penicilina, la cadena del ADN, la física cuántica, la célula, la radioactividad, el LSD, los protones y los neutrones, la vacuna contra la sífilis, la ingeniería genética, y demás descubrimientos que todos conocemos.
Pero el mayor descubrimiento del ser humano en el siglo XX,
el descubrimiento que más ha limpiado las conciencias, aliviado pasados y futuros y calmado protagonismos, ha sido descubrir que la vida no tiene ningún sentido.
Y que la vida es que sí, o es que no.
Que no tiene razones.
Tienes todas las causas posibles, pero no tiene ninguna razón.
Y saber eso, en el fondo, alivia bastante.
Que dos personas se amen durante toda su vida es porque sí o porque no.
Que se hayan quemado a 9 millones de personas, es porque sí o porque no.
Al igual que la vacuna de la sífilis ya no es ningún misterio.
Al igual que todo un barrio que se alimenta de energía solar ya no es ningún misterio.
Al igual que trasplantar un corazón ya no es ningún misterio.
Al igual, digo, llegará un día en que la vida no tenga ningún sentido, de verdad.
No será un descubrimiento, ni un misterio.
Será verdad que la vida es mentira.
Porque por ahora, se la intuye que no tiene ningún sentido pero nadie aboga por el sinsentido.
En el fondo da mucho miedo.
El sinsentido es una acera nocturna sin farolas.
Y eso da mucho miedo.
Todavía se confía en algo.
No sé bien en qué.
El día en que vivir tenga tanta importancia como no vivir.
El día que nos importe tanto ver morir que beber, o comer que ver nacer; o ver nacer y ver morir que ver dormir.
El día que no nos importe ser un hombre o ser una mujer…
Ese día, al que vamos precipitadamente encaminados, digo, será el día más importante de nuestra historia.
La vida empezará a tener todo el sentido.
Y como definitivamente sabremos que la vida no tiene ningún sentido,
Podremos empezar a inventarnos nuestra vida de verdad.
y solamente así, tal vez,
será la única manera de volver a empezar,
y tener otra oportunidad
y esa será, si nos lo proponemos,
la única posibilidad de que las cosas vayan bien.
Rebecca Praga