Como estamos albergando All Cats Are Beautiful nos ha entrado la curiosidad de saber más sobre teatro inmersivo. Esta temporada (igual no más que otros años pero nosotros estábamos con ello en la cabeza y pasa como cuando ves embarazadas por todos lados) a Madrid han llegado unas cuantas propuestas que ostentan ese título y otras a las que se les cuelga esa etiqueta.
Hemos ido a los teatros grandes a ver Please Continue (Hamlet) y el resto del ciclo de R.Bernat en Canal, Lear (Desaparecer) de Carlos Tuñón y Gon Ramos, Situation Rooms, de Rimini Protokoll (subido a su blog el programa que escribe Fernando Gansasegui) y también Remote Madrid en Conde Duque. Paula Pascual de la Torre, integrante de Calatea, está estudiando concienzudamente este tipo de teatro. En Barcelona anda trabajando con Teatro de los Sentidos en El Hilo de Ariadna y escribiendo desde el Institut del Teatre sobre el fenómeno de la intimidad. Le preguntamos algunas cosillas:
¿Cómo definirías el término «inmersivo»?
El adjetivo inmersivo es de origen anglosajón y hace referencia a algo que “simula un ambiente tridimensional en el cual el usuario percibe a través de estímulos sensoriales». Me gusta la definición de teatro inmersivo de Josephine Machon, quien dice que “la experiencia inmersiva en teatro combina el acto de inmersión – ser sumergido en un medio alternativo donde todos los sentidos están implicados y manipulados – con una profunda involucración en la actividad al interior de dicho medio”. Si lo entendemos así se evidencia también la importancia de la creación de un medio o medio-ambiente en el teatro inmersivo. Podríamos decir, entonces, si tenemos que definir en pocas palabras qué es el teatro inmersivo… que es la creación de un medio / atmósfera dentro de la cual se sumerge el espectador y que le permite percibir lo que está sucediendo a través de la implicación de su cuerpo y todos sus sentidos. Este medio que envuelve al espectador y articula la experiencia está compuesto por todos los elementos propios de la escritura escénica (performer, espacio, escenografía, objetos, sonido, luz, etc.) que se desarrollan en este caso a 360º lo que otorga una gran importancia a la relación del espectador con el espacio. Partiendo de esto, hay muchos y muy diferentes dispositivos en los que puede organizarse el teatro inmersivo.
En el caso de All Cats Are Beautiful, ¿cómo se articula?
En el caso de All Cats Are Beautiful se despliegan múltiples narrativas que ocurren de manera simultánea en el espacio y el espectador es libre de recorrer dicho espacio en el orden y ritmo que desee, tomando la responsabilidad de la construcción de su propios recorrido y, por tanto, narrativa.
Otro factor muy importante a destacar a la hora de definir el teatro inmersivo es la importancia de la relación existente entre el espectador y los performers. La relación se organiza a múltiples niveles desde el más general hasta el más íntimo, llegando a existir momentos del espectáculo donde el público es invisible y otras donde se realiza una escena de un performer para un espectador.
Esto nos permite desarrollar la dramaturgia a múltiples niveles desde lo sensorial hasta lo espacial y relacional.
¿Por qué este formato para hablar de trabajo sexual?
Cuando descubrí el teatro inmersivo, que me lo descubrió Emanuele Nargi, uno de los directores de esta obra, lo que más me impactó fueron las múltiples posibilidades que se desplegaban a nivel dramatúrgico. Lo que más me fascinó era tener, como espectadora pero también como creadora, la posibilidad de hablar también de todo lo que está alrededor de una supuesta acción principal. De hecho, desaparece la idea de acciones principales o protagonistas únicos con lo que, al mismo tiempo y drásticamente, desaparece el punto de vista único. Eso es justo lo que queremos hacer con All Cats Are Beautiful. Si hay un posicionamiento en la obra es el de apostar por darle espacio a la complejidad, a la necesidad de entender la profundidad del cuadro y huir de las simplificaciones para evitar tomar la parte por el todo. Nuestra posición como artistas es la de, de algún modo, quitarnos de en medio, despejar el camino. Pero no por desentendimiento, sino por todo lo contrario, por compromiso con las personas que viven esta realidad en primera persona y que son a las que corresponde construir su propia narrativa sin tener que enfrentarse a bandos que las coloquen en una casilla de salida u otra y así.. ¡a correr millas!