Tres apuntes de “La función por hacer”, dirigida por Miguel del Arco. Adaptación libre de” 6 personajes en busca de autor” de Luigi Pirandello.
TEXTO. El texto de Pirandello es brillante, y en 2010, sigue siéndolo. Lo inevitable como única salida de unos personajes que lo único que esperan es poder cambiar aquello que saben inalterable. La ilusión de lo que cada uno de nosotros somos porque a cada momento cambia. La mentira del teatro como premisa de verdad. Todo lo conocíamos pero suena tan bien y tan claro en esta ocasión.
ACTORES. Fabulosos actores que desprenden energía con sólo mirarlos. Te giras, nada más entrar los personajes a la sala, y ya ves la mirada de Israel Prieto a punto de explotar, entre el Travis de Taxi Driver y un pobre diablo de bar. La mano de Bárbara Lennie indicando temblando a un niño que no está pero que sí que está. Israel Elejalde apoyado en una columna devastado, derrotado, ante una pregunta que no sabe o no puede responder…y todos los demás, todos, dejan al público absolutamente abrumado y físicamente exhausto después de la pieza. Esta gente te hace correr los cien metros miles de veces sin moverte de la silla.
ESPACIO. Increíble experiencia escénica la del off del Lara en Madrid. Los actores te envuelven, te tocan, responden ante cualquier tosido, cualquier risa. Notas la respiración de cada uno de ellos en el cogote, los tienes ahí, a 2 centímetros con una potencia que te abruma. Placer de estar, placer de vivirlo y deseo de que haya mil más.