Tatsumi Orimoto (Kawasaki, 1946) es uno de los artistas japoneses más internacionales de la escena del arte mundial. Vinculado al colectivo Fluxus, estudió en Los Ángeles y Nueva York, pero en 1977 regresó a Japón, donde vive actualmente. Muy conocido por las performances que lleva a cabo en exposiciones y bienales de todo el mundo.
Bread Man Son + Alzheimar Mama by Tatsumi Orimoto, 1996
Hace varios años que que viene desarrollando su proyecto performático BREAD-MAN en distintas ciudades del mundo. Intervenciones de su cuerpo transmutado por aplicaciones de barras de pan en su cabeza. Establece una relación simbólica entre el pan como estatuto básico de toda sociedad y los parámetros globales que rigen los ordenamientos y las formas de existir en nuestra cultura contemporánea.
El artista define y entrega su vida al cuidado de su madre enferma, esta necesidad obligada que lo instala al margen de una vida normal lo lleva a reflexionar en torno a la búsqueda referencial del artista para pronto clarificar sus referentes justamente es esta forma de existir junto a ella.
Crea en ese momento el proyecto “Art mama”, donde resemantiza la condición de enfermedad, de descolocación social, y establece una especial y mágica ecuación en su producción visual, el aforismo arte vida llevado a su extrema condición bestial, su madre y la simbolización del pan constituyen los ejes de toda su producción multimedial (performance, video, fotografía, objetos, instalaciones) Tatsumi nos introduce en la naturaleza mas críptica y real del arte, en una economía medial que privilegia la naturaleza de la condición humana desplazando su cultura oriental a la otra mirada de los acontecimientosGenerando una fricción que logra desestabilizar la percepción con imaginarios y actos plásticos-sociales de absoluta contemporaneidad.
“Art – Mama es un trabajo en el que he vinculado la vida diaria con el arte. Mi arte es vida diaria, mi vida diaria es arte. Desde hace unos años, vivo con mi madre, que es una mujer muy enferma. Diariamente me dedico a cuidarla, cocino sus alimentos y la ayudo en todo. Ella permanece casi todo el día en cama, aunque puede caminar, pero le cuesta mucho trabajo. Si bien ella me reconoce, tiene problemas con la memoria. En fin, todo esto es muy difícil, así es que mi vida diaria consiste en cuidarla… y un día, me dije a mi mismo si esta es mi situación, hagamos arte de ella.Es un trabajo que inicié hace varios años, pero es parte del desarrollo que ha tenido mi obra. Desde entonces, muchas veces, he utilizado pan, cuyas posibilidades simbólicas me interesaron desde que una amiga mía me contó, que el pan para los cristianos, significaba cuerpo. Inicié el trabajo con el pan haciendo un performance en galerías y museos de Tokio, luego, en el espacio público, en la calle, las estaciones, hoteles, etc., en donde se encuentran personas con rumbos diversos. Y así, de Tokio, mis performances me llevaron también a Europa y América.
Me interesan las personas y mi trabajo artístico es comunicación. »Art – Mama« es la obra que hacemos conjuntamente mi madre y yo.”Tatsumi Orimoto representa los problemas suscitados de la experiencia de lo cotidiano, sus fotografías muestran a su madre en sus lugares habituales pero contextualizados de maneras asombrosas. Acciones, objetos y posturas nada corrientes que confrontan con la monotonía y la rutina de sus días afrontando la enfermedad. Resulta extraño e interesante ver la expresión natural de la mujer, portando, por ejemplo, unos enormes zapatos que la alzan varios centímetros del suelo.En la performance BREAD MAN, el artista nipón, se cubre la cabeza con barras de pan, alimento esencial para todos, hasta privarse de la visión como metáfora de la ceguera de la subjetividad en la que vive. Así, el artista hace un recorrido por los lugres más emblemáticos del mundo. Una operación de mitología individual donde la obra representa a la propia vida, recordando la raíz duchampiana de la teatralidad en el arte, pero amplificándolo de manera asombrosa y brutal.Precisamente porque el arte no tiene por qué ser elitista o críptico, Orimoto encuentra siempre el modo más sencillo de ilustrar sus ideas, especialmente cuando se trata de mostrar la insolvencia del “estado del bienestar”. Así, junto a su madre y otras personas mayores y enfermas, es capaz de meterse en unos bidones (Oilcans + People) destinados a las mercancías industriales, una acción tan elocuente que no precisa explicaciones.En la esencia de lo privado, extendido al espectador la contemporaneidad del trabajo de este artista, refresca las bases de una acción Fluxus y se instala perfectamente en las nociones de las estéticas relacionales desde una emocionalidad, humor y radicalidad que lo sitúan en una actualidad atemporal desmarcada de formas y estilos establecidos, solo configurada por la acción de realidad que él establece, finalmente una condición reguladora de la existencia.